El Sábado del libro, actividad auspiciada por el Instituto Cubano del Libro, se realizó el pasado 19 de febrero a las 11:00 de la mañana en el lobby de dicha institución, frente a un público impaciente por adquirir los ejemplares que presentó la Editorial Oriente en su colección Ficciones.
El moderador fue el subdirector de la editorial Roberto Carlos Fournier, quien cedió la palabra al Presidente de la Asociación de Escritores de la UNEAC, el poeta y narrador Alberto Marrero Fernández, para que presentara la novela Nuestro GG en La Habana de Pedro Juan Gutiérrez.
En su escrito titulado «Nuestro Pedro Juan en La Habana», Marrero afirmó que es una novela tremebunda surgida con los recursos de la ficción, donde el escritor es fiel a su estilo descarnado, de pinceladas precisas, sin alardes de erudición, en la que usa todo lo que le sirva para describir con la mayor objetividad y sinceridad posibles, barrios marginales, personajes psicológicos, el trasfondo humano, ese que muchos negamos ver, a veces. Inquietantes testimonios del hombre, donde el autor se arriesga a ser maldecido o venerado.
El escenario de la novela es La Habana de 1955, sus bares que nunca cierran, el sexo inquietante y pagado, la mariguana barata, el lugar oscuro del alma urbana. Para Pedro Juan, Nuestro GG… no es un homenaje, sino un pretexto para desarrollar una trama de novela corta, entretenida, pero alejada de la simpleza. Thriller de espionaje, con su carga de intrigas, confabulaciones, el cadáver como punto de arranque, el diálogo conciso, sin sorpresas forzosas. El personaje principal es un antihéroe, un doble agente que se adentra en asuntos políticos, morales y religiosos, al tiempo que huye de sí mismo.
Por su parte, el autor de Trilogía sucia de La Habana, después de agradecer a los presentes, a las instituciones, sobre todo a la editorial que ha sacado a la luz algunas de sus obras, confesó que no le gusta el género policíaco, ni investigar como un periodista, ya que su propia vida es su laboratorio literario. Para él es una novela menor, de entretenimiento, que escribió hace 20 años por encargo de su editor en Brasil, para pertenecer a una colección llamada: Literatura o muerte. Como condición debería tener 100 páginas y el personaje protagónico ser un escritor prestigioso. Al principio pensó en Lezama Lima, luego fue cambiado por Graham Greene. Un año y medio le llevó estructurarla y cuatro o cinco meses concebirla. Al final se publicó en España por miedo en Brasil e Inglaterra a reclamaciones por derecho de autor de los herederos del escritor británico.
En un segundo momento, el crítico literario y periodista, Fernando Rodríguez Sosa presentó Espinas, novela finalista del III concurso de narrativa Manuel Díaz Vargas, del español Tomás Arranz Sanz.
Redacción rara de un pueblo fantasmal, al estilo de las películas del oeste. El protagonista trata de cazar a una serpiente alada que devora a todo aquel que intenta hacerlo; y otra historia se cruza, la propia de este hombre desarraigado, sobreviviente de guerra, su amor obsesivo por Nora, donde se implican la decadencia y las frustraciones personales.
Diálogos precisos, hasta cierto punto minimalistas, en una atmósfera turbia donde se desarrollan los nueve capítulos en los que se resume la obra. «Historia irónica, de amor-desamor, de suspensos, de reflexiones… de luces y sombras sobre la condición humana» describió Sosa la novela al público. El autor trabaja en el Ministerio de Instituciones Penitenciarias de España, atendiendo proyectos culturales. Por tanto, el ambiente carcelario ha influido en su escritura y Espinas no está exenta de eso. Lectura que atrapa al lector desde el inicio, está inspirada en experiencias vividas en Cuba —donde el autor testifica que hay una historia a la vuelta de la esquina— sobre todo en Guantánamo.
El finalista del Premio Nadal de Novela 2015 por Los muchos y creador del libro de cuentos Precipicios, presentado en la Feria Internacional del Libro de La Habana 2017 por la editorial Arte y Literatura, también agradeció el estar allí y dijo que ha venido a esta isla 35 veces por 3 meses y eso equivale a 3 años. Basada en su experiencia personal y en la de un hombre guantanamero, al que apodan «el que nunca duerme», esta novela corta, como bien dijo su presentador, refleja la realidad cubana, rica y poderosa.
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