En torno a la celebración del centenario de la independencia dominicana en Cuba no todo eran aprobaciones al régimen de Trujillo. El exilio dominicano en Cuba ―que estaba consciente de la realidad de su país y de la perfidia del régimen trujillista en cuanto a tolerar cambios democráticos― convocó a otras actividades que servían de contrapartida a la campaña del llamado Benefactor. En Cuba esos refugiados dominicanos habían fundado la Unión Democrática Antinazi Dominicana, que con ese nombre ponía en claro que Trujillo era tan nazi como Hitler. Esta agrupación, junto al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), convocaron todo una serie de actividades públicas a raíz del proclamado centenario de la independencia de su país en las cuales se desplegaron lemas como: «Contra las tiranías nazifascistas de Europa, Asia y América» y «Por el triunfo de las democracias en el mundo y en la patria». En tanto, la emisora radial 1010, que estaba en manos de los comunistas cubanos y cuyas ondas llegaban hasta Santo Domingo, convocó a un mitin radial de condena al régimen trujillista. En el mismo participaron varios oradores, incluido el propio Ángel Miolán que unos meses antes había contactado con el intelectual oficialista Rodríguez Demorizzi para procurar espacios de democracia en su país. En esta oportunidad Miolán diría: «Este servidor de ustedes también ocupó la tribuna para ocuparse de la lucha del pueblo dominicano por su libertad (…) sacando como conclusión la afirmación categórica de que el pueblo dominicano vencerá siempre, de que, años más, años menos , destruirá el trujillismo, porque ha sabido siempre triunfar a lo largo de su historia».[i]
Los sindicatos cubanos, por su parte, promovieron un acto en ocasión del centenario de la independencia dominicana al que, según estimados de la prensa, concurrieron más de 500 personas. La iniciativa había partido de la Unión Democrática Antifascista Dominicana que estuvo representada en la actividad por su presidente, Romano Pérez Cabral. Otras personalidades cubanas y dominicanas también estuvieron presentes en ese encuentro, tales como el mayor general del Ejército Libertador, el veterano Loynaz del Castillo, el poeta Nicolás Guillén, el secretario general de la Federación de Plantas Eléctricas, Ángel Cofiño así como Juan Bosch y Juan Isidro Jiménez Grullón. Algunos de ellos hicieron uso de la palabra, a los cuales se sumó el representante a la Cámara por el Partido Socialista Popular (PSP), Salvador García Agüero y Ángel Miolán del PRD. En su discurso García Agüero expresó: «los cubanos son tan dominicanos como éstos, porque hay patria para los cubanos donde quiera que haya un pueblo por liberar». En tanto el líder dominicano Juan I. Jiménez Grullón se refirió a la difícil situación que confrontaban los obreros dominicanos quienes devengaban jornales entre 20 y 30 centavos al día, así como al estado de explotación a que estaban sometidos la mayoría de los campesinos que habitaban míseras chozas. Concluía que para resolver todo ello era necesario liquidar previamente al dictador Trujillo.[ii]
Alrededor del centenario de la Independencia de Quisqueya, en ese contexto de animosidades diversas donde pugnaban políticos cubanos y dominicanos de diferentes tendencias, se convocó un concurso por el Premio Hatuey acerca de la historia dominicana. Dicho premio fue convocado por la Sociedad Colombista Panamericana y el ganador resultó ser Juan Bosch, que integraba la directiva del PRD en Cuba, un partido completamente comprometido con el combate contra el régimen de Trujillo. Con independencia de la calidad de su ensayo histórico, lo cierto fue que de inmediato los exilados le dieron una lectura política al resultado. Al respecto Ángel Miolán, quien también había concursado, refirió:
El mayor conocimiento de la historia de nuestro pueblo en última instancia significa contribuir a su liberación futura (…). Hoy tenemos la alegría de que el premio ha sido concedido a nuestro Partido, porque ha sido concedido a uno de sus hombres, a uno de sus dirigentes. Y este hecho (…) nos llena de entusiasmo porque constituye una victoria nuestra, (…) de nuestro pueblo. Conocimiento y sentimiento han estado hermanados en Juan Bosch.[iii]
Ciertamente, aunque el Premio Hatuey concernía a la esfera intelectual, en la práctica sirvió para colocar a Juan Bosch como un interlocutor que debía ser reconocido, por su postura política y conocimientos, en los cambios futuros que debían tener lugar en la República Dominicana.
Por otro lado, en medio de aquellos convites por el centenario, el gobierno dominicano confirió la Orden Duarte a toda una serie de personalidades que podían contribuir o habían ya contribuido con su causa en Cuba.[iv] En cuanto a la disputa alrededor de ganar espacios en la prensa cubana, el régimen trujillista continúo moviendo sus influencias para colocar sus mensajes dirigidos a combatir los desmadres que le lanzaba el exilio dominicano. Al respecto Eliseo Guzmán, administrador del Diario de la Marina, recibió de la dictadura dominicana, por intermedio de su embajador en La Habana, Virgilio Díaz Ordoñez, ciertas propuestas que evidenciaban un soborno financiero. El Diario de la Marina debía colocar a disposición del gobierno dominicano cien páginas de su retograbado en ediciones sucesivas al precio de 20 mil pesos. El material gráfico así como sus leyendas serían suministrados por la Legación dominicana.[v]
Debemos recordar que esa negociación entre la dictadura trujillista y El Diario de la Marina venía de mediados del año 1943. Este rotativo logró insertar una serie de artículos en cumplimiento a la solicitud que le hiciera su contraparte dominicana la cual estaba interesada en crear un escenario favorable a la celebración del centenario de la independencia siempre que se viera fortalecida la imagen del Benefactor. En respuesta a la edición de varios artículos de ese corte que publicó El Diario de la Marina de 4 de julio de 1943, el exilado Juan Isidro Jiménez Grullón, como miembro de Unión Democrática Antinazista Dominicana, publicó el folleto titulado: La propaganda de Trujillo al desnudo y más adelante publicó otro bajo el título: América contra Trujillo en el cual compendia una serie de criterios contra el régimen trujillista en forma de un testimonio categórico de que los pueblos del continente americano condenaban enérgicamente la dictadura de Ciudad Trujillo.[vi]
Hacia el mes de marzo de 1944 las autoridades dominicanas retomaron el asunto de otro posible viaje de Vicente Lombardo Toledano, presidente de la CTAL, a la República Dominicana. Algunos expertos políticos de distintas tendencias estimaban que Toledano pudiera fungir como el emisario destinado a zanjar los entuertos generados por la dictadura trujillista. Por su parte, el embajador dominicano en Cuba, Virgilio Díaz Ordóñez, tomaba nota de que ahora Lombardo Toledano había partido hacia Montevideo, Uruguay, para un congreso de la CTAL y que en su viaje de regreso tal vez pudiera llegarse a la República Dominicana. Díaz Ordóñez se remitía a un documento de fines del año anterior supuestamente redactado por miembros del exilio dominicano en coordinación con el propio Toledano. Tal documento del año 1943 recogía una serie de instrucciones que se les cursaron a Vicente Lombardo Toledano en el caso de que viajara de Cuba a Santo Domingo. Realmente aquel viaje no se produjo pero las instrucciones dadas a Toledano, que tal vez pudieron tener su visto bueno, vienen reflejadas del siguiente modo:
Hacerse acompañar de un grupo de técnicos cuya función esencial era la de examinar libremente y por contacto directo la organización exacta de los obreros dominicanos, labor que los técnicos realizarían mientras el señor Toledano atendía al recibimiento oficial.
Hacerle a Usted (Trujillo), sorpresivamente, estas dos preguntas:
Primera: ¿Está usted dispuesto a permitir libremente la organización sindicalizada de los obreros dominicanos?
Segunda: ¿Está usted dispuesto a permitir libremente y de modo inmediato la organización garantizada de los partidos de oposición?
En el caso de una respuesta imprecisa o dilatoria, el Señor Toledano hubiera abandonado inmediatamente el país y hubiera procedido a hacer declaraciones sobre el caso.[vii]
Aún cuestionando la verosimilitud de este documento hay razones que nos permiten reconocer que sus premisas fueron retomadas en los años siguientes cuando se decidió encarar una negociación política con el régimen de Trujillo por parte de los comunistas cubanos. Estaba presente la idea, aún desde esa fecha algo lejana, de que era posible una salida pacífica concertada entre las partes en disputa para disponer de un nuevo destino político a la República Dominicana. De ese modo pretendían evitar una guerra civil o un conflicto armado entre diversos países con costas en el Caribe, precisamente en el momento en que estaba concluyendo la Segunda Guerra Mundial.
Por otro lado, la táctica que Lombardo Toledano tenía prevista aplicar en Brasil, país que visitó tan pronto dejó Uruguay, era similar a lo que había descrito en el documento citado anteriormente. Al respecto el propio Díaz Ordóñez le escribió al presidente Trujillo que había leído el periódico Hoy de los comunistas cubanos y encontrado referencias a la conducta que se había trazado la CTAL para proceder ante el gobierno militarista de Getulio Vargas, que por cierto no estaba alejada de la descrita con relación a la República Dominicana. El embajador dominicano le recomendaba a Trujillo que le solicitara a su embajador en Brasil un informe detallado de las gestiones de Toledano en ese país.
En esa misiva Díaz Ordóñez reflexionaba y aportaba criterios a el Jefe que sirviera para conducir una posible negociación con Toledano cuando fuera preciso. Al respecto indicaba que el líder sindical mexicano era «un portaestandarte de radicales doctrinas socialistas» las que, según su parecer, pretendían «llevar a algunos presidentes de repúblicas americanas a fomentar una revolución desde arriba». Quien escribía dudaba de que esas doctrinas se limitaran a eso ya que estas pudieran ser parte de un plan para instalar «una dictadura del obrerismo en América». Al respecto manifestaba sus prejuicios anticomunistas ―los que siempre acompañaron la política del trujillismo hacia el movimiento obrero― cuando señalaba que el peligro mayor sería que se estableciera «un comunismo de rabiosas proyecciones vengativas». Al propio tiempo señalaba que de algún modo esa alianza con los comunistas pudiera serle útil al régimen en el caso que no limitara su poder: «Otra cosa sería el asistir a una racional implantación, científica y prudente, de sabias leyes encaminadas a la protección social, todo ello dentro de un clima de evolución progresiva y mesurada». Concluía el embajador indicando que sus comentarios «quizás puedan ser de alguna utilidad para la solución o estudio de un futuro posible».[viii] Avizoraba un escenario que recién comenzaba a proyectarse en las mentes de dirigentes políticos e ideólogos cuando se acercaba el fin de la Segunda Guerra Mundial y estaba visto que el mundo que surgiría de sus cenizas requería de cambios importantes.
Notas:
[i] Acción, La Habana, 29 de febrero de 1944. En: Fondo Vega, Cuba ½ (clasificación provisional). Archivo General de la Nación de la República Dominicana.
[ii] Hoy, La Habana, 1 de marzo de 1944. En: Ibídem.
[iii] Ángel Miolán: «El triunfo de Bosch», Acción, 3 de marzo de 1944. En: Ibídem.
[iv] Entre las personalidades cubanas galardonadas con la Orden Duarte se encontraban: Bernardo Perdomo, jefe de redacción de El Diario de la Marina, quien además recibió dicha orden en el grado de Caballero de la Orden Nacional de Mérito, los Doctores José María Chacón y Calvo y Medardo Vitier así como los coroneles Rolando Pélaez, y Antonio Botet Tremoleda, el comandante de la policía, Álvaro Miranda, el Doctor Héctor J García, representante del municipio de La Habana, y la señora Ester Menéndez, viuda de Zayas, quien fuera presidente de la empresa editorial del periódico Avance.
[v] «Carta de Virgilio Díaz Ordoñez a Eliseo Guzmán», 3 de marzo de 1944. Fondo Vega; Cuba ½ (clasificación provisional) Archivo General de la Nación de la República Dominicana.
[vi] Ángel Miolán: «Refutación a campañas de Trujillo: dos folletos», Acción, 7 de marzo de 1944 (recorte de First Press Clipping Bureau, Habana, Zaldo Building).
[vii] «Carta de Virgilio Díaz Ordoñez a Rafael L Trujillo», 9 de marzo de 1944. En: Fondo Vega, Cuba ½ (clasificación provisional) Archivo General de la Nación de la República Dominicana.
[viii] «Carta de Virgilio Díaz Ordoñez a Rafael L Trujillo», 19 de marzo de 1944. En: Ibídem.
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