A la llegada del siglo XX y con la instauración de la República, cuando menos cuatro periódicos devienen «imponderables» dentro de la prensa cubana: La Discusión, fundado en 1889, desaparecido por un tiempo y reaparecido en 1899; La Lucha, en 1885; El Mundo, fundado en 1901, y Diario de la Marina, que data de la primera mitad del siglo XIX y pervive con gran fuerza. Otros periódicos importantes se suman y diversifican el espectro editorial, con ramificaciones en las capitales de provincia (seis entonces) y en numerosos pueblos del interior. Llega un momento en que todo pueblo o localidad que se precie de su relevancia en el mapa nacional ha de tener al menos un órgano de prensa. Como hasta 1922 no se inaugura la radio, el ejercicio del periodismo se limita a los periódicos y revistas, cuyos dueños y directores son personas de relevancia social y cuidan de mantener alto el estándar de calidad de sus páginas y el renombre de quienes para ellos escriben.
No hay escuela para la enseñanza de periodismo y el oficio lo practican profesionales graduados de otras carreras (doctores), personalidades que no poseen título universitario, pero sí reconocimiento social, bachilleres, escritores en ciernes… En 1902 se establece la Asociación de Repórters (sic) de La Habana, entre cuyos propósitos está promover la capacitación de sus miembros, se expiden certificados de suficiencia para el ejercicio del periodismo. A la riqueza informativa se sumaba la calidad tipográfica respaldada por los avances tecnológicos procedentes del exterior.
Así pues, el periódico se vende, y es de buen gusto leerlo (entre quienes no son analfabetos) en la mañana.
En diciembre de 1941 se celebró en La Habana el Primer Congreso de Periodistas, que tuvo entre los temas de discusión la necesidad de crear una escuela para la formación teórico-práctica de los profesionales del sector, y ese fue su primer acuerdo.
Es el 21 de abril de 1942 cuando se inaugura la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling, primera de su tipo en Cuba y cuarta en América Latina (después de Argentina, Brasil y México). En octubre de 1943 abrió sus puertas y en sus aulas se forjaron varias de las más relevantes personalidades del periodismo cubano y aún más, de trascendencia internacional.
Escuelas con el mismo propósito se establecieron a partir de 1953 en Santiago de Cuba, Santa Clara, Matanzas, Pinar del Río y Camagüey. A los graduados se les confería un Certificado de Aptitud Periodística Profesional.
Sustentada en una formación humanística (asignaturas de Historia General y Arte), los cuatro años de carrera comprendían, además de la enseñanza del periodismo en sí, el estudio del radioperiodismo, y más adelante del periodismo televisivo. La especialización ofrecía tres opciones: la de periodista profesional (redactor-reportero), la de periodista técnico-gráfico y la de técnico en dibujo periodístico.
Entre las asignaturas de formación básica se contaban Psicología, Sociología, Filosofía y Antropología, y entre las correspondientes a la especialización estaban Sociología del Periodismo, Análisis Periodístico, Cinematografía y Publicidad.
En 1959 se interrumpieron las clases en la Escuela, que meses después reabrió para, mediante cursos intensivos, permitir la graduación de aquellos estudiantes afectados y en 1960 se determinó oficialmente su cierre.
A partir de los cambios incorporados por la Reforma Universitaria de 1962 se estableció la nueva carrera de Periodismo en la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Habana. Actualmente, junto con las carreras de Comunicación Social y la de Ciencias de la Información, forma parte de la Facultad de Comunicación.
Recordar a la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling a 80 años de su creación no es una mera deuda saldada con el calendario, significa —en realidad— abrir un espacio en la memoria para una institución que coadyuvó al desarrollo y formación de destacados profesionales que han legado una obra válida a lo largo de años, hasta nuestros días.
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