Entrevista a Dayana Margarita Pomares Díaz
Según las cubiertas que me han sido entregadas por Ediciones Luminaria, hasta el momento, trabaja en géneros de investigación, narrativa y poesía. Haciendo de este Oscuro recuerdo de un blues, uno de los dos libros de poesía que desarrolla la editorial en formato epub. Primer libro que nos llega de la autora Dayana Margarita Pomares Díaz, trinitaria, que ha sido antologada y esta vez nos muestra un libro único.
Este título para aquellos que conocen a la autora no pareciera sorprender, pues es movida en ocasiones, por esa melancolía que puede producir un blues. Defensora de la negritud y sus elementos que asume, se corresponde igualmente al título, por estas obviedades no se le realizan preguntas alusivas al tema.
Algunos estudiosos plantean que no puede ser muy cierto el sufrimiento heredado, ¿cómo afirma la autora —defendiendo su mestizaje en la obra literaria —, sentir el dolor de siglos de esclavitud cuando no los ha sufrido? ¿Qué sufrimientos o sentidos nos impregna Dayana en este libro?
Bueno, creo que el escritor o la mayoría de los escritores, no solo escriben de sus experiencias personales o su propio universo, también lo hacen desde la voz de aquellos que quizás no sean escogidos por la poesía para salvarse del mundo. En mi caso particular, este libro lleva dos gritos: el mío, pero sobre todo el de los otros que necesitan hacerse escuchar. Puedo haber sufrido o no el dolor de siglos de esclavitud, pero algo es cierto, soy poeta y eso lleva una gran responsabilidad conmigo misma y con el mundo. Creo que también soy un puente entre aquellos que han sufrido por ser diferentes, por ser olvidados o no vistos. De esta manera creo que defiendo tanto el ser de los otros como el mío propio dentro del libro. Soy yo y el que me lee.
La imagen del violín en la portada sugiere la figura del negro fiddler, aquel esclavo de confianza al que el amo instruía para realizar actividades «civilizadas», entre ellas la de tocar el violín para mostrar en visitas al negro «domesticado». Esta mezcla de técnicas e instrumentos clásicos europeos sumados a sus propios sentimientos de dolor y lamentos por su libertad hacen nacer el blues. Pero esto es lo que podría sugerir desde un punto de vista histórico, mas ¿qué produce en la autora la selección de esta imagen que, por demás, se muestra entre las piernas de una mujer?
El violín es mi instrumento preferido. Ese sonido gentil, melancólico, casi poético, siempre ha ido en mí, como un susurro. La mujer es dueña de su elección, sea o no la de ser madre y también de decidir qué trae al mundo como su hijo o legado. En mi caso particular, al ser este mi primer libro, pues la decisión a la hora de escoger la imagen fue clara, con una conceptualización bastante personal.
El empoderamiento de la mujer es otro tema que la autora defiende en su literatura, por demás consecuente con su hacer, sin dejar de ser el padre una figura importante en su vida al que ha dedicado poemas. ¿Qué hay en este libro? ¿Una mujer femenina y/o aguerrida? ¿Podrías citarnos dos versos que crees, como autora, reflejan el alma del libro?
Mucho de mi universo y de otros que he tomado prestado, la mayor parte de las veces sin ellos mismos saberlo. Asimismo, ha servido para ayudar a crear otros universos y permitir asirse a personas que me han dejado saber, de las maneras más gentiles su agradecimiento, por lo que yo también he agradecido.
Existen ambas mujeres. Se puede ser femenina, aguerrida o lo que se decida ser, siempre que se tenga conocimiento y responsabilidad para asumirlo y, a la vez, no ser para otros una carga y en ese punto, defenderse de todo lo que se nos quiera imponer y romper con lo que no nos haga sentir bien.
En el caso particular de mi padre le debo, mayormente, ser como soy de feminista. Creo que el saber que enfrentó mi crianza de una forma tan valiente, me llevó a conocer sobre la igualdad de género e interesarme por el hecho en sí. Él no se detuvo a pedir más que mis esfuerzos para mejorar cada día. Y a pesar de ser un hombre educado de la forma más machista posible se enfrentó sin miedo al reto de conducir lo mejor posible a una hija completamente rebelde.
Una canción de cuna, sostenida y breve,
me defiende de los hombres…
Dayana Margarita Pomares es licenciada en Estudios Socioculturales. ¿Cómo ha potenciado tu literatura la comprensión social y cultural? ¿Cómo se ve reflejada en este libro?
Soy colaboradora, con auspicio de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y del Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL) de los proyectos «Ciudad de palabras» y de «Con verso de Mujer a Mujer», donde se ven implícitamente los conceptos que en el decursar histórico persisten y se manifiestan, por lo que el trabajo de años se ve favorecido y potenciado en este libro, que les invito a leer.
¿Consideras que ser empoderada se reduce al marco de ser trabajadora, capaz de pagar las cuentas y no tener que dar explicaciones a otras personas?
Es más que eso. Considero que es necesario conocer y asumir la responsabilidad de los actos de cada uno, sea mujer u hombre. Que es obligatorio tener un acervo sobre temas de igualdad de género y saber aplicarlo en una situación determinada. Comprender varias cosas y llevar, a través de la vida y la creación, ese conocimiento a otros. Saber que estar soltera está bien, por ejemplo, pero casada también, mientras sea sostenible o sustentable desde un enfoque de género. Una puede ser trabajadora, pagar sus cuentas y eso no significa que sea empoderada, muchas mujeres lo hacen y aun así siguen siendo una carga o responsabilidad, no solo para sus familias sino también para los amigos o sociedad en general, porque carecen de conocimiento y siguen respondiendo a una estructura social patriarcal. Los extremos siempre serán un peligro y creo que, en estas cuestiones sobre género, se nos va olvidando la génesis de la cuestión que es la igualdad, no los extremismos. En general creo que siempre le tendremos que dar cuentas a alguien, lo que debemos saber es a quien se las damos y por qué… pues a nosotros también alguien nos las da.
Algunas mujeres sienten ofensivo el solo hecho del nombre Programa Adelanto a la Mujer (PAM) al decir que se necesita «adelantar» a la mujer, siendo esto un índice de incapacidad de hacerlo por sí mismas. ¿Qué considera la mujer, estudiosa sociocultural y autora? ¿Potencia este poemario el PAM?
Realmente creo que siempre existirá alguien a quien le sirva ese programa. La verdad, creo que si en un espacio literario o actividad cultural que me inviten lo etiquetan como parte de este programa y en él existe una mujer a quien le sirve alguno de mis poemas para cambiar un aspecto que pueda hacerla independiente o libre, yo con mucho gusto iría sin importarme la etiqueta que le pongan. El cuaderno está escrito para salvarme, y si ayuda aunque sea a una sola persona más, habrá cumplido con su destino.
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