Este jueves 15 de septiembre en el espacio Aire de Luz, conducido por la escritora Basilia Papastamatíu se unieron varias generaciones de poetas de distintas provincias del país, en su sede habitual del Centro Dulce María Loynaz, sala Federico García Lorca. A las 3 de la tarde estuvieron ante un público selecto los poetas: Alberto Marrero Fernández y Antonio Herrada Hidalgo.
Antonio Herrada Hidalgo de Holguín, joven nacido en el año 1992; profesor universitario, con reconocimientos como el Premio Complutense de Literatura, del Festival de Poesía de Medellín, Mención Única del Premio Nicolás Guillén, el Calendario y el Rafaela Chacón Nardi, entre otros.
Al joven poeta la conductora del espacio le dedicó unas palabras: «[…] ahora, después de releer su segundo libro publicado, Plantas invasoras, y conocer algunos de sus textos más recientes, todavía inéditos, Antonio me ha vuelto a sorprender, abordando, con un lenguaje elíptico pero muy sugerente y hasta perturbador, ciertas zonas de la naturaleza, de los actos y las fabricaciones humanas, estableciendo entre ellas curiosas relaciones de acercamiento, de diferencia y hasta de oposición muy rotunda, simbolizando así del modo más inesperado, nociones extremas como la vida y la muerte, lo efímero y lo permanente, la belleza de la construcción y la destrucción de la belleza, poniendo así al descubierto las fragilidades de la verdad y la continuidad persistente del horror en todo lo creado».
Herrera Hidalgo, a quien le gusta recorrer sus libros ya acabados, escogió para compartir la lectura su poemario Asimetrías: «Edades intermedias», «Crónicas sin viajes», «Hombre nuevo», «Palabras de desambiguación», «Los poetas mueren a los 21 años» y «Fibras y Celulosas».
En un segundo tiempo leyó poemas de su libro inédito, Mercancía: «Kuba-cigar», «Los gustos de la emigración», «Mercadería», «El precio», «Poema ético estético etílico» y «La desmemoria»; todos los tienen como eje temático a la Isla.
Alberto Marrero Fernández, natural de La Habana, nacido en 1956, y quién ha recibido los premios Pinos Nuevos, de Narrativa Hermanos Loynaz, de cuento Luís Rogelio Nogueras, de cuento La Gaceta de Cuba, Premio Julián del Casal, Alejandra Pízarnik, Nicolás Guillen y el de novela policial Aniversario del Triunfo de la Revolución
« A Marrero lo conocí cuando comenzó a despuntar con una mención del Premio Julián del Casal —dijo Papastamatíu— […] en estos días tuve la posibilidad de leer su más reciente libro de poesía El verbo y la cifra, todavía inédito, en el que me satisface encontrar una explícita y profunda implicación de su subjetividad en los asuntos que aborda. Con una escritura muy sensible y franca, pero siempre cuidadosamente pulcra, nos expone episodios de su infancia y vida familiar, homenajes a poetas que lo han marcado, así como vivencias personales perturbadoras que incitan a la reflexión, confirmando así que la poesía es también pensamiento».
El Premio Alejo Carpentier de novela, escogió, para la primera y segunda vuelta de lecturas, de su libro inédito ya mencionado, los siguientes poemas: «Palabras flamencas y galletas», «Metafísica», «Simple», «Nunca», «Lo que no dije a mi padre», «La hora», «El privilegio de soñar con los ojos abiertos», «Ajuste», «Camino de agua», «Poetas asesinos», «Piedra de la locura», «Verano del 88» y «Digestión».
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