Alejo Carpentier Valmont, a quien todos recuerdan por su fecunda y genial narración literaria, así como por sus aportes al universo mediático, desarrolló, además, una labor como cronista en la prensa y la radio.
En los años 30 Alejo Carpentier desde París, publica sus crónicas culturales en la revista Carteles. Entre ellas están: «La Revolución en Cuba y el público europeo» (18 de febrero de 1934); «El monstruo de Loch Ness» (25 de febrero del mismo año); «La vida y muerte del Rey demonio» (1ero de abril); «Sangre en las calles de París» (8 de abril) y otra decena publicadas entre febrero y diciembre de 1934.
Desde diciembre de 1940, dirige la redacción del diario Tiempo —diario de la noche— dirigido por Miguel de Marcos.
La radio fue otra de sus pasiones. En su estancia parisina trabajó en Poste Parisien y Radio Luxemburgo.[i] Por cuatro años lidera los Estudios Foniric, fundados por Paul Deharme, precursor del teatro radiofónico donde Carpentier sonoriza películas, monta más de dos mil obras: leyendas infantiles, grandes conciertos musicales y obras teatrales.
Uno de sus más originales performances fue «Saludo al mundo», de Walt Whitman, donde fusiona la banda sonora, la declamación del poema, los efectos sonoros, la música y las voces.[ii]
En julio de 1939, Carpentier diserta en la Habana sobre las zonas inexploradas del sonido, ilustrando con discos.
En agosto y septiembre siguientes, dicta conferencias en el Anfiteatro de la Habana sobre los misterios y las maravillas del sonido, con el apoyo de la Banda Municipal de Concierto, dirigida por Gonzalo Roig.
El 3 de septiembre de 1939, el Negociado de Radiodifusión del Cuerpo de Cultura del Ejército, funda la emisora CMZ,[iii] que fungió como «soporte cultural para los alumnos y maestros de las escuelas cívico-militares y para el pueblo». Entonces existían mil doscientas escuelas de este tipo en el país. La planta radial poseía transmisiones en tres frecuencias y en ella se involucran notables artistas cubanos, entre ellos: el compositor y pianista Mario Romeu, las sopranos Esther Borja, Amalia Matos y María Teresa Merino.
En cuanto al teatro radiofónico, Carpentier fue director del Conjunto Radio Teatral, que tuvo entre su elenco a Enrique Santiesteban, René Miranda y Eugenio Florit. Los escritores del teatro radiofónico eran Rafael Solís, Alfonso Hernández Catá y Alejo Carpentier.[iv]
Los aportes de Carpentier a la radiofonía cubana trascienden a su quehacer en la emisora CMZ. Sus famosos «Dramas de la guerra», en CMQ Radio de 1943, quedaron en la memoria de la cultura nacional. Al triunfo de la Revolución, puso su nombre, prestigio y vastos talentos al servicio del programa cultural del Gobierno Revolucionario.
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Con información de Revista En vivo
[i] Una de las más potentes emisoras europeas de los años 30.
[ii] Revista Carteles, 17 de diciembre de 1939.
[iii] Por varios años la CMZ fue subordinada a la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación. Al triunfo de la Revolución la emisora ya había sido recuperada por el Ejército.
[iv] El escritor Hernández Catá y Carpentier asumían además de la trama, los diálogos.
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