Fueron tres Dumas, como los tres mosqueteros: Tomás Alexander Dumas (padre), Alexander Dumas (hijo) y Alexander Dumas (nieto). El primero general francés, conocedor de la esgrima, hacedor de proezas. Sirvió de inspiración a su hijo, para crear grandes personajes. Por su parte, Dumas hijo fue un novelista y dramaturgo autor de Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo. ¿El nieto?, continuó la tradición familiar y se convirtió en otro importante escritor.
El 5 de diciembre muere en Puys,de un ataque al corazón, el segundo de estos reales mosqueteros, el más célebre, quien creara la frase: «Todos para uno y uno para todos».
Con una escasa educación fue mensajero, vendedor de tabaco, pasante de un notario y como su padre, un ferviente cazador. Fascinado por Paris y su teatro, buscó, al igual que en su novela, una carta con recomendación para algunos amigos de su padre. Pero no fue para mosquetero, sino como escribiente del Duque de Orléans. Gracias a esto pudo completar de forma autodidacta su educación y escribir sus primeras obras. Con Antony, en 1831, recibe su primer gran éxito considerado el precursor del romanticismo en el teatro francés. Aventuras, tragedias y dramas, inundaron su prolífera escritura.
Se hizo construir un castillo que bautizó como Monte-Cristo y en él instaló a sus hijos y sus amantes, dilapidando la gran fortuna que recibía por sus escritos. Desde entonces, y después de la Revolución de 1848, fracasó en cualquier proyecto que acometió.
Publicó cerca de 300 obras, convirtiéndose en uno de los autores más populares de Francia. Aún en su vejez y en su enfermedad no dejaron de aparecer sus títulos en los periódicos de la época.
Sepultado en el cementerio de su pueblo natal Villers-Cotterêts fue exhumado el 30 de noviembre de 2002, por órdenes del Presidente francés Jacques Chirac y trasladado al Panteón de París junto a otros ilustres escritores. Así Francia reconocía que ha tenido muchos escritores célebres, pero ninguno tan leído como Dumas.
Visitas: 77
Deja un comentario