Alicia y las maravillas del Ballet. Revisitaciones desde la artisticidad, del artista visual Jorge Valiente (1936-2019) y la doctora Sahily Tabares, es el título del libro, publicado por el sello editorial Arte Cubano, y prologado por el doctor Rafael Acosta de Arriba, director de la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí.
Dicho ejemplar revela imágenes de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso (1920-2019), captadas por el lente del carismático fotógrafo durante la fecunda trayectoria artístico-profesional de la eximia ballerina, para satisfacer las necesidades cognoscitivas y espirituales de los amantes de la vida y la obra de tan emblemática personalidad de la cultura cubana y universal.
Ese texto, verdadera joya de la literatura especializada insular y de mucho más allá de nuestras fronteras geográficas, posee la capacidad de hilvanar dos perspectivas culturales y creativas, fusionadas en cálido abrazo: la proyección estético-artística que se les da a las imágenes incluidas en el libro, así como la interpretación que se hace de ellas desde una óptica objetivo-subjetiva por excelencia, y con apoyo en las herramientas teórico-conceptuales y metodológicas aportadas por la crítica danzaria.
En Alicia y las maravillas del ballet… se evoca la memorable ocasión en que Jorge Valiente «atrapó» con su cámara inquieta a la genial bailarina «desde una extraordinaria presentación para soldados cubanos cerca de la [ilegal] Base Naval norteamericana de Guantánamo, cuando la artista bailó encima de la cama de un camión militar».
Por otra parte, habría que destacar el impecable trabajo desarrollado por la doctora Sahily Tabares, quien se ocupa de establecer «un diálogo intenso, tanto con el lector interesado y los balletómanos, como con un simple [admirador de fotos artísticas sobre ballet]».
De acuerdo con la también crítica de arte y periodista cultural, Valiente recoge en imágenes fotográficas la esencia íntima del pensamiento de Alicia Alonso acerca del arte danzario en general, y de la danza clásica en particular. Por otra parte, su prosa rápida, elegante, precisa, estoy seguro acariciará el intelecto y el espíritu del lector que decida incursionar en las atractivas páginas de Alicia y las maravillas del ballet…
La fundadora y columna vertebral del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Patrimonio Cultural de la Nación, situó a la emblemática compañía entre las de mayor prestigio a escala universal, en tanto creó —junto con los maestros Fernando (1914-2013) y Alberto Alonso (1917-2007), la Escuela Cubana de Ballet, donde se formaron y brillaron con luz propia eminentes figuras que llevaron la enseñanza de esa disciplina artística a casi 70 países de los cinco continentes.
A la sagrada memoria de Alicia Alonso se han publicado varios textos literarios y se gestan disímiles iniciativas desde las artes visuales, plásticas y comunitarias, para mantener activo su legado y labor comprometida con la cultura cubana.
Merecedora de más de 200 premios internacionales e intérprete de obras «clave» en el panorama de la danza mundial, Alicia fue a encontrarse hace dos años con el «Espíritu Universal», leitmotiv en la obra poético-literaria y periodística de José Martí, convertida en una Willis, en un cisne, en un símbolo de inspiración y guía, tanto en el escenario, como fuera de él.
Carmen, Giselle, El lago de los cisnes y muchas otras obras, íconos de la danza universal, llevan —al decir lezamiano— «el arte inimitable de Alicia Alonso», ya que esas puestas en escena fueron llevadas al tabloncillo con la elegancia y la excelencia artístico-profesional que la identificaran en vida, para grabar su ilustre nombre en la memoria poética de la humanidad como figura cimera del ballet clásico, en el contexto internacional.
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