
Todo lo que hiere a la tierra, hiere también al hombre.
Aforismo indo-americano
No creo que, en la lengua cervantina, haya una frase que refleje con mayor precisión y exactitud la valiente denuncia formulada por el doctor Atilio Borón, escritor, periodista, sociólogo y politólogo argentino, en el texto América Latina en la geopolítica imperial, publicado por la Editorial Ciencias Sociales, y laureado con el Premio «Libertador al Pensamiento Crítico».
En ese texto, signado por el pensamiento antiimperialista y latinoamericanista del ilustre intelectual bonaerense, se hace alusión a un hecho que merece se le preste la mayor atención posible por parte de todos los países del orbe: en los tiempos actuales, donde la devastación capitalista del entorno natural ha alcanzado niveles insospechados en la historia de la humanidad, una reflexión serena y profunda acerca de la geopolítica imperial se torna mucho más urgente y necesaria que nunca.
Esa reflexión la hizo el Comandante Fidel Castro Ruz (1926-2016), en su histórica intervención en la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, República Federativa de Brasil, en 1992. En esa alocución, el «Guerrillero del Tiempo» llamó a los pueblos del mundo a salvar la vida humana, el medio natural y a luchar por ese mundo mejor, que sí es posible.
Estoy seguro de que ese volumen está llamado a convertirse en un «arma de la crítica», en un instrumento ideológico eficaz que, al sensibilizar a los lectores ante esas catastróficas realidades que presenta nuestra América y el Caribe, motive a nuestros hermanos a involucrarse activamente en la crucial «batalla de ideas», a las que nos convoca nuestro tiempo, para desempeñar el papel protagónico, y en consecuencia, evitar —al precio que sea necesario— que un sistema inhumano termine sacrificando a la humanidad para aumentar las ganancias del capital sobre la base de la destrucción de la vida humana y del entorno natural.
América Latina en la geopolítica imperial es una obra que invita al lector a meditar (hacer silencio interior para escuchar los sonidos que emite nuestro yo, el auténtico, el verdadero), acerca de los peligros reales que acechan al «soberano de la creación» y al ambiente donde vive, ama, crea y sueña, si no se detiene a tiempo la voracidad imperial, porque si esa hecatombe se produjera no habrá vencedores ni vencidos.
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