Para hablar de Fraseología en América Latina y, por ende, en Cuba se deben revisar los textos de dos cubanas que iniciaron su quehacer científico en el Instituto de Literatura y Lingüística José A. Portuondo Valdor (en adelante ILL), específicamente en el departamento de Lingüística. En un tiempo en que esta disciplina no era centro de atención en los estudios lingüísticos hispanos nuestras investigadoras incorporaron la teoría y metodología de los fraseólogos rusos a los análisis de nuestra variedad. Desde aquí serán transmitidos por Antonia María Tristá Pérez (1940-2006) y Zoila Victoria Carneado Moré (1941-1996) al resto de Europa y, en especial, al mundo hispánico los presupuestos teóricos de esta disciplina que se organiza en torno al estudio de un amplio conjunto de combinaciones fijas de palabras como fumador empedernido, no disparar un chícharo; a quien madruga, Dios lo ayuda; ¡Dichosos los ojos que te ven!
Lamentablemente de ellas no tengo anécdotas que contar ni enseñanza directa que trasmitir, ya lo he dicho en otras oportunidades, solo puedo hablar de lo que he aprendido por la minuciosa lectura de sus artículos (que aparecen publicados, fundamentalmente, en el Anuario L/L del ILL) y sus libros (dados a conocer por la Editorial de Ciencias Sociales). Aunque, si se me permite destacar algún rasgo común de estos caracteres, diría que fueron personas de estudio y dedicación casi abnegada a la lingüística cubana.
Antonia M. Tristá Pérez se graduó, en 1966, de Lengua y Literatura rusas en la Universidad Patrice Lumumba (Moscú) y se incorporaó en 1967 al ILL. Junto a un grupo de jóvenes, entre los que se encontraban Nuria E. Gregori Torada, Graciela Pérez González, Gisela Cárdenas Molina y Sergio O. Valdés, fundó el departamento de Lingüística y realizó trabajos de investigación sobre gramática («Algunos usos de las preposiciones en Cuba»), fonética y fonología («Estudio sincrónico del habla de La Habana. Aspectos fonológicos» y «El consonantismo del habla popular de La Habana»), fraseología y lexicografía. A fines de 1973 viajó a Rusia con el propósito de iniciar sus estudios doctorales. En esta etapa define el tema de investigación «Fraseología en la prensa y la literatura cubanas del período posrevolucionario» que la llevará a defender, en 1983 en el Instituto de Lingüística de la Academia de Ciencias de la URSS, su tesis doctoral «Análisis semántico sintáctico de las unidades fraseológicas en el contexto».
Zoila V. Carneado Moré ingresó al departamento de Lingüística hacia 1974-1975 una vez terminados sus estudios de licenciatura en Lengua y Literatura rusas, con especialidad en Lingüística, en la Universidad de La Habana. Aunque sus trabajos iniciales se enmarcaron en la línea de terminología («Vocabulario de botánica ruso-español, español-ruso»), su formación doctoral se encauzó hacia la investigación fraseológica con la discusión, en 1984, de su tesis «Cualidades nominativas y comunicativo-funcionales de los fraseologismos en el español de Cuba», en el Instituto de Lingüística de la Academia de Ciencias de la URSS.
Una buena parte de la labor investigativa de estas mujeres estuvo centrada en la fundamentación teórica, la descripción y el análisis de las locuciones —unidad básica o prototípica de la disciplina— de uso en el español de Cuba. Los primeros aportes teóricos sobre el tema se pueden encontrar en el artículo «La fraseología como disciplina lingüística» (1976-1977), de Tristá Pérez en el que se precisa qué es la Fraseología, cuáles son sus unidades objeto de estudio y cómo se clasifican, siguiendo las propuestas de autores rusos y del español Julio Casares. Carneado Moré en el artículo «Acerca del contenido de la fraseología y criterios fundamentales sobre la fraseologicidad» (1996-1997) tampoco hará a un lado la preocupación por puntualizar y esclarecer las propiedades definitorias de estas combinaciones. Estos trabajos se complementan con aquellos en los que examinan la polisemia, la sinonimia, las variantes fraseológicas y la función de la metáfora en la formación de unidades fijas e idiomáticas.
Tristá Peréz y Carneado Moré también fueron precursoras con sendas propuestas de clasificación de los fraseologismos, que constituyen referencias obligadas en los estudios hispánicos. Muy enjundiosos son los resultados de los estudios de aplicación práctica en corpus fraseológicos como aquellos que se dan a conocer en «Elementos somáticos en las unidades fraseológicas» (1986), en los libros Fraseología en la obra de Raúl Roa (1987) y Fraseología y contexto (1988), o en el artículo «Indicadores de lo cubano en la fraseología» (2000) donde se delimitan, de acuerdo con criterios lingüísticos y extralingüísticos, los cubanismos fraseológicos partir la siquitrilla; grillo malojero; soltar los ariques; perder güiro, calabaza y miel; entre otros.
A través de las publicaciones de estas dos investigadoras cubanas se introdujo en la lingüística española hace treinta años el término «fraseografía» —tomado de la lingüística soviética— y fueron las primeras que propusieron la separación entre Fraseología y Fraseografía como disciplinas que comparten un mismo objeto de estudio (los fraseologismos), aunque desde perspectivas diferentes. Desde la década de los ochenta realizan estudios sobre historia, crítica e investigación fraseográfica y, en tal sentido, es pionero el libro La fraseología en los diccionarios cubanos (1985) de Carneado Moré, que describe la ubicación y clasificación de los fraseologismos en obras lexicográficas cubanas de los siglos XIX y XX. También Tristá Pérez se refirió a las problemáticas en torno a la organización de estas unidades en diccionarios generales del español y del inglés, y revisó los criterios que se han seguido para su inclusión como sublemas. La investigadora abunda en el artículo «La fraseología y la fraseografía» (1998) sobre los problemas a los que se enfrenta el equipo de trabajo de un diccionario fraseológico en relación con la selección y lematización de estas combinaciones y el tratamiento de las variantes de fraseológicas.
En cuanto a los estudios sobre historiografía fraseográfica (historia de la formación y progreso de los diccionarios fraseológicos) —todavía incipientes en el ámbito hispánico— vuelve a ser referencia el trabajo de las investigadoras cubanas. Carneado Moré en el artículo «Tipología de las obras fraseográficas» (1989) propuso una clasificación de diccionarios fraseológicos y una periodización de la fraseografía. Este panorama es considerado por María Eugenia Olimpio de Oliveira en su tesis de doctorado, «el único estudio global conocido [hasta 2007] sobre el desarrollo de la fraseografía desde un punto de vista práctico».
Tampoco dejaron rezagada la elaboración de diccionarios fraseológicos y el establecimiento de una metodología para este tipo de obras. El Diccionario de Fraseología Cubana, confeccionado entre 1984 y 1990, surgió del empeño y la dedicación de estas investigadoras quienes siguieron la metodología de trabajo de la escuela rusa y contaron con su asesoramiento. En los años anteriores sus autoras habían alcanzado una sólida preparación teórica y habían logrado reunir abundante material fraseológico en textos literarios, periodísticos y en obras lexicográficas cubanas lo que les permitió contar con una nutrida base de datos —más de cinco mil fraseologismos— para emprender el proyecto cuyo resultado principal aún aguarda salir a la luz.
Las contribuciones de Tristá Pérez y Carneado Moré, que brevemente hemos enunciado, no llegaron a incorporarse en los estudios hispánicos hasta la década del 90. Sin embargo, en la actualidad son muchos los investigadores que reconocen que, como dijera Carmen Mellado en una entrevista publicada en 2017, «[…] ellas fueron las primeras en formular la necesidad de interpretar las UF [unidades fraseológicas] en su contexto, de reconocer modelos semánticos-estructurales y de sentar las bases de la fraseografía moderna».
Los investigadores del ILL siempre rendiremos muy justo y merecido homenaje a quienes se les debe el haber introducido esta disciplina en los estudios lingüísticos en el país y haber propiciado la reflexión sobre combinaciones fijas e idiomáticas en la lingüística hispanoamericana. El gran desarrollo que está viviendo la fraseología y la fraseografía se debe, en gran parte, al buen hacer de estas especialistas quienes, de manera individual o en equipo, fueron estableciendo los fundamentos teóricos de estas disciplinas.
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Ver la publicación anterior de esta serie por el 57 aniversario del Instituto de Literatura y Lingüística «Semblanza de Gisela Cárdenas Molina».
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