Sobre el autor
Guillaume Apollinaire (26 de agosto de 1880 Roma – 9 de noviembre de 1918 París), seudónimo del novelista, ensayista y poeta francés Wilhelm Albert Wlodzimierz Apolinary Kostrowicki, fue un artista reformador y vanguardista del siglo XX reconocido por la creación de caligramas.
En 1909 publicó su primer libro El encantador en putrefacción, basado en la leyenda de Merlín y Viviana. Posterior a este texto siguieron una serie de relatos de contenido fabuloso. Sus libros de poemas El bestiario o el cortejo de Orfeo, de 1911 y Alcoholes de 1913 reflejan la influencia del simbolismo, al tiempo que introducen importantes innovaciones formales en el plano literario; ese mismo año apareció el ensayo crítico Los pintores cubistas, texto de defensa crítica del nuevo movimiento.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, en 1914, se alistó como voluntario y fue herido de gravedad en 1916; ese mismo año le fue concedida la nacionalidad francesa.
Sus Caligramas, publicados en forma de libro póstumamente con el subtítulo «Poemas de la paz y de la guerra (1913-1916)», son tal vez su obra más conocida. Sobre ellos escribió en una misiva a André Billy:
Los Caligramas son una idealización de la poesía de verso libre y de la precisión tipográfica, en una era en que la tipografía está alcanzando un brillante final en su carrera, por la llegada de nuevos medios de reproducción, como el cine y el fonógrafo.
Apollinaire murió el 9 de noviembre de 1918, a los 38 años de edad, víctima de gripe española, tras llevar una vida azarosa y de entrega por completo al arte. Como homenaje, compartimos la traducción de uno de sus poemas antológicos «El puente Mirabeau», realizada por el escritor Jesús David Curbelo para el libro Por la senda de Judas. Antología de cien poemas eróticos de los más célebres escritores universales.
Fragmentos de su obra
El puente Mirabeau
Bajo el puente Mirabeau corre el Sena y corre nuestro amor ¿es preciso que él me lo recuerde? la alegría viene siempre tras la pena Viene la noche suena la hora Los días se van y yo me quedo Enlazadas las manos quedamos cara a cara mientras que bajo el puente de nuestros brazos pasa de las eternas miradas la onda mansa Viene la noche suena la hora Los días se van y yo me quedo El amor se va como esta agua corriente el amor se va el agua como la vida es lenta y como la esperanza es violenta Viene la noche suena la hora Los días se van y yo me quedo Pasan los días y pasan las semanas ni el tiempo que pasó ni los amores vuelven bajo el puente Mirabeau corre el Sena Viene la noche suena la hora Los días se van y yo me quedo.
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