Como «vida acumulada en el retablo» considera el actor y director Rubén Darío Salazar, Premio Nacional de Teatro 2020, su volumen de artículos y testimonios Retablo vivo. Cuaderno de apuntes de un titiritero, que la Editorial Tablas Alarcos acaba de presentar, virtualmente, como parte de la Jornada por el Día del Libro Cubano que se desarrolla en nuestro país del 25 al 31 de marzo.
En declaraciones a Cubaliteraria, el escritor y teatrista dice que en estas páginas se recogen su fe en el retablo, muchas de sus experiencias y reflexiones en tal sentido, muchos de sus sueños, en un recorrido que va desde la actualidad hasta sus inicios profesionales en el teatro para niños y de títeres en 1987.«Y aún un poco antes, en mi infancia consciente, cuando mi padre me llevaba a las funciones del antiguo Guiñol de Oriente, después Guiñol Santiago»—comentó.
«Aquí expongo mis bitácoras de viaje sobre varios procesos escénicos, entre los que se hallan los de La virgencita de bronce, Por el monte carulé y Los dos príncipes, por solo mencionar tres obras», precisa el escritor y teatrista, nacido en Santiago de Cuba en 1963 y posteriormente radicado en la ciudad de Matanzas, en la que fundó Teatro de Las Estaciones en 1994.
El también director del Teatro Nacional de Guiñol añade que en Retablo vivo… se habla asimismo de sus encuentros y desencuentros con el oficio titiritero «en relación con la ética, el compromiso y la responsabilidad de los artistas».
Sus vínculos con Dora Alonso, Carucha Camejo y René Fernández, personalidades imprescindibles en el teatro de títeres en Cuba, son otros de los tópicos que abordan los 13 textos de Rubén Darío Salazar reunidos en este volumen, que contiene asimismo un apéndice fotográfico y la cronología de las obras de Teatro de Las Estaciones, desde 1994 hasta 2018, fecha de cierre de la publicación.
«Y hay también una entrevista, una larga entrevista que responde al hombre que fui en 2009», agrega Rubén Darío y confiesa: «Muchas cosas siguen igual, sobre todo en cuanto a respeto, entrega y fascinación por mi profesión, otras cambiaron, se enriquecieron o me hicieron asumir nuevos criterios sobre la esencia de una manifestación tan antigua como el mundo».
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