Hay tantos tipos de poesía como personas. En ocasiones, los que dominan la vida literaria quisieran que hubiera un solo tipo, y se inventan las poéticas, los modos, las obligaciones discursivas, los cánones rigurosos, las legitimaciones que solo pueden adjudicarse en determinados espacios y desde específicas posturas frente a la vida y el arte. Pero lo esencial en cualquier escenario vital es la diversidad y el flujo inagotable de fondos y formas.
Estas notas sobre poetas cubanos y de cualquier parte del mundo se fueron escribiendo durante años con diversos propósitos y precisamente con la óptica de que la poesía es el lenguaje más personalizado hasta ahora conocido de la comunicación humana. Quien excluye un tipo de lenguaje en poesía está separando un gran número de personas. No solo a los que producen ese tipo de lenguaje, sino también a todos los que lo consumen con especial deleite y estimación.
No toda la poesía del mundo se escribe para transgredir y trascender, como algunos actores de la vida artística suponen. En todos los lenguajes reside la esencia de un espíritu, que es simultáneamente único y pluralísimo.
DESDE LA MISMA ENTRAÑA DE LO POPULAR
La poesía de Argel Fernández Granado se nutre de la sensibilidad popular y de la más honda tradición lírica cubana. Intercambia vivamente con múltiples voces, de ayer y de hoy, y expresa con suma fuerza su individualidad creadora al tomar como asuntos los espacios y seres de su mundo. Sus textos se enuncian desde la emoción, y gozan de alto nivel asociativo. Un elevado número de sus analogías son de origen natural, o trabajan con elementos de los cuales tiene experiencia directa. Es muy conocida su labor en la formación de nuevos valores del repentismo cubano, actividad en la que ha acumulado éxitos indudables. Muchos de los rasgos que inculca en esas promesas del canto nacional, proceden de su educado gusto estético y de su admiración por las grandes venas líricas de nuestro pueblo. Él mismo es muestra de ello, pues toda su creación conserva la capacidad de asombro y la teluricidad profunda que caracteriza a la poesía que no ha perdido sus raíces colectivas. Los registros emocionales de sus versos revelan una gran bondad interior y un sentido inclaudicable de la autenticidad en el arte.
Argel Fernández Granado (Puerto Padre, Las Tunas, 1963). Poeta, narrador, promotor, editor. Ha publicado, entre otros muchos títulos, los siguientes: No caer a solas, Negación del ángel y Casi todo, la noche y lo demás.
UNA POESÍA MADURADA EN SILENCIO
La poesía de Elías Henoc Permut ha atravesado diversas fases, a pesar de la juventud de su autor. Espíritu inquieto, dotado de una memoria prodigiosa, visitador asiduo de la tradición lírica cubana de ayer y de hoy, muy difícilmente se podrá encontrar otro creador cubano de su edad que conozca la obra de tal número de poetas contemporáneos y declame a viva voz largas tiradas de sus versos. Reconocido artista plástico, que trabaja con delectación las criptografías y los emblemas esotéricos, de los que extrae mucha sabiduría visual, sus versos también gozan de una elevada capacidad para la transmisión de lo inefable y lo que solo puede ser conocido a través del ejercicio simpático de la intuición. El poeta también ha incursionado en la poesía más abierta y directa del coloquialismo, en cuyas exploraciones ha sumado al tono de la conversación saltos surrealistas o desenfados comunicativos diversos. Posee un sentido crítico muy fino, educado en la aceptación de las más diferentes maneras de encarar la poesía, que le permite encontrar las esencias discursivas más allá de los fundamentalismos estéticos al uso, aunque no cultiva con sistematicidad la escritura valorativa. El poeta sabe manejar sus lecturas como vivencias, lo que ofrece a lo adquirido por la cultura un estremecimiento genuino del alma que busca y lucha por comprender el enigma de la existencia humana.
Elías Henoc Permut (Ciego de Ávila, 1976). Poeta y artista plástico. Premio Nacional Raúl Doblado 2003. Antologado en Arribos de la luz (Editorial Ávila, 2000). Recientemente ha publicado su primer libro de poesía.
LA EXPRESIÓN DE UN NOTABLE ESPÍRITU
La poesía para niños de Francisco Arturo Bauzá Martín es de mucha singularidad. Escrita fuera de los círculos literarios de la capital, en la barriada de Luyanó, dedicada a su nieta, y publicada póstumamente, revela un gran talento para el juego de las formas y la trasmisión de mensajes de gran sustancia humana. Hombre de una condición ética acendrada, de muchos valores espirituales, disfrutaba de las dotes necesarias para este tipo de poesía, que exige una gran suma de virtudes. Nunca se pierden en sus textos la fina subjetividad, la delicadeza moral, el amor por lo musical, el deseo de la libertad frente a las sujeciones de las pautas librescas. Y la fantasía todo lo preside, plasmada sin desbordes inútiles, en medio de una escuetez fresca, una síntesis de lo hermosamente pueril. Los sentidos no son de superficie, sino que debajo de los aparentes rejuegos libres palpita un deseo vivo del mejoramiento humano. Como canta el poeta, la aspiración de que todo niño coloque su amor al sol, como símbolo de purificación y elevación, recuerda evidentemente la presencia profunda de la poesía y la vida martiana.
Francisco Arturo Bauzá Martín (La Habana, 1948–2007). Textos suyos se incluyeron en la antología de poesía infantil Donde nacen las flores, publicada por Ediciones Extramuros. Pozo mágico, colección póstuma de poesía infantil, se publicó también por Ediciones Extramuros.
UNA PERMANENTE ATENCIÓN SOBRE LA ÉPOCA
La poesía de Diusmel Machado Estrada tiene una fuerte relación simbiótica con su medio. Cree en la autenticidad como uno de los ejes básicos de la aventura de escribir, por lo que todo el magma telúrico que lo ha configurado asciende vertiginosamente desde el sustrato de sus piezas líricas; pero se levanta, gracias a la dignidad artística y humana que lo caracteriza, a sitios de mayor realeza, según la utopía lezamiana. Viene desde adentro, para cantar en las afueras de la circunstancia, sobre el panorama permanente del ser. Pero la circunstancia no deja de estar, como aire y zócalo, como edafología del espíritu. En este juego de lo que se reduce y propaga, que es tan propio del lenguaje poético, Diusmel Machado es un maestro a pesar de su notable juventud. También lo es en el manejo de algunas pautas de probada dificultad, como la décima, que fascina a tantos y donde tan pocos alcanzan señorío de expresión. En la poesía para niños, en las ya plasmadas alegorías de nuestra época, en su actividad promocional, en la solidaridad profunda de la escritura, ha acumulado un ejercicio de fino valor artístico y notable humanismo.
Diusmel Machado Estrada (Guáimaro, 1975). Poeta, narrador, promotor, editor. Tiene publicados, entre otros muchos, los libros de poesía Casa primera, Caída del ángel a la gloria, País imaginado, Cuerpo de isla sordomuda.
ROBERTO MANZANO
(Párraga, septiembre del 2020)
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