La poesía se ocupa de los sentimientos, que son las urdimbres vibrátiles del mundo interior. Las emociones básicamente reaccionan, y los sentimientos refractan y catalizan. Con emociones organizadas se fundan estados sentimentales, y con estos estados se elaboran los paisajes psíquicos que distinguen a cada una de las personas. Una poesía es un paisaje psíquico. En ella se plasma un segmento de mundo interior. Con la particularidad de que el mundo interior posee naturaleza cuántica, en el sentido de que cada parte contiene al todo, y quien entra en una parte se encuentra visualizando al todo. Es de condición especular, los haces de luz dibujan lo existente en el momento de la interferencia. Y quien toca un poema toca una vida, como afirmaba Whitman. Así ocurre la lectura de poesía, se crea una interferencia mágica: se ve otra vida que es a la vez nuestra vida, y el pequeño escenario representativo que se palpa corre como un rizoma portentoso que nos muestra la integridad de lo complejo que todo lo reúne y expande.
POESÍA DEL SENTIR
La poesía de Hilarión Cabrisas alcanzó una gran popularidad en su tiempo. Tenía el secreto de la comunicación con el gran público, que consiste en manejar vivamente la poética del sentimiento, dotar de ritmo y musicalidad las piezas y establecer asociaciones que no constituyan insólitos arcos voltaicos, sino que se muevan dentro de las expectativas transferentes de los consumidores. Ya no existe el poeta, y tampoco existe su público, pero algunas piezas de su producción siguen vivas a través de la reproducción escrita: continúan comunicando vivamente, y en cuanto se leen se les respira la elocuencia y el dominio con que se plasmó un mundo interior. Hay, es indudable, eficacia artística, y autenticidad humana en lo expresado. Merecen ser conservadas y trasegadas, para bien de los lectores desprejuiciados. Sobre los autores de origen neorromántico, que optaron por dialogar con un público concreto dentro de determinadas coordenadas estéticas, ha caído el manto de plomo que les arrojaron sus adversarios de la vida literaria o los desdeñosos del olimpismo expresivo. En todos los huertos hay que escoger, pues nunca los frutos poseen idéntica redondez y luminosidad. Y en la vida social, si se quieren ensanchar los anillos receptivos de la poesía, hay una ecología que ha de cuidarse, para bien de todos los productores y consumidores. Hilarión Cabrisas es un clásico de uno de los anillos mágicos de nuestra poesía total.
Hilarión Cabrisas (La Habana, 1883-1939). Fue miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, del Círculo de Bellas Artes, de la Asociación de Escritores Americanos y de la Asociación de la Prensa. Algunos de sus libros son: Breviario de mi vida inútil, versos 1932, prólogo por Jesús Masdeu (Carasa, La Habana, 1932); La caja de Pandora, poesía (Editorial Hermes, La Habana, 1939); Sed de infinito, poesía, «Palabras de gratitud» por Antonio Iraizoz (Editorial Hermes, La Habana, 1939); La sombra de Eros, poesía (Editorial Hermes, La Habana, 1939).
PENETRACIÓN Y DESPLIEGUE DEL SÍMBOLO
La poesía de Carlos Manresa enlaza ministerio con misterio: se encuentra en la hebra de eternidad donde la vocación se impone sobre lo real con la fuerza soberana de lo íntimo. No es posible realizar tal portento de expresión y realización interna sin acarrear de los libros sacros el vapor solemne de lo que es definitivo en medio de lo provisional, de lo que el alma siente ya cuajado para todos los tránsitos. Por ello el poeta va más allá de los lenguajes, va más allá de las militancias literarias, va más allá de las ásperas coyunturas: estos tres reinos están en sus versos, por supuesto, pero tienen una alzadura hacia un porvenir más alto que le ofrece una fluidez simbólica a la vivencia dinámica de la angustia: el espíritu entra en su separación profunda para establecer todos los vínculos, y de la inmediatez dolida extrae su extranjería más ligada y victoriosa. Extranjeros somos, llenos de sed de una patria que procuramos en silencio, como poceros principeños en la llanura celeste. Pero algo que es poesía, que puede estar en la poesía, pero que es otro tipo de poesía más vertical y vasta, y que el verso agradece cuando en él se encarna, concita como un misterio al ministerio, brinda a la vocación una hebra sonora de la eternidad. Todo esto se siente, mucho más que se interpreta, en los versos elásticos y profundos de Carlos Manresa.
Carlos Manresa González (Camagüey, 1975). Sus textos poéticos aparecen en publicaciones cubanas y extranjeras. Ha realizado numerosas traducciones de poesía. Escribe también crítica y ensayos. Léternel étranger / El eterno extranjero, cuaderno poético suyo escrito en francés y español fue publicado en la Colección La Candelaria (Editorial Homagno, Miami, Estados Unidos, 2011).
TRUNCAMIENTO Y LIBERTAD DEL SUEÑO
La poesía de Heriberto Machado Galiana denuncia la dolorosa propiedad que tiene la vida cotidiana de truncar lo más hermoso, de actuar como dique de la prodigiosa compulsión del sueño. Hay algo también paralizante en ciertas áreas oscuras de la condición humana, que actúa como una invisible resistencia al amor más perfecto. Como en una caja llena de resonancias, o en una escena abierta a la dramaturgia de inefables conflictos, el mundo interior del poeta registra ese encuentro tremendo de fuerzas, que unas a otras se neutralizan e impiden la materialización profunda del destino. Solo el amor —la dulce espera de la muchacha amada— vence y acompasa el ir y venir de las ansias innombrables. La juventud del poeta acomoda al mundo, frente a las horas inertes, subiendo desde la epicidad del dolor —real o mental— hasta los predios donde la muerte agita sus flámulas diarias. Acomoda al mundo dentro del avance de los días, para que el espíritu recupere lo que encrespa y atorbellina aquello que debiera fluir con beneplácito hacia el sueño. Sus poemas son parlamentos dichos con los puños o la mirada alta hacia lo inescrutable celeste. En lo celeste cree firmemente el poeta, pero alrededor de la vivencia hay un alarmante eslaboneo de espinas que se denuncia con vigor, para que la poesía se abra como una espiral de deseo quebrando la misma circularidad de los días. El lector leerá versos de un joven que está centrado lúcidamente sobre su mundo, y capta con nitidez todos los trágicos paisajes que dibujan las circunstancias en el alma de los que sueñan.
Heriberto Machado Galiana (Venezuela, Ciego de Ávila, 1987). Ha obtenido numerosos premios. Su libro Las horas inertes, Premio de Poesía de Primavera 2011, se publicó en el 2012 por Ediciones Ávila. Tiene otros libros de poesía publicados.
LA POESÍA COMO TESTIMONIO
La poesía es sobre todo testimonio. Aunque en la más alta poesía el juego y la fantasía, el ánimo de trascendencia y la ingeniosidad de formas, la penetración en lo desconocido o el calado sintético en lo histórico inmediato, son decisiones inalienables, potencialidades que se funden expresivamente, en la poesía de cualquier tipo no puede faltar nunca la palabra —directa o florida— de un testigo, el testimonio de alguien que ha vivido o soñado en algunas de las direcciones básicas de la naturaleza humana. En los versos de Pierre Bernet Ferrand lo testimonial es el eje de las exploraciones, la plataforma sobre la que se asienta el discurso. Y para dar testimonio, desde el punto de vista biográfico, lo primero es encarar el acto expresivo como si fuese un hecho notarial, un memorial o informe de la vivencia de donde se ha extraído la sabiduría de la existencia. Las palabras que convienen, con exactitud y economía, y que la vehemencia y verdad de lo dicho se respiren como una atmósfera viva.
Pierre Bernet Ferrand (Guantánamo, Cuba, 1950). Ha aparecido en antologías publicadas en Cuba, Argentina, España, Perú, Canadá, Italia y Brasil. Ha publicado, entre otros, los siguientes libros de poesía: Asunto personal (1990), Oraciones del caminante (1992), Simple mortal (1995), La pura realidad y otros poemas ((1995), Pan de mí (2006), Mirar profundo (2014).
Visitas: 191
Deja un comentario