A propósito del 509 aniversario de la fecha fundacional señalada para la otrora segunda villa cubana, las letras traen a Pocho, así, más cercano con su alias, cómo le gustaba que le nombraran los más cercanos a Ambrosio Fornet Frutos, nacido en esta tierra en 1932 y desaparecido físicamente en abril del actual año.
El espacio Sábado del Libro en los portales de la Casa de Cultura 20 de octubre recibe y presenta el volumen Yo no vi na y otras indagaciones realizado por Ediciones Bayamo. Sin dudas la salida de este libro fue un regalo para Pocho, no solo porque anuncia la faceta de narrador, para quienes pretenden encasillarlo en la de editor, crítico literario, guionista cinematográfico o ensayista, y sobre todo porque ve la luz en la editorial territorial de su tierra natal.
El anfitrión Erwin Caro Infante, narrador y promotor cultural, invitó al también bayamés Salvador Escandell Guevara, miembro del Taller Literario de Bayamo a disertar acerca del pensamiento y la obra de Fornet Frutos, más allá del libro en cuestión.
No falta la visión bayamesa de Pocho y la mirada y el sentimiento de pertenecer a este lugar, a pesar de nacer en Veguita un poblado distante 30 kilómetros de la capital provincial pero ligado a Bayamo como jurisdicción desde su fundación.
Conmueve por sus tintes líricos y hasta románticos, la descripción de la Historia de Bayamo, que generosamente confió para La Campana, publicación periódica de la cultura granmense. Fornet se sintió bayamés y aquí estudió, se hizo hombre de familia, obrero, aquí fundó y leyó, de aquí partieron sus sueños, los que hicieron a ese hombre grande y sencillo a la vez, grandeza por el conocimiento, la pedagogía, la obra, y sencillez por la modestia y no encarnar nunca el papel de sabio, sino más bien de ese eterno aprendiz. Así lo ví yo a través del correo electrónico, las llamadas telefónicas y una o dos veces en presencia cara a cara, mientras coordinaba la publicación local citada.
La inexperta temblaba ante el diálogo con el maestro, pero aquel en tono y con mañas que solo un alma buena cultiva, hacia fluir las ansiedades hasta tocarlas en diáfana plática de dos coterráneos.
Yo no vi ná… confirma que el don de las letras le fueron dadas sin remilgos. En el volumen breve aparecen seis narraciones, en una primera parte, que tienen a Bayamo cómo escenario donde se mueven personajes singulares que destacan en su accionar cotidiano la tradición vernácula.
Luego, en la segunda parte del texto, las indagaciones a manera de apuntes bibliográficos, una charla, la reseña de un libro y una experiencia de generación, todos dentro del folklore bayamés tan especial para él.
Fornet, quien firmó varias antologías y monografías de la literatura cubana, Premio Nacional de Edición 2002 y de Literatura en 2009, merecedor de reconocimientos por su incansable obra de pensamiento, regresa a Bayamo cómo cronista, para no irse nunca.
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