«No hay quien dude que Carilda Oliver Labra es un símbolo de toda Cuba», afirmó el ministro de Cultura Alpidio Alonso Grau, durante las celebraciones por el centenario de esta emblemática poeta, en su natal ciudad de Matanzas.
En declaraciones a Cubaliteraria, el ministro de Cultura dijo que ella había ganado un lugar indiscutible en el imaginario, en el corazón de nuestro pueblo, «desde una obra trascendente —transgresora, sincera, múltiple, contemporánea siempre—y desde una personalidad cautivante, sugestiva, en torno a la cual se tejió un mito que pervive».
Tras recordar que ella le cantó al amor, a Matanzas, a la vida toda, a Fidel, a Cuba, el ministro de Cultura consideró que aún queda mucho por descubrir acerca de esta autora, como se pudo ver en los coloquios de la jornada nacional de homenaje desarrollada en su ciudad natal, del 4 al 6 de julio.
En uno de estos espacios de opinión, Miguel Barnet, presidente de honor de la Uneac, y uno de los grandes amigos y defensores de la obra de Carilda Oliver Labra, hizo énfasis en el carácter universal de su obra poética, pero también en su cubanía, y en esa capacidad de beber de muchas fuentes, como nuestro ya clásico ajiaco.
En los dos coloquios que se organizaron, uno en la casa de José Jacinto Milanés (hoy Archivo Histórico Provincial) y otro en la Casa de la Memoria Escénica, participaron también Marilyn Bobes, Virgilio López Lemus, Lidia Meriño, Arístides Vega Chapú, Norge Espinosa, Israel Domínguez, Yamil Díaz Gómez, Marvelis Díaz y Derbys Domínguez.
En estos encuentros se abordaron numerosos aspectos relacionados con la existencia y con la obra de la Premio Nacional de Literatura: sus filiaciones poéticas, el feminismo, el erotismo, lo social en sus versos, el exilio, su prosa, lo performático, el mito, la amistad, la plenitud de la vida, el quinquenio gris, la que ayudaba a los jóvenes, la polemista, la poeta que llenaba teatros y a la que le lanzaban rosas…
Alfredo Zaldívar Muñoa, uno de los integrantes del comité organizador de estas celebraciones por el centenario de Carilda, dijo a este sitio digital que «resulta imprescindible tener esta perspectiva abarcadora para acercarse a Carilda desde sus esencias, lejos de cualquier tipo de maniqueísmo, de interpretación errónea de lo que ella es».
Como parte de esta jornada realizaron asimismo el espacio de poesía y trova Concilio de las aguas, la tertulia Al sur de mi garganta, lecturas públicas de poetas de varias generaciones e inauguraciones de exposiciones de las artes visuales.
Igualmente se presentaron varios libros preparados por las casas editoras yumurinas. Aldabón dio a conocer una reedición de Al sur de mi garganta, y además un volumen que reúne textos críticos sobre ese emblemático poemario de Carilda; se titula Venía del Sur. Vigía puso en manos de los lectores Decían…, una bella producción manufacturada. Mientras, Ediciones Matanzas propuso una plaquette, de la colección Manglar y Uvero, con una selección poética de la homenajeada.
Ya al cierre de la jornada, se dio a conocer el veredicto del Premio Extraordinario de Poesía Centenario de Carilda Oliver Labra. Resultó ganador del mismo el joven autor villaclareño Renier Pérez Pérez, por su cuaderno Elegía del inocente y del maldito.
Carilda Oliver Labra (Matanzas, 6 de julio de 1922- 29 de agosto de 2018) es una de las voces más trascendentes de la poesía Hispanoamericana. También escribió prosa y publicó un poemario para niños y jóvenes. Mereció importantes reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura (1997), Premio Internacional José Vasconcelos (México, 2000) y Premio Rafael Alberti (España, 2009).
Visitas: 49
Deja un comentario