El bebé nunca resbaló de sus manos enjabonadas. Su cabecita no chocó contra el borde de la bañadera. Ella no gritó desesperada ni tiró de sus cabellos hasta desfallecer. Tampoco se aferró al ataúd suplicando que la enterraran junto a su hijo. Ella pasa frente a mi portal con el niño entre sus brazos. Se […] Leer más
Blandía el revolver entre sus manos. Me lo quitó mientras nos besábamos. Lo permití. No estaba cargado. –Tengo ganas de darme un tiro en la cabeza -dijo serena. –Mi vida, no me hagas eso. Que sin ti no puedo estar. –En serio, tengo ganas de darme un tiro. –Mi amor, ¿y esa idea?… vamos, […] Leer más
¿Te acuerdas cuando jugábamos a llenar los animalitos de agua? Los animalitos estaban vivos y les abríamos bien las bocas para llenarlos de agua con una manguera negra. Qué cómico. Qué interesante. A ti te ingresaron en un hospital de día y a mí me ingresaron en un hospital de noche. Porque también le abrimos […] Leer más
Lo torturaron, pero por más que lo torturaron, no le hicieron hablar. Entonces lo mataron, pero por más que lo mataron, no le hicieron callar. Primera Mención. Concurso Internacional de minicuento El Dinosaurio 2006. Visitas: 1024 Leer más
La claridad del día casi murió sin nacer. Unos iracundos nubarrones, semejantes a vientres infaustos, cruzaban veloces, cargados de brutal escoria volcánica. Las aguas, como animales, empezaron a reptar por los escalones hacia el piso superior. A la vez, sumergidas corrientes hacían una incesante labor de zapa contra pisos y cimientos. El líquido ejército asfixiaba […] Leer más
El hombre, parado frente al mostrador de la casa de Quiniela, trataba de decidir a qué número jugar. El tábano se le apoyó en el hombro izquierdo. –Juéguele al noventa –dijo el tábano. –¿Por qué? –preguntó el hombre. –Es el miedo. Ayer soñé que un viento fuerte me arrastraba lejos. –Está bien –dijo el hombre […] Leer más
Se habían terminado los alimentos y las bebidas. El último pedazo del cirio desapareció después de la eterna jornada amorosa. Otra vez, aunque el sol luchaba desde el cielo, las sombras tomaban la casa. El aire oscuro, ametrallando a golpes los cristales, no amainaba. En la planta baja, las líquidas corrientes se apoderaban de cada […] Leer más