Muy diferente hubieran sido el desarrollo del libro y la literatura en Cuba en los últimos tiempos, sin la creación en el año 2000 del Sistema de Ediciones Territoriales, SET, concebido por el Comandante en Jefe Fidel Castro para llevar a letra impresa las obras de los cientos de escritores que, radicados al interior del país, generalmente debían esperar por los resultados de un concurso para ver publicados sus textos.
La iniciativa tuvo sus antecedentes en los intensos debates que se produjeron en 1998 durante el VI Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Uneac, en relación con la acumulación de libros inéditos que se había originado en la primera mitad de esa década, cuando la nación atravesaba los más difíciles años del llamado Período Especial.
Poco más de 20 sellos se han establecido en estos cuatro lustros en las quince provincias e, incluso, en el municipio especial Isla de la Juventud; los cuales han permitido sacar a la luz más de siete mil títulos, entre los que se encuentran numerosos referidos a temas de trascendencia específica para el territorio en cuestión.
Tal aporte a las Letras y a las Ciencias Sociales de la nación ha tenido, como es obvio, su reflejo en la Feria Internacional del Libro, que, no sólo comercializa estas producciones en los stands de ventas, sino que además brinda espacio al SET en el programa académico y, en esta edición, lo incluye entre sus dedicatorias especiales, en ocasión de arribar este al aniversario 20 de su constitución.
La aparición en 1986 de un sistema de impresión digital de alta velocidad fabricado en Japón por Riso Kagaku Corporation, las famosas risograff que también han dado nombre al proyecto (RISO), aportó el elemento tecnológico necesario para el abaratamiento de un proceso muy costoso en sus métodos tradicionales e hizo factible el sueño de expandir el sistema editorial de un pequeño país subdesarrollado y bloqueado.
También en los inicios fue necesaria la distribución de computadoras, guillotinas, presilladoras, papel y otros insumos; así como capacitar a editores, diseñadores y técnicos especializados en dichos menesteres, quienes no han dejado de sufrir en estos años las perennes limitaciones desprendidas del cerco económico que se nos tiende.
Aunque alguna que otra vez se les ha señalado la precipitada publicación de determinados autores, predominan la calidad en los contenidos difundidos por estos sellos y la belleza de sus diseños; sobresaliendo en este último aspecto Ediciones Matanzas, una de las decanas del SET.
Pertenecen estas entidades a los Centros Provinciales del Libro y la Literatura, los cuales son atendidos metodológicamente por el Instituto Cubano del Libro, poseedor a su vez de ocho casas editoriales con capacidades productivas muy superiores.
No obstante, la meritoria función social y el aporte cultural que realiza el Sistema de Ediciones Territoriales no pueden medirse por la cantidad de libros o revistas que consigue en una tirada. De ello dará fe FILCUBA 2020, un evento que, celebrando, se beneficiará de dos décadas de empeño en aras de diversificar nuestra literatura y visibilizar a los nuevos escritores del patio.
Tomado de Cubarte
Visitas: 166
Deja un comentario