
«El cine hace volar la imaginación humana». No creo que, en la lengua cervantina, haya un aforismo que refleje con mayor exactitud el impacto que tiene el séptimo arte en la capacidad creadora del homo sapiens, y al mismo tiempo, la mejor carta de presentación del libro Cincuenta años del cine cubano (1959-2008), compilado por los críticos cinematográficos Luciano Castillo, presidente de la Cinemateca de Cuba, y Mario Naíto, presidente de la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica (ACPC), y publicado por Ediciones ICAIC, para festejar los 65 años de la constitución del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC)
Ante todo, habría que destacar los valores históricos e ideo-estético-artísticos en que se estructura ese texto, devenido valioso aporte a la bibliografía existente en la mayor isla de las Antillas acerca de esa línea temática.
Por otra parte, Castillo y Naíto decidieron incluir en ese libro artículos de la autoría de ilustres miembros de la ACPC; artículos que, según los hallazgos de una encuesta realizada a los integrantes de dicha Asociación, así como a los miembros activos de la Sección de Crítica e Investigación de la Asociación de Cine, Radio y Televisión, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), tienen como eje central o punto focal los mejores filmes de ficción, documentales y animados exhibidos por el cine cubano durante ese período socio-histórico.
Esa joya de la bibliografía especializada se encuentra a disposición de los amantes de la pantalla grande, y concretamente, de las emblemáticas cintas, documentales y animados, proyectados —entre 1959 y 2008— en las salas oscuras del archipiélago cubano.
Estoy seguro de que quienes decidan incursionar en las páginas de dicho volumen disfrutarán al máximo su lectura, la cual los hará reflexionar —con espíritu crítico— acerca de la producción intelectual y espiritual producida en el campo de la cinematografía insular durante medio siglo.
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