Con Ojos de espectador. Críticas y ensayos de Eduardo Manet, compilado por el escritor Carlos Espinosa Domínguez, es el título del libro publicado por Ediciones ICAIC, para rendirle homenaje al crítico cinematográfico, ensayista y periodista, Eduardo Manuel González Manet.
Las críticas de cine escritas por el intelectual franco-cubano, y publicadas en el diario Granma, así como en la revista Cine Cubano, han sido reunidas en el volumen El espejo pintado, y recogidas en el texto Con ojos de espectador. En dichos materiales se muestra —con meridiana claridad— a un gran conocedor de los más íntimos secretos del séptimo arte.
Con esas dos compilaciones de Espinosa Domínguez se redescubre a un crítico de cine que puede compararse —sin duda alguna— con el ilustre escritor y periodista Guillermo Cabrera Infante (1929-2005).
Tanto es así, que solo se necesita establecer una simple comparación entre los criterios sobre filmes vistos y analizados por esas dos personalidades de la cultura insular y mucho más allá de nuestras fronteras geográficas.
A título de ejemplo, podríamos citar la cinta De repente en el verano. Las interpretaciones que, desde una óptica objetivo-subjetiva por excelencia, hacen de esa película cada uno de ellos son dignas del más cálido elogio, así como el esmero en el uso de la lengua cervantina, no obstante el hecho de no estar de acuerdo con la adaptación que hiciera el cineasta Joseph L. Mankiewicz (1909-1993) de la obra del genial dramaturgo Tennessee Williams (1911-1983).
Las obras El espejo pintado y Con Ojos de espectador… confirman el aserto de que el cine puede prolongarse en el tempo psíquico con la valiosa ayuda de la recepción, escritura y lectura. Obviar u olvidar un discurso crítico que ensancha el horizonte cultural del espectador, y en consecuencia, focaliza la atención y el interés hacia el audiovisual de épocas pretéritas, deviene —sin ningún género de duda— un crimen de lesa humanidad.
Al respecto, podríamos formular las siguientes interrogantes: ¿qué nos hemos perdido como espectadores?, ¿De dónde proceden determinados guiños e influencias?, ¿Qué preferencias tiene quien escribe sobre cine y a cuáles códigos se adhiere cuando comparte su visión con el lector acerca de la obra apreciada desde la vertiente estético-artística?
Las respuestas racionales a esas u otras preguntas las podrá encontrar quien decida incursionar en las instructivas y amenas páginas de Con ojos de espectador…, que registra la producción intelectual y espiritual de uno de los mejores críticos cinematográficos de todos los tiempos; obra que jamás será confinada al olvido, que según la poetisa, escritora, crítica y periodista Mercedes Santos Moray (1946-2011) «es la miseria del espíritu».
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