«Un cuento es un puño cerrado.
Una novela es una mano abierta».
En la tarde de ayer 21 de diciembre el espacio «Libro a la carta» —y su creador Fernando Rodríguez Sosa—, al tener como invitado a Francisco López Sacha —a quien se dedicará la 32º Feria Internacional del Libro de La Habana 2024— nos regalaron la posibilidad de conocer sucesos y detalles biográficos de este narrador, ensayista y profesor, nacido en Manzanillo en 1950, que ha recibido los premios Juan Rulfo, Alejo Carpentier, Razón de Ser, Abril, La Rosa Blanca y La Gaceta de Cuba.
De la mano de Rodríguez Sosa, conocimos sobre los inicios, ¡con solo nueve años! de Sacha en el universo literario al escribir un poema —aunque no recuerda sus versos—, luego vino un cuento inédito, «La mariposa fugaz de los sueños de amor» —título que piensa rescatar en el futuro para algún libro—, y luego otro poema sobre la desintegración del icónico grupo The Beatles, y luego vino la crítica —que nunca ha abandonado—, literaria y audiovisual…, con énfasis en la de cine; pero desde joven sintió esa necesidad de expresarse a través de la literatura, si bien empezó a escribir en serio a partir de los 20.
Aunque ha publicado varios libros de cuentos (Descubrimiento del azul —que estuvo a la venta al final del espacio «Libro a la carta»—, La división de las aguas, Análisis de la ternura y Dorado mundo, así como la antología personal Figuras en el lienzo), se confiesa amante de la novela —ya cuenta con varias El cumpleaños del fuego, Voy a escribir la eternidad, El más suave de todos los veranos— y está en camino una nueva propuesta, «El licor diabólico», en la cual replica la estructura de la Ilíada de Homero, narra un relato de ficción y, a la vez, va contando la historia de la Revolución cubana.
También ha incursionado en el ensayo, destacando La nueva cuentística cubana y Pastel flameante, así como en el oficio de antologar con Fábula de ángeles y La isla contada, el cuento cubano contemporáneo.
En cuanto a géneros, reconoce no estar atraído por la creación de piezas teatrales o guiones —ni siquiera cinematográficos—, ni tampoco por la tecnología de las computadoras y móviles a la hora de la escritura. Fiel a su máquina de escribir, expresa que esta afición tiene mucho que ver con su evidente pasión por la música, pues el teclado de las PCs le parece «frío, no tiene la sonoridad de las teclas tradicionales»; la mayoría de sus novelas tienen de trasfondo una partitura musical; entre sus escritores favoritos se encuentran Carpentier y Thomas Mann (ambos famosos por sus inclinaciones hacia la música). Además, reveló que desea escribir un libro sobre los «Chicos de Liverpool» y que su mayor anhelo es ser cantante de rock and roll, su género musical predilecto.
Para finalizar, expresó que su guía e inspiración creadora ha sido el coterráneo Luis Felipe Rodríguez, quien a pesar de haber muerto pobre, siendo poco exitoso en lo social y personal, se dedicó a poner a Manzanillo en lo mejor de la literatura contemporánea, empeño que el propio Sacha desea perpetuar.
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