El propio año de la aparición de Versos libres,[1] el otro gran escritor que había dado el siglo XIX hispanoamericano se detiene por primera vez en el libro. Bajo el título de «José Martí, Poeta»[2] Rubén Darío escribió cuatro artículos que aparecieron en La Nación de Buenos Aires entre abril y junio de 1913. Luego de 30 años de silencio una escritora puertorriqueña da a la luz en el Archivo José Martí, correspondiente a enero-abril de 1943 un breve ensayo con el nombre de «Versos libres de José Martí»[3].
El trabajo de Concha Meléndez comienza con una afirmación atrevida, pero certera: «Al frente de estos versos, Martí escribe una declaración estética a la cual el análisis crítico tiene poco que añadir».[4] Y lo dice porque, a pesar de cierta metaforización que hay en el prólogo, los límites de su universo estético, aunque magnos son discernibles. Entonces se refiere al transitado asunto de lo romántico en Versos libres, y lo hace de modo singular, glosando aquellas ideas y versos en donde está contenido. La escritora puertorriqueña parece que es también de las primeras en señalar una de las fuentes de pensamiento en el poemario: «No sé si a través de lecturas, o por adivinaciones de su pensar metafórico, Martí llega a aceptar la tremenda ley kármica de los budistas. Acaso tomó sustancia de esa ley en el ensayo Compensation de Emerson. Pero está ya, neta en el primer poema de Versos libres: la naranja dará vino de naranjo, y el suelo donde se siembran lágrimas árbol de lágrimas dará».
En Temas Martianos, 1ra serie, (1969) aparece también, además del ensayo de Cintio, un acercamiento ineludible a la hora de estudiar la poesía martiana. Me refiero a «Los versos de Martí» de Fina García Marruz, que he comentado en más de una ocasión, por contener razonamientos muy agudos y originales sobre el tema, y que posee un acápite dedicado a Versos libres.[5] Aquí la ensayista no intuye, como otros estudiosos, la grandeza del libro, la define con certeza, con juicios categóricos y lúcidos que, aunque cuentan con algunos acercamientos precedentes que le sirven como base, deben mucho a su magnífico intelecto, como aquel donde afirma que Versos libres fue su libro más importante, desde el punto de vista de la innovación poética, y que en él estaba el comienzo de la poesía moderna en nuestra lengua,[6] luego de vincular el estilo de estos versos con el de las crónicas norteamericanas.
En el ensayo escrito en 1964 quedan también dibujadas las circulaciones del libro en grandes poetas posteriores, dígase Darío, Unamuno, Juan Ramón. La también poetisa alude al profundo poder antitético de la palabra en el poemario, que inevitablemente penetra las márgenes del estilo, como ella misma apunta.
A manera de constatación de la verdad enunciada por Fina, al hablar de los Versos libres como iniciadores de la poesía moderna en castellano, comienzan a aparecer, en las tres últimas décadas del siglo que recién dejamos atrás, estudios que revalúan la importancia del libro dentro de la obra literaria de Martí, y sus peculiaridades como punto culminante del Modernismo hispanoamericano.
Entre sus autores se destaca el profesor estadounidense Ivan Schulman, quien ha desarrollado una amplia obra de acercamientos a la poesía y la prosa de nuestro escritor. Su trabajo «La “Estrofa Nueva” y la dialéctica del Mundo y el Trasmundo de los Versos libres»,[7] publicado en 1970 comienza[8] describiendo a grandes trazos el libro martiano: «Poesía subjetiva y visionaria, de lenguaje inventivo, de ritmo y puntuación musicales y modernos —diríase contemporáneos en algunos casos― y de estructura y tono impares considerando la época de su composición». Al describir el contrapunto que se establece dentro de la poética del cubano entre los Versos libres e Ismaelillo y Versos sencillos acude sabiamente a las propias ideas de Martí esbozadas en el prólogo de este último poemario: «La serenidad y naturalidad de los Versos sencillos y de Ismaelillo están simbolizados en la abeja “merodeando entre la flores”, y los Versos libres […] “obra poética” de mayor vigor y más hondo dolor, por el mar, la ola, la noche negra y las rocas del castillo ensangrentado.» E, impelido por lo impetuoso de la idea en este libro, se detiene en el estudio de las palabras claves de Versos libres: «amor, libertad, indómito, ardiente, natural, candente, vigoroso». Otra de sus preocupaciones es dejar sentada la diferencia de Martí con el resto de los poetas modernistas:
Para Martí la emoción y el espíritu son los ingredientes fundamentales de la creación poética. Este concepto da origen al verso confesional y produce una poesía de desahogo con funciones balsámicas. En Martí nunca prima la búsqueda de la novedad o de la originalidad de por sí como en algunos modernistas posteriores, prendados de formas estilizadas y preciosistas; en él predomina más bien la angustia por expresar con arte la realidad auténtica, las verdades o las necesidades del alma.[9]
Describe también un fenómeno aparentemente contradictorio: la tradición dentro de la ruptura que exhibe toda obra original, y seguidamente define la poética del libro:
Pero la poesía martiana, y la de los Versos libres no gravita en torno a la naturaleza, pese a la singular relevancia de ella en su pensar y en su estilo, sino que es una expresión homocéntrica. Su homocentrismo se mueve en dirección centrífuga, desde el interior hacia el exterior —el encuentro del alma con el universo― y desde abajo hacia arriba —búsqueda perenne de perfección e idealismo.[10]
El estudioso concluye refiriéndose a la «unicidad del pensamiento y de la moral martianos» donde se verifica un equilibrio entre lo terrenal y lo celestial, y el hombre remontará la escala universal cuando termine su misión en el mundo.
[1] Versos libres, Obras Completas, Volumen XI, La Habana, Imprenta y Papelería de Rambla, Bouza y Compañía, 1913, intd de Gonzalo de Quesada y Aróstegui (1900- 1919) 16 tomos.
[2] Rubén Darío. «José Martí, Poeta» en Antología Crítica de José Martí, Universidad de Oriente, Editorial Cultura, México, 1960, p, 267 – 296.
[3] Concha Meléndez. «Versos libres de José Martí». Archivo José Martí, n. 6, enero – abril, 1943, año IV, p. 376 – 377. El ensayo está firmado en Rueca, México, Verano de 1942.
[4] Concha Meléndez. Ob. Cit. p.376.
[5] Fina García Marruz. «Los versos de Martí» en Temas martianos, 1ra serie. Biblioteca Nacional José Martí, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1969, p. 240 – 267-
[6] Parece que es Fina la primera en enunciar en tales términos una verdad tan trascendente, y que tantos estudiosos después de ella convertirían en tema de investigación y polémica.
[7] Ivan Schulman. «La “Estrofa Nueva” y la dialéctica del Mundo y Trasmundo de los Versos libres» en Homenaje a Sherman Eoff, Madrid, Castalia, 1970, 259 – 272.
[8] Este ensayo está conformado por dos acápites de un trabajo mayor, publicado en el mismo año, como prólogo a la edición de Versos libres de 1970, Editorial Labor, Barcelona. Allí su autor refiere que para aquella fecha Versos libres era el poemario de Martí de «comentario crítico más exiguo», pero sin embargo en él figuran «algunas de las creaciones más originales de la poética martiana”. De su análisis del prólogo al poemario, y del pensamiento poético de Martí en prosa concluye, en juicio original, que Martí establece un nexo entre poesía subjetiva (“tajos”), realidad social y valores ideológicos». Esta singular mezcla es la que produce el nacimiento de un texto extraño. En dicho prólogo Schulman relaciona los preceptos de la poética martiana con los contenidos en Versos libres. Así une prosa y verso en su afán demostrativo y caracterizador, e intenta describir en pocas palabras lo que hace Martí en Versos libres, arribando a caracterizaciones aportadoras:
En Martí se da el tipo de fantasía que convierte la materia de los espacios más recónditos del alma en formas «extrañas» presentadas a menudo dentro de un poema en fragmentos abruptos que rompen las líneas tradicionales del tiempo y el espacio. Estos son los momentos en que se descubre el cariz imaginativo- el de la «Fantasía» descrito por Vossler, el del «artista de intensa fantasía»… capaz de crear la expresión que traduzca, sin falsearla, la originalidad de su mención síquica. Por eso se emancipa de su comunidad lingüística; pasa por encima o por debajo de las palabras.
El crítico también trata de racionalizar los hondísimos y complejos presupuestos ideotemáticos del poemario, así como rastrear la poética de Versos libres en cuanto tramo dejó escrito el gran artífice. En la parte final de dicho prólogo analiza el delicado problema de la forma e índice en que los manuscritos han llegado a nosotros, la historia pública del libro no publicado en vida de Martí, para terminar ofreciendo una versión muy privada y polémica de las variantes de los versos y los poemas, que hubo de provocar interminables preguntas y respuestas en el mundo crítico literario cubano de la época. Ob. Cit., p.259 – 260.
[9] Ob. Cit. p. 265.
[10] Ibídem
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