Rico debate ocurrió durante el desarrollo del programa profesional de la Feria Internacional del Libro en Cienfuegos 2024.
Los poetas Carlos Esquivel (premio Nicolás Guillén 2023), Nelson Simón, premio Uneac y de la Crítica, junto a los del patio Jesús Candelario y Angel Melians que fungió como moderador, expusieron ideas sobre fenómenos socioculturales y psicoculturales relacionados con la poesía cubana contemporánea.
Aunque se propuso de entrada el tema acerca de la tradición poética en relación con la modernidad, y sus tópicos recurrentes, (verbigracia: La Isla, la migración, el mar, el pensamiento sobre lo insular), el panel se abrió a hacia muchas perspectivas:
Carlos Esquivel: tiempo muy singular
Generaciones y grupos estéticos
«La idea de las generaciones me parece un estorbo mental; obstáculos un poco tramposos para agrupar de manera un poco rígida a un conjunto de autores de diversas edades.
»Habría que pensar, entender esa singularidad; que hay un movimiento de autores jóvenes que está habitando un mundo propio junto a otro grupo de autores que no son tan jóvenes.
»Antes había una agrupación o agrupamiento de autores, organizado en diferentes términos. La literatura cubana, sobre todo la poesía, se ha expandido en diversos grupos de poderes. Hay grupos significativos de autores plenos en un lugarcito como Baire, o Contramaestre. Los hay en las Tunas, en Pinar del Río o en varios lugares de este país».
Diversidad formal
«Hay muchos autores que no temen enfrentarse a las zonas métricas más tradicionales, que estuvieron mal vistas en algunos círculos de poder».
»Y es significativo que lo más renovador de la poesía cubana esté ocurriendo en moldes poéticos como el soneto o el terceto».
Redes
«También el fenómeno de las redes sociales ha hecho más fácil acceder a autores que estuvieron un poco sumergidos o relegados, que ponen en ridículo toda esa zona de promoción que estuvo refugiada antes en determinados círculos de poder».
Características
«Siempre la poesía cubana ha sido corrosiva, critica, con un juego muy significativo con la realidad y los problemas sociales, siempre ha sido de combate, en el mejor sentido de la palabra.
»Hay extraordinarios poetas que se han ido interponiendo a esas dudas de desafecto, de desencanto y desilusiones con la realidad social».
A mí me interesa entender la poesía cubana que se hace ahora mismo como un todo (incluyendo a esos mismos poetas que estuvieron antes sumergidos, esas siluetas de las que hablaba antes). No solo como insularidad, porque no nos podemos desprender de temas que son básicos en este tiempo.
Nelson Simón: Dialogar con los jóvenes
Por su parte el poeta y escritor para niños Nelson Simón, reconoció la vitalidad de la poesía cubana y su pluralidad como hecho escritural. Coincidió con Esquivel en que era muy diversa en geografía, pero aportó que, a su criterio, se habían desdibujado las fronteras generacionales; y en consecuencia era casi una necesidad sintonizar con la poesía joven.
A propósito, un joven del público le preguntó: «En el Festival de Poesía de La Habana siempre son las mismas voces, a veces con los mismos poemas, ¿por qué consideras que no hay lugar para las nuevas voces de poetas cubanos que, por ejemplo, publican en Facebook?».
Lo cual generó una rica respuesta que tocaba asuntos medulares como la diversidad, el rompimiento de moldes y el estatus estético-social
Diversidad
«A mí me gusta la pluralidad, la diversidad. Yo soy un fruto de la diversidad, pero hay gente que no y quienes ejercen los poderes invita a quienes quieren.
»Cuántos más espacios se abran, más plurales seremos y más posibilidad habrá de que cada uno pueda luego hacer su lectura e incluir su recorrido, su ruta, su canon… Las redes sociales han ayudado a resolver esto».
Definición de poesía. Juventud y rompimiento
Considera que es muy difícil atrapar a la poesía, y que todavía se enfrenta al texto literario con temor.
«Se cree que lo más novedoso está al lado de la juventud y no ocurre siempre así».
Carlos Esquivel es un hombre que es un escritor joven, un poeta reconstruyéndose, buscando dialogar con un lector que no es complaciente.
»Hay otros poetas, como por ejemplo Legna [Rodríguez], que desde el primer discurso está rompiendo, pero yo también he visto mucho joven-viejo, que sabe a closet, a naftalina y que a mí no me interesa para nada su discurso. Prefiero leerme a Rafael Alcides que sigue siendo joven o a Eliseo o a Fina (…).
»La obra de ciertos jóvenes está ligada a la falta de lecturas, a la falta de rigor, a esos espacios de silencio que se han establecido, porque hay zonas que han sido excluidas; aunque no concibo que algún escritor joven no haya podido leer a Reina [María Rodríguez] o a Legna».
Estatus estético-social
Nelson consideró que los escritores jóvenes deben conocer la obra de sus antecesores, que ya están establecidos con un discurso estético.
«Empezar a escribir en Cienfuegos y no haberse leído la obra de Atilio Caballero, ¿cómo va a ser eso posible?».
Un amigo le pregunta: «¿Qué cree de los escritores jóvenes?».
Que escriban, que publiquen libros, que ganen los premios y después vamos a hablar. Los espacios hay que ganárselos con trabajo y con rigor. Y enfrentar el hecho de la escritura como si fuera el primer día (…). Yo quiero sentirme todos los días en peligro, sentir que mi libro puede ser tirado a un lado y que a la gente no le interese y que ese terror sea amigo mío (…). No importa que tengas el Premio de la Crítica, o Uneac, igual te pueden ignorar olímpicamente. En nuestro país pasan esas cosas.
Valoró, asimismo, la importancia de que las diversas generaciones de escritores dialoguen sobre formas y contenidos de la creación artística.
«Que los jóvenes hagan suyo mi libro, que sientan que tengo algo que dialogar con ellos, creo que es esencial. Estaré escribiendo hasta el día que sienta eso».
Mencionó a la poetisa Georgina Herrera, antes silenciada y ahora revisitada por las nuevas generaciones; y celebró la poesía del joven holguinero Reynaldo Zaldívar «que apela a lo primario, al campo, una voz auténtica…».
Jorge Ángel Hernández: Conversar juntos
Que por ausencia de la crítica los escritores tomen los espacios vacíos, pareció ser el colofón de la intervención del narrador, poeta y ensayista Jorge Angel Hernández.
«Considero que hay una transformación radical del ámbito poético. La manera de comprender esa transformación se ha quedado detrás, y afecta lo institucional».
(¿Que no puede guiarse por un grupo de criterios?) ¿Dónde está la crítica? Hernández considera que hay mucha indefinición en el discurso de comprensión y análisis de la obra literaria.
«Estamos en un caos de valoración crítica, precisamente por la ausencia de esa crítica. Y el principal problema es que hay un gran desconocimiento de lo que está ocurriendo dentro de ese caos.
»Cuando el discurso literario entra en ciertas modas, (y ahora están de moda lo gay, lo feminista, cierta queja de la negritud (no la reivindicación que necesita ese fenómeno), pudieras obtener un premio altamente propagandizado, pero cinco años después ya a nadie le interesa ese libro, esos poemas, ni siquiera le interesa al que lo escribió».
Adverso a este vacío crítico pero observando la pluralidad de voces, propone:
(…) tienen que crearse diferentes niveles de canon que se han perdido. El sistema de valoración literaria de Cuba ha desaparecido. Y una de las causas principales es que a la academia cubana no le interesa ese asunto (…). Las grandes academias del mundo que efectivamente ejercen un poder y crean un Canon, están interesadas en las grandes tendencias que ocurren en el mundo literario. Ahí se quedan mucha gente fuera, pero por lo menos están visibilizando a unos cuantos. La academia nuestra no está en condiciones de hacer eso. Lo digo con toda responsabilidad. Hay varias personalidades como Zaida Capote y las investigadoras del Instituto de Literatura y Linguística (Marta Lesmes, Caridad Atencio, etcétera) que dominan ciertas zonas y pueden crear ciertas normas, pero desde la óptica de nuestro Círculo de la Crítica, nos damos cuenta de cuán disperso está ese sistema, no lo podemos aprehender, ni captar una noción de hacia dónde apuntan esas valoraciones.
En consecuencia, incita a que sean los creadores los que asuman estos espacios de la Crítica.
«Tenemos que entrar en los espacios» [incentivar el debate público sobre las distintas estéticas, con o sin amiguismos, y que el debate público defina la norma, o dentro de la norma]. Y que sean los creadores quienes asuman estos roles críticos» y «halar a la Academia. No condenarla, sino dialogar. Decir: mira tenemos cosas que conversar juntos».
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Tomado de Periódico 5 de septiembre
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