
Contado en pocas líneas, de la poetisa y escritora Gilda Guimeras Pareja, es el título del libro, publicado por la Editorial Unicornio, y dirigido —fundamentalmente— a los lectores que aman, crean y sueñan en el municipio de Guanajay, y por extensión, en el archipiélago cubano.
En las páginas de ese «pequeño gran libro», como estoy seguro lo calificaría el multilaureado poeta y ensayista Cintio Vitier (1921-2009) el lector puede percibir —con meridiana claridad— que la autora es una mujer que irradia mucha luz interior y posee una gran sensibilidad humana.
Por otra parte, dicho volumen deviene una versión literaria de las Rutas y Andares, que Guanajay le ofrece al visitante nacional o foráneo, ya que le muestra un «lugar encantado y encantador» donde se dieron cita alegrías y tristezas que abarcaron una época muy difícil para la mayoría de los habitantes de la mayor isla de las Antillas, donde personalidades y personajes —por una u otra razón— acapararon la atención y el interés de los pobladores y esos nombres quedaron registrados —con letras indelebles— en la memoria poética de la nación cubana.
Esa obra aproxima al lector a los visitantes que han sido impactados con la belleza natural y humana de la villa, a la historia del himno de la localidad, y a las tradiciones festivas y artístico-culturales que la singularizan.
Según Guimeras Pareja, Guanajay es más que la «Macorina», Zoyla Gálvez y la intérprete de Veinte años, ya que —en cada una de las páginas que integran esa preciada joya de la narrativa insular contemporánea— ella le cuenta al lector «secretos» de la ciudad, a la que ama con todas las fuerzas de su ser espiritual.
Contado en pocas líneas influye de manera tal en quien incursiona en las atractivas páginas de ese texto, que —una vez concluido el análisis sereno y reflexivo, al que convoca— el lector no puede percibir de igual forma al pueblo de Guanajay, porque —entre otras cosas— los sitios transitados literariamente revelan la importancia y vigencia que los distingue a través del tiempo y el espacio; en consecuencia, despiertan —al decir del genio martiano— «afecto y respeto ternísimos» hacia el idílico territorio, arraigado profundamente en la mente y en el alma de Gilda Guimeras Pareja.
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