Publicado por Ediciones Unicornio de Artemisa en 2023, en coedición Cubaliteraria, editorial del Instituto Cubano del Libro, nos llega en esta Feria Internacional del Libro el título Cuando los cemíes lloran, de Mario Reinaldo Martínez Delgado, realizador audiovisual de profunda y extensa experiencia en la radio y la televisión cubanas, donde posee un trabajo encomiable de larga data. Para ofrecer un ejemplo magnífico de su huella en estos medios, recordemos su adaptación para la pantalla chica del cuento «Disparos en el Aula», del reconocido escritor Alberto Guerra Naranjo, que acerca de manera original y desde el género fantástico el tema de las luchas mambisas por la independencia patria, el cual fue transmitido hace algunos años en los canales nacionales de la televisión cubana, logrando gran aceptación por parte del público joven y adolescente.
Así, quien conozca de cerca el trabajo del autor en los medios de comunicación audiovisual, puede constatar su gusto por las investigaciones exhaustivas, su interés por el juego dramatúrgico efectivo y su curiosidad innata por pasajes de la historia de Cuba que adopta como temas, pues a su juicio pueden ser muy llamativos con el adecuado tratamiento y la adaptación correcta a formatos que permitan efectuar una comunicación positiva con el público. Como excelente profesor y pedagogo que es, Mario, igualmente, ha estado al frente de decenas de talleres y cursos de dramaturgia y de guión, de donde han brotado recopilaciones y cuadernos de temas específicos, tales fueron los dedicados a la lucha contra el contagio por VIH en décadas pasadas, publicados en dos volúmenes. También ha aportado su creatividad a espacios policíacos nocturnos, dramas unitarios y cortos, ya sea como único guionista o en coautoría.
Precisamente por su intensa práctica en este campo, es lógico que la primera lectura del libro en cuestión nos llene de referentes mediáticos en cuanto a su estilo. La narración en tiempo presente, las oraciones cortas y simples que logran una comunicación inmediata y muy directa, y descripciones muy precisas, son típicas de quien practica la escritura del guión radiofónico y televisual. Esto también contribuye a que quien lee de inmediato se sumerja en la trama y comience a formar parte de ella como espectador participante, a la manera del visionaje de un filme en una sala de cine, circunstancia donde el espectador llega a pensar que podría incluso ayudar a los protagonistas a culminar sus acciones.
Al respecto, el autor se luce en la creación y diseño de los distintos caracteres y personalidades, atendiendo muy bien a la época y a la manera de vivir de las dos principales civilizaciones encontradas. A través de un empleo efectivo del vocabulario nativo de los pueblos originarios cubanos, de una descripción respetuosa y fiel de su entorno, sus costumbres y hábitos, su vestimenta y su cosmogonía, se nos sumerge en un ámbito ancestral donde se manejan vocablos que reconocemos, como son bohío, bahía, batey, cacique, caribes, canoa, coa, naguas, entre otros muchos, y se nos introducen denominaciones quizás nuevas para algunos lectores, pero tan bien colocadas y referidas que se pueden inferir los significados de palabras como Luna y Sol, tal vemos en esta expresión: «Cuando Maroya se vaya y Huión alumbre, nos vemos en mi caney».
Colocando sabia y naturalmente este vocabulario dentro de la diégesis, el autor logra atraparnos de manera asombrosa en un mágico mundo donde primaba el interés y el respeto absoluto por la naturaleza, y el pensamiento mágico-religioso se hallaba estrechamente ligado a los ciclos de la vida y la muerte, el día y la noche, las estaciones del año y otros fenómenos que regían el diario vivir de los cubanos precolombinos, cuyas creencias tomaban cuerpo en estatuillas llamadas cemíes. Eran estos dioses o espíritus tutelares, encarnaciones de los eventos y fenómenos de la atmósfera y la tierra, de los mares y los ríos, que marcaban cada segundo de su extraordinaria existencia. Al describir de esa forma vivencial el entorno de la Cuba primigenia, el escritor nos hará más conscientes de la tragedia que se avecina, a causa de la cual brota lógicamente el título del libro. Mas los giros que impone el relato y su desenlace no resultarán maniqueos ni predecibles, aun conociendo la historia real, pues al lograr la identificación psicológica con los personajes, se comprende que cada acción tendrá su componente y respaldo espiritual, fundamentado en la cosmología aborigen que el lector irá asumiendo como propia durante el proceso de disfrute estético de la obra.
La edición del texto estuvo a cargo de Ismarys Suárez Pérez, y el trabajo de corrección de estilo pertenece a Berkis Aguilar Mazola y el diseño de cubierta fue realizado por Iliá Valdés Hernández. El programador Alberto Jesús Correa Mak se encargó de encuadrarlo en la versión Epub 2.0. Se celebra el empleo intencionado de las diferentes tipografías, al emplear la cursiva para las voces que susurran los espíritus indígenas, en contraposición con el resto del relato. Igualmente destaca el tono sepia del fondo y las letras de un matiz siena más oscuro, muy en sintonía con la idea simbólica de la tierra y sus colores, del sentido entrañable y raigal de pueblo originario que se respira en toda la obra, aunque a la hora del montaje dentro del formato electrónico se resiente en la división en sílabas de palabras al final de los renglones, donde en ocasiones se rompen diptongos y se separan consonantes de sus vocales sucesivas. Sin embargo, salvando estos detalles técnicos, la obra resulta extremadamente interesante en su enfoque novedoso del momento que recrea, y que, como ha expresado el profesor e investigador Jesús Guanche Pérez, Licenciado en Historia del Arte, Doctor en Ciencias Históricas en la especialidad de Antropología Sociocultural y Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2023, a quien está dedicada la Feria Internacional del Libro, es una etapa de aproximadamente siete milenios de presencia indígena en Cuba que no ha sido justamente valorada y estudiada. Valga este ameno relato novelado para ilustrar más vivamente los tiempos de una cultura aborigen que ha dejado su huella indiscutible en el devenir patrio.
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