
La mejor parte de la biografía de un escritor no es
la crónica de sus aventuras, sino la historia de su estilo.
Vladimir Nabokov
Desde el año 2006 hasta el 2009 he venido trabajando el proceso de formación y sedimentación de los conocimientos de José Martí en sus Cuadernos de apuntes primero, y luego en sus Apuntes en hojas sueltas. Lo que ha arrojado como resultado dos libros: Los Cuadernos de apuntes de José Martí o la legitimación de la escritura y De la escritura rota y restos de la memoria: Apuntes en hojas sueltas de José Martí, uno recién publicado, el otro inédito.
Sobre la base de este estudio y la especial resonancia espiritual de la obra del Maestro en uno de los poetas cubanos más trascendentes del siglo XX, con el que comparte un extraordinario conocimiento de la cultura universal, una aguzada imaginación poética y un concepto de cubanía en que lo local y lo universal se funden,[i] me propongo estudiar los llamados Diarios de José Lezama Lima, que recogen anotaciones suyas entre los años 1939-1949, años del surgimiento de varios poemarios importantes, y de la publicación del fragmento inicial de Paradiso,[ii]. Y entre 1956 y 1958 para analizar cómo se refleja en ambos textos el interés por la poesía, la reflexión acerca de la misma y cómo se conforma una concepción acerca de este género literario, partiendo de la idea de que ella para Martí era la forma suprema de la literatura,[iii] mientras que para Lezama llegó a ser un método de conocimiento de la realidad,[iv] la categoría central a la que conduce su pensamiento estético, entendida en su sentido más esencialista, según Pedro Aullón,[v] y el único tema de su obra, al decir de los críticos.[vi]
En el apasionante viaje por ambos cuadernos de anotaciones personales sobresalen, por encima de cualquier otro aspecto paratextual o de poética, la presencia numerosa de reflexiones y juicios que evidencian lecturas bien atenidas y estudio profundo de los más diversos, pero siempre valiosos autores, comprobando legado y aporte.
Como afirma Carmen Suárez:
Lo primero que se percibe es que estamos fundamentalmente en el ámbito de la lectura en su más alto grado, crítica y creadora, de lo que se trata es de incorporar al mundo personalizándolo, del autor que se reconstruye a sí mismo entre lo uno y lo diverso. El texto leído es casi siempre un libro, es letra impresa pero también puede ser un texto musical, es muchas veces un texto pictórico, incluso cuando se trata de datos que proceden de la experiencia vital […] se piensa y se recrea el hecho desde una lectura personal que baraja los elementos y los lee como poesía, como historia, como política y sociología, como texto para el sentir y el conocer, destinado a enriquecer y modular un saber poético y filosófico, que servirá luego al método de acción sobre la vida, al crecimiento la transformación de la propia obra y el mundo.[vii]
En este ámbito son frecuentes las referencias a opiniones de determinados escritores sobre otros escritores y a su parecer «autores que Lezama cita y confronta» pues «leer para él era una forma de escribir.»[viii]
La lectura es aquí un proceso que contiene reflexión, asociación con el universo de sus poéticas y la cita, como conclusión o elucubración propia. Corroborar todo con sus propias palabras, como afirma Lezama, evidenciar que «en todo lector existe la posibilidad y el deseo de escribir la obra que lee». La defensa del auténtico fuego creativo, idea contenida en las poéticas de ambos escritores, tiene, en el caso de Lezama, una gestación derivada de ideas de Pascal, Wilde o Aristófanes. Veamos de dónde parte una importante conclusión:
Si Oscar Wilde hubiese meditado esta frase de Pascal: los verdaderos cristianos obedecen a las locuras, pero no porque respeten las locuras, sino el orden de Dios, quien, para castigo de los hombres, les ha sujetado a estas locuras; no hubiese el pobre Oscar, si hubiese meditado esta frase, caído en inutilidades, en acedías, como dicen los teólogos. Las locuras no hay que provocarlas, constituyen el clima propio, intransferible. ¿Acaso la continuidad de la locura sincera, no constituye la esencia misma del milagro? Provocar la locura, no es acaso quedarnos con su oportunidad o inoportunidad. Lo propio del sofista, según Aristófanes, es inventar razones nuevas.
Procuremos inventar pasiones nuevas, o reproducir las viejas con semejante intensidad. [ix]
La necesidad de perseguir lo nuevo o generarlo, empleando como medio fundamental la asimilación creadora, también desvelaba a Martí quien confesó que «lo que importa en poesía es sentir, parézcase o no a lo que haya sentido otro; y lo que se siente nuevamente, es nuevo.»[x]
[i] Véase Daysy Cué Fernández. «Martí y Lezama en la casa del alibi» en Videncia, número 22, Ciego de Ávila, mayo- agosto de 2010, p. 18. Martí es visto por Lezama como el hacedor por excelencia, el que entre nosotros ha propugnado lo mejor: José Lezama Lima, hombre sedentario y contemplativo, bien lejos de ser un hombre de acción en el sentido corriente del término, parece apreciar en Martí, además del excelente poeta, al hombre que ha logrado demostrar la posibilidad del «hoc age». Alessandra Riccio. El «Diario» de Martí en José Lezama Lima, en Revista Unión, n. 2, 1985, La Habana, p. 96. Daysi Cué también afirma que si Lezama no tuvo el privilegio de una conversación real con su ilustre antecesor, posee en cambio las posibilidades de sostener un diálogo virtual con un hombre de un modo de decir fascinante, y que es para Lezama una metáfora de la historia patria, componente legítimo de la historia y la cultura nacionales, por eso lo sitúa a la cabeza de la última de las eras imaginarias. Ob. Cit, p 18 y 21, respectivamente.
[ii] La década que corre entre 1939 y 1949 es una etapa muy fructífera en la vida intelectual de José Lezama Lima (1910-1976). Son los años de Enemigo rumor (1941), Aventuras Sigilosas (1945) y La fijeza (1949). Es precisamente en este año que publica en la revista Orígenes, el fragmento inicial de Paradiso. Ciro Bianchi Ross. Prólogo a Diarios de José Lezama Lima, Ediciones Unión, La Habana, p. 6.
[iii] Véase Carlos Javier Morales. La poética de José Martí y su contexto, Editorial Verbum, Madrid, 1994, p. 235.
[iv] Lezama pertenece al primer movimiento literario que hace de la poesía su forma primordial de conocimiento y más, una concepción del mundo, lo cual condujo a Ambrosio Fornet a expresar que «todo lo que Orígenes tocó se convirtió en poesía». Jorge Luis Arcos. «Los poetas del Grupo Orígenes: Lezama Lima, Vitier, García Marruz, Diego y otros» en Historia de la Literatura Cubana, T. II, Instituto de Literatura y Lingüística y Editorial Letras Cubanas, p. 378, La Habana.
[v] Ver Pedro Aullón de Haro. Escritos de estética de José Lezama Lima en Revista Vivarium, La Habana, número XXIX, nov., 2010, p. 10
[vi] Carmen Suárez León, al caracterizar los aspectos que unen a ambos cuadernos de anotaciones, afirma que «son textos fragmentarios, con una gran variedad de temas, generalmente difíciles de conectar entre sí, con intercalaciones que no pueden datarse con precisión, con avances y retrocesos propios de cualquier libreta que nos acompaña durante años donde se expresan los más diversos tipos de preocupaciones, recordatorios, reflexiones al vaivén de nuestras azarosas vidas.» «Lezama y Martí. Absortos ante el espejo de sus apuntes» en Revista Unión, La Habana, n. 70, 2011, p. 14.
[vii] Carmen Suárez León. «Lezama y Martí. Absortos ante el espejo de sus apuntes» en Revista Unión, n. 70, La Habana, 2011, p. 16.
[viii] Cintio Vitier. «Martí y Darío en Lezama» en Revista Casa de las Américas, sep.-oct., La Habana, n. 152, 1985, p. 5. En tal sentido Marilyn Bobes apunta sobre el Diario de Lezama que este refleja las impresiones que le producen no sólo las lecturas sino también la audición de ciertas piezas musicales o la contemplación de obras pictóricas y que, aun cuando se mencione en ellos a importantes figuras de las letras y las artes con las que mantuvo una profunda amistad, los apuntes carecen de incidencias relacionadas con experiencias vitales. Y que no encontraremos en ellos peripecias ni confesiones sentimentales, sino ejercicios del intelecto superior que pugna por convertir al hombre en instrumento de su mente, relacionando e interpretando más que disfrutando hedonísticamente los placeres sensoriales. Véase Marilyn Bobes. «Lezama a Diario» en Granma, 11 de mayo de 2010. La Habana, p. 15
[ix] José Lezama Lima. ob. cit., p. 56. El subrayado es mío.
[x] José Martí. O.C, T. 5, p. 512.
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