Escritora, cronista, fotógrafa, traductora, guionista y directora del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso en los últimos cuatro años, Mairely Ramón, conocida como Dazra Novak, habla de sus más recientes publicaciones literarias, de cuánto hay en sus libros y en su vida del personaje ficcional Novak y confirma la concepción de una próxima novela.
Nunca antes había dejado en manos de una editorial sus libros para la comercialización digital, ¿por qué ahora?
En realidad, sí había apostado por ello, aunque a título personal. Durante la pandemia liberé dos de mis libros. Uno de cuentos, Cuerpo Público, que fue publicado en 2008, y Making of, novela de 2011. Ambos títulos se encuentran agotados en su edición impresa. Me interesaba que la gente —tan ávida de entretenimiento en plena cuarentena— pudiera acceder a esos textos.
Ahora, digamos que la crisis de papel me ha convencido, y el hecho de que ambos títulos disponibles tuvieron unas tiradas muy cortas, además de que son libros de cuentos breves en el caso de Erótica, y antología personal, en el caso de Minandre. Esta es la tercera edición de Erótica que anteriormente salió en libros artesanales y tiradas pequeñas, también agotadas.
Ya para mis libros, novelas en este caso, que ven su primera publicación, no estoy tan convencida. Prefiero que circulen primero en papel. Más tarde se verá.
En el año 2007 gana el Premio David (más el Cabeza de Zanahoria, que solo se dio en su 40 edición), y el Pinos Nuevos, en cuento, por los libros Cuerpo público y Cuerpo reservado, respectivamente. En ambos textos utiliza la primera persona y las historias que cuenta parecen vividas por la autora en carne propia. ¿Cuánto hay en esos dos libros de Mairely Ramón?
Todo y nada. Hay muchas anécdotas personales, pero están mezcladas con imaginación, ficción, trampas de escritor, o más bien trampas del subconsciente, porque no puedo decir que en aquel entonces yo supiera a fondo lo que estaba haciendo. Cuando se comienza a escribir es así, el instinto lleva la batuta y uno es un simple amanuense.
En la novela Making of, premio Uneac, se nota un estilo que intenta, muy bien, experimentar e incluso transpolar el lenguaje de la producción audiovisual a la narrativa. ¿Cómo ayudó ese libro experimental en las novelas Niñas en la casa vieja y Chérie?
Siempre he sentido a Making of como un experimento único, algo que sabía que no podía repetir. Ese libro me impulsó a intentar lo contrario, hilvanar una novela que tuviera un orden consecutivo, un hilo conductor en número ascendente de páginas. Lo fragmentario puede terminar en un facilismo si se le usa demasiado, o se abusa del recurso, y yo quería intentar lo más difícil, una novela que coqueteara con el engranaje propio de la novela y que además tuviera sus juegos formales, por eso el capítulo Vef-206, casi al final.
Eso, por un lado; por otro, está mi sorpresa ante algunos lectores que confesaron haberse divertido con Making of, un libro que escribí con tanto dolor. Esto me costó aceptarlo, y hasta me molestó al principio, pero después me dije: ¿qué pasa si esta vez busco hacer reír? Ese fue el segundo desafío. Se sabe que hacer reír es más difícil que hacer llorar.
Por supuesto, estoy hablando de Niñas en la casa vieja, que considero mi primera novela. Ya Chérie es otra cosa, otro salto.
En esta última edición de la Feria del Libro, ¿qué novedades suyas pudieron encontrarse? De ser más de una, ¿todas salieron en versión digital?
En esta feria tuve nuevamente la presentación de Niñas en la casa vieja, que ganó el Premio de la Crítica Literaria en 2023 y se reimprimieron algunos ejemplares con el sello correspondiente, y otra presentación de Chérie, en las jornadas de la Uneac correspondientes a la Feria. Ambas estuvieron disponibles en La Cabaña, stand C5, y en la librería El gran zoo, de la Uneac, en 17 y H, respectivamente.
Otros títulos fueron Erótica, en versión digital, que está disponible en epub y pdf en la página de Cubaliteraria, que tuvo a su cargo su publicación, y Minandre, por Sed de Belleza Ediciones, también en formato digital.
En el primero, de textos breves, algunos clasifican como poemas; el segundo es una antología de cuentos que abarca desde 2007, cuando gané concursos y publiqué por primera vez, hasta 2018.
Su última novela, premio Italo Calvino, narra la vida de la escritora Rocío García. ¿Cuán difícil fue escribir sobre una persona real sin dejarse llevar por los trucos y bellezas de la ficción?
Fue un ejercicio de contención bien difícil. Quizá por eso me llevó más tiempo que la anterior y pasé tres años madrugando. Se pierde mucha libertad en este tipo de novelas, porque a veces el personaje quiere ir por otro lado, pero hay que respetar los hechos de la realidad y, por supuesto, cuidar a la persona de carne y hueso, que en este caso es una figura pública muy reconocida. Pero creo que también eso ayudó en la parte formal, me exigió más disciplina, me puso más desafíos. Por suerte, a mí me gustan mucho los desafíos.
En Chérie, las descripciones apuntan hacia el embellecimiento de las escenas y hay muchas referencias a cuadros de la pintora. ¿Cómo pudo llevar el lenguaje de las artes plásticas a la literatura? ¿Cómo logra que los lectores vean los cuadros como si los tuviesen delante?
Para serte sincera, no lo sé. Supongo que me ayudaron las inquietudes que arrastro desde mis años de juventud. Siempre digo que comencé por la poesía; pero no, en realidad comencé por la pintura, por el dibujo. Me encanta el dibujo, solía dibujar manos, pero fracasé con los rostros, cosa que me hizo abandonar la idea de presentarme en la Academia de Bellas Artes San Alejandro. En realidad, la pintura quedó en mí; puedo pasar mucho tiempo mirando un mismo cuadro y si vuelvo sobre él, cada vez veo más cosas, siento más cosas. Supongo que ahí está hablando la pintora que pude haber sido.
Se nota, en todas sus novelas, una intención por llevar otras manifestaciones del arte a la literatura. En Making of, el cine; en Niñas en la casa vieja, la radio, y en Cheríe, la pintura. ¿Viene alguna novela en camino con un personaje músico o bailarín?
Tengo un proyecto más ambicioso que ya lleva más de un año en mi cabeza y me está exigiendo salir de una vez. Ahora viene un periodo en que la gente me habla, pero no le escucho, porque la historia se está escribiendo en mi cabeza. Lamentablemente no te puedo comentar más al respecto, porque se me va el aché.
¿Dazra Novak sueña con el cine?
Un poco, pero no me atrevo con una historia propia. Hasta ahora solo trabajos por encargo.
Actualmente, es directora del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Dadas las circunstancias actuales de las redes sociales y el acceso masivo a las plataformas digitales, ¿los jóvenes leen en Cuba? ¿hay talento entre los últimos egresados del Centro que puedan salvar la literatura cubana en el futuro?
Te garantizo que sí, hay jóvenes que leen. Eso sí, ellos prefieren el libro digital.
Entre los egresados hay destreza suficiente para contar historias. Salvar la literatura cubana de cara al futuro es otra cosa. Depende totalmente de ellos, de su disciplina y rigor. De todos modos, eso lo dirá el tiempo.
Una última pregunta… Dazra, Mairely, a la hora de amar, ¿cuál de las dos ama?
A estas alturas… a las dos.
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Tomado de La Jiribilla.
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