
El 13 de enero de 1975 fallece el poeta y decimista cubano Francisco Riverón Hernández. A propósito, Cubaliteraria lo recuerda del modo en el que se debe recordar a un poeta del octosílabo y el verso: con décimas.
La jornada se oscurece de tristeza o por ciclón, también porque Riverón, el poeta, se adormece en el sueño que le crece eterno a la poesía: llora octosílaba mía como homenaje a su luz y dibújale en la cruz más de una décima al día. La belleza natural, la tradición campesina, temáticas que encamina tu voz, como sideral estrella de manantial: estrofas cual mil jardines donde todo récord guinness quede pequeño ante ti canta y dile, dile sí diez líneas para tu Güines. «El José de los cubanos» no se ha despertado aún, pero tu poema es un fuego fértil en mis manos. Entre todos tus hermanos de promoción decimista fuiste quien puso la arista literaria muy muy alta y cuando el tedio me asalta leo tu «Cosecha», artista. Con Naborí y con Valiente hiciste del verso, casa y aunque el tiempo pasa y pasa tu voz todavía se siente: en la radio, en la simiente en la TV, en la escritura demostraste la espesura de la estrofa nacional; ser un creador cabal, ¡ser un poeta de altura!
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