Noel Nicola estaba destinado a hacer historia. Quince años han pasado desde el fatídico día en que falleció en La Habana víctima de un cáncer de pulmón; sin embargo, su impronta sigue acompañándonos en cada verso y melodía que escuchamos. «El tranquilo de la trova», como le decían al autor de Es más, te perdono, dejó para la posteridad una estela de amor y poesía.
Nacido en una familia de músicos Noel Nicola compuso sus primeras canciones a los 13 años de edad. De manera autodidacta aprendió a tocar la guitarra, instrumento que le permitió acompañar sus textos y que se convirtió en parte imprescindible de «un tipo con vocación de abuelo frustrado que tuvo la suerte de que la música y la canción le llenaran un buen por ciento de la vida», como se autodefinió en una ocasión.
Su nombre está indisolublemente unido a la llamada Nueva Trova cubana, pues junto a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés fue uno de los fundadores de ese movimiento (del que resultó ser el primer director, fungiendo de 1972 a 1977) y ofreció su primer recital el 18 de febrero de 1968, en la Casa de las Américas, gracias a Haydée Santamaría.
Integró el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (GESI), y recibió clases de los maestros Leo Brouwer, Juan Elósegui y Federico Smith, lo que le permitió obtener una formación técnica y conocimientos del mundo del sonido.
A él pertenecen canciones como Comienzo el día; Con las letras, la luz; Por la vida juntos; Para una imaginaria María del Carmen; Son oscuro y la emblemática Cuba va, esta última compuesta en coautoría con Silvio y Pablo. Noel Nicola musicalizó poemas de José Martí y César Vallejo, e hizo música para cine, teatro y series de televisión, entre ellas, Los papaloteros; El eco de las piedras y Pasión y prejuicio.
Algunas de sus más de cuatrocientas composiciones, abarcadoras de múltiples géneros y sonoridades, han sido interpretadas a lo largo de los años por Daniel Viglietti, Elena Burke, Guadalupe Pineda, Issac Delgado, Jesús del Valle, Joan Manuel Serrat, Manuel Argudín, Miriam Ramos, Conjunto Roberto Faz, Raquel Zozaya, Santiago Feliú, Sonia Silvestre y Xiomara Laugart.
«Detrás de una caja con cuerdas siempre hay un ser humano», confesó en una ocasión este cubano de todos los tiempos que sigue provocándonos con sus composiciones, en las que no faltan la sátira mordaz contra el burocratismo y contra los convencionalismos sociales y la hipocresía. Noel Nicola conoció como pocos el misterio de la creación y también supo, como pocos, cantarle al amor, a la vejez y a la vida, con sus infinitas connotaciones sociales.
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Tomado de Portal Cubarte
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