Nara Mansur
Horacio decía que el lenguaje del poema tiene que coincidir con la situación lingüística del poeta. Semejante afirmación que, a primera vista, parece esbozar un presupuesto lógico, de fácil cumplimiento, lleva a los más relevantes escritores hacia una vida de sacerdocio y dedicación a la literatura. Algo de eso sucede en la obra de esta autora de estilo aparentemente ligero, intertextual, a ratos globalizado, desentimentalizado, donde se mezcla el ingenio y la ironía, hay un equilibrio entre forma y fondo y se alcanza la eficacia literaria. Es así que esta poeta que siempre gustó de tomar lo ligero y llevarlo a su poesía, incluso ironizarlo, ahora convoca esta ligereza para colocar contra ella, o en medio de ella la gravedad del mundo, aspirada en el hecho de ser madre. En tal sentido, se vuelve orgánica la manera en que enlaza terror y protección desde la mujer como hablante lírico. El amor se convierte para ella en temor o defensa absoluta y se le teme a la pasión ciega, infernal, individualista, dependiente. Como un flujo que nace de un cuerpo cálido se describe una y otra vez la misión titánica de la madre, que no es otra que obrar desde la incertidumbre. «Se crea una especie de cosmos, donde todos los elementos luchan entre sí, hasta que los pacifique un recubrimiento de forma-idea que logra solidificarlos, es decir, intuición e intelecto, embriaguez y sobriedad, con un desplazamiento del centro de atención». Esto que hemos denominado «nuevo sentimiento globalizado» puede lograrse gracias a la mezcla de ironía y una bien simulada inocencia o a través del sarcasmo de la retórica política y a la utilización de slogans, consignas y frases acuñadas en el argot popular como títulos. También el lugar de la mujer en la familia es concebido en esta poesía con una rara penetración que incluye exactitud, riesgo, ironía, denuncia, escándalo, cuestionando la gama abultada de procederes machistas con un golpe de sable.
Datos biográficos
Nara Mansur Cao nació en La Habana, Cuba, el 2 de octubre de 1969. Se licenció en Teatrología, en la Facultad de Artes Escénicas, Instituto Superior de Arte. Es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Es poeta, dramaturga y crítica teatral. Fue redactora (1997 / 2001) y jefa de redacción (2001 / 2007) de la revista Conjunto de teatro latinoamericano, editada por la Casa de las Américas, institución en la que trabajó como parte del equipo del Departamento de Teatro (1994 / 2007). Impartió el Seminario de Dramaturgia en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte entre 2002 y 2007.
Ha obtenido el Premio de la Crítica Literaria de su país en dos ocasiones: como poeta, por su libro Manualidades (2012), también distinguido con el Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén, y como dramaturga, por Desdramatizándome. Cuatro poemas para el teatro (2011), que reúne sus obras «Charlotte Corday. Poema dramático», «Ignacio & María», «Educación sentimental» y «Venus y el albañil». Mención Premio 13 de Marzo de Poesía, Universidad de La Habana, 1993. Menciones Premio David de Poesía (UNEAC), 1997 y 1998. Finalista Premio de Dramaturgia Virgilio Piñera 2001.Finalista del Concurso Dramaturgia Innovadora «Casa de América-Festival de Escena Contemporánea», 2002. Accésit del Primer Concurso de Dramaturgia, 2005, organizado por la Embajada de España en Cuba y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén 2011. Premio Julio Cortázar 2013.
Libros publicados
Poesía:
- Mañana es cuando estoy despierta, Editorial Letras Cubanas, 2000.
- Un ejercicio al aire libre, Editorial Letras Cubanas, 2004.
- Desdramatizándome, Tablas Alarcos, 2009.
- Manualidades, Editorial Letras Cubanas, 2011
- Las nadadoras + Porcelana, Cubaliteraria, 2023
- El trajecito rosa. Buenos Aires Poetry, 2018.
Teatro:
- Ignacio & María
- Charlotte Corday
Selección de poemas
La mamá de Emilia
Ya no anotes más correcciones, ya no corrijas más
Escribe tus propios errores, mamá, hazles saber quién eres
No te borres de tus lugares antiguos, son mis diplomas preferidos
¿De qué te habló, de qué te habla ahora?
¿Qué dice la ley? ¿Se entiende la ley?
¿La entienden los trabajadores?
No esperabas este tipo de callosidad en las manos, ¿verdad?
como si tu piel abandonara a tus ilusiones, tu juventud.
Y así sales y te expones, la rosa te hinca con su espina
más salvaje
y de algo de eso entiendes que se trata la belleza,
que te tratan como agua sin filtrar,
como rosa que no gotea su sangre. Ni la mano que la
corta, nada.
Ay, mamá, ¿tú sabes qué cosa es reina?
Y si esta fuga, ese manotazo que te arranco
te envuelve como un golpe repetido que no entiendo,
que no entiendes tú tampoco.
Y el silencio se lo calla todo y ninguna de las dos
llora ni se mira a los ojos.
¿Habrá culpa después del amor, del infinito amor entre
tú y yo?
(¿alguna vez sentirá algún pesar alguna de las dos?)
Qué martirio dulce masticar si no quiero comer
la banana, el puré, la carne, da lo mismo.
Y el café de mamá se funde con la república de sus
sueños:
Nuestra América en la palma de su mano;
cada vez con más surcos, esperando que yo aprenda
a leer.
Qué agua breve y personal la que me sirves.
Qué suspiro te tragas, qué nube llena de llanto
ocultas ahora cuando toses muy despacito.
Fábula
Ella dice
cuenco manto hídrico oleada cliché
«No estoy perdida, ¿me cerrás la puerta?»
me barre junto al polvo enamorado
me esconde junto a la pelambre de la silla:
Una madre vigila y se sumerge patas adentro.
Dice «No más» y también «No me gustan las cosas divertidas»
es coreana; dibuja los silencios con mi boca
crece hasta el cielo de mi antigua moral
está a punto de mecerme, de echarme sobre sus hombros
—que el horno caliente al horno, al fuego
sin su cabeza dentro, sin mi cabeza dentro— digo
y también, que estire los pies sin abandonarme.
Una madre espera siempre ser superada.
Sabía que tenía que decirte una palabra y su eco
es decir, palabra en dos, en tres, facetada
como diamante en bruto
este tipo de confesiones E m i l i a.
Una a veces dice lo que piensa y te matan
o te lavan toda con formol para que aséptica vuelvas
a la hija nuevamente
a sus brazos más lánguidos que los tuyos
a sus brazos en forma de pregunta, de escarnio
porque es un amor impúdico el de la niña propia
la que engendras y heredas a un mismo tiempo.
Una madre se vuelve ajena para sí misma.
[…]
Rouge
Me dice que debo ser más espiritual / ¿me dice
que no soy espiritual?
entonces
tírate en la yerba patas arriba mira el cielo me tiro le digo me tiro
me caigo miro el tiro largo en su entrepierna
el tiro sobre mi frente largo
estrella solitaria como una perra una cucaracha una boina me tiro
brillante toda de lentejuelas cabeza y zapatos tacos aguja
espiritual metida ahí mirando sin ver de qué se trata el espíritu
la verdad tirar y tirar bien
de estos tiempos la economía el precio de la leche hoy.
Y empiezan los ladridos a vestirme como nadie
lo ha hecho hasta hoy
amo a estos perros —me digo— y ladro yo también
ensimismada, peluda
dejándome ser en otra parte en parte ser otra misma
porque aquí no hay palabras solo tiros cortos y largos
le repito: «Aquí no hay palabras es sólo espíritu».
¡Ay!
De aquellos que quieren llegar a alguna parte déjenlos ir
ahora o en cualquier otro momento. Dispárenles
en la frente como a mí. Den a cualquier pensamiento
un empujón
como me lo dieron a mí en la yerba patas arriba
una pulsión, como si me desnudara con todos
los brillantes sobre los ojos
como si no hiciera falta mirarse destajar la pared
como si me olvidara de los tacos aguja.
Pero lo asume lo lleva adelante se entrena es porfiado
habla. Me mete un tiro. Me pone
ese tono rosado en las mejillas tan favorecedor
y el rouge que no puede faltar en los labios
el rouge.
Seis de cada diez mujeres piensan que el principal motor que las mueve a maquillarse es el deseo de realzar sus aspectos positivos y lindos. El 56% de los hombres prefiere que las mujeres se maquillen, principalmente, los labios.
¿A dónde dicen, Emilia, que van a subir?
Cuidado con el agua que sube muy rápido
y mamá no sabe nadar. Cuidado
con el carrusel que la marea,
el semáforo que la asusta,
la mermelada que le pone ácido el cogote.
Cuidado con hacerme mucho caso,
con dejar entristecerte por mi queja continua.
Cuidado con la electricidad, el gas, con el agua
que sube muy rápido y te puede gustar ese ahogo
imposible, ese fugaz abismo, ese abandono.
Cuidado con olvidar antes de tiempo los miedos
con los que te protejo y te acobardo
y te fortalezco y te prevengo
y te mutilo y te fotocopio
y te adoro y te reduzco a mi peor versión.
Cuidado con no olvidarte de mi jaqueca falsa,
de mi cobardía.
Que no te toquen.
Y es que sube rápido el agua y no ahoga a la esponja
ni al agua ahogada ya en la bañadera.
Cuidado con cuidarte más de la cuenta
con no poner el cuerpecito valiente y hermoso:
allá arriba en el tobogán tú solita vas a volar
a donde quieras,
vas a caer y yo te estoy esperando.
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