
Soleida Ríos
Es una poeta de amplio registro expresivo. Que es un destino la forma, que es un fruto la forma, ya lo sabemos. Qué pensar cuando se funden el rezo, la nota biográfica, el poema, la estricta memoria, el verso de otro que acompaña mi suerte y mi inspiración. De los cuerpos que crean su propia cáscara, y luego como un reto inevitable la arrancan, se la comen. Semejante reflexión la produce la poesía de Soleida Ríos. En ella la autora prueba, como Valery, que ama los actos y los ejercicios del espíritu, no la literatura. Por eso en la misma abundan los instintos en pos de una genealogía —la palabra en la tierra, la palabra dando testimonio del camino sobre la tierra— y el recuerdo puede volverse imagen, y se confunde como voces que llegan deshilvanademente, no por gusto en un paladeable subjuntivo. Muchas veces con impulso invisible se coloca por delante el testimonio o el testigo. Desde la memoria —centro irradiador de una zona de la poética de la autora— se ilumina la vida, la crítica literaria, el texto autocensurado, el diario de viaje, la crónica, la trashumancia bordada bajo el nombre de los lugares que balbucean o gritan, gimen el desasosiego. Soleida ha pretendido fundir su poesía a búsquedas antropológicas, ritos y lances adivinatorios. Mito e historia, como afirma Rogelio Riverón, parecen ser efectivamente el flujo y el reflujo de su obra. El eco silba como un hilo muy fino que corta, y son las fechas punzones que se pierden en el todo. Se confunden a veces los hechos y las visiones. Hay un regusto en paladear los nombres de los palos y animales del monte, rezumada la esencia tojosista de sus primeros libros, e intención de utilizar verbos hoy un poco en desuso que son aún empleados en las zonas rurales de la Provincia de Oriente — concepto aún poderoso en la mente del cubano—. Asimismo, es importante para la escritora restaurar y revivir la sabiduría popular y religiosa dentro de la poesía. Por eso decimos que une testimonio y dramaticidad. Lo dramático cerrándole el paso a lo testimonial o propiciándolo a veces. Bien decía Martí que en lo lírico hay cierto elemento dramático. Aferrándose a los sentidos del todo, ciertas fijaciones de la mente tienen valor. En su obra el sueño se monta en otro sueño, lejos del fluir. Parece que una secuencia impide la otra cuando apenas la permite. Quizás el discurso es demasiado vigilado por el deseo, por eso desciende o se mantiene en un tono invariable. En ocasiones el fluir no parece de la vida, sino de la literatura. Es visible el anhelo de romper con los primeros moldes de su escritura: un roce en la abertura postmoderna. Soleida nos recuerda con su libro que la imaginación es el poder que nos permite percibir lo normal en lo anormal, lo opuesto del caos en el caos, aunque siempre tengamos en cuenta que la construcción de la realidad en la literatura supone hablar de las cosas como si uno supiera de ellas algo más y no solo reproducirlas. Afloran sí el golpe de Vallejo, el soplo de oralidad y de cargas dramáticas que nacen de esta vida caprichosamente cocida y congelada. La semilla sabe que ya ha emprendido el viaje contrario, el esperado, que cursa para muchos sin palabras, pero que en el poeta surca a modo de eco. Memoria sin el oropel de la memoria enterrando sus uñas en las puertas de la poesía.
Datos Biográficos

La autora nació en Santiago de Cuba, 28 de julio de 1950. Concluyó estudios de Historia (Profesoral Superior) en la Universidad de Oriente en 1979.
Obra publicada:
- De la Sierra, Ediciones Uvero, Santiago de Cuba, 1977.
- De pronto abril, Ediciones Unión, La Habana, Cuba, 1979.
- Entre mundo y juguete, Editorial Letras Cubanas, 1987.
- Poesía infiel, Muestra de jóvenes poetas cubanas (Selección, prólogo y notas), Editora Abril, La Habana, 1989.
- El libro roto, Ediciones Unión, 1994; Editorial La Palma, Madrid, 2002. Traducido al francés, se prepara edición en «La diferencia», París.
- Libro Cero, Editorial Letras Cubanas, 1999.
- El Texto Sucio, Ed. Unión, La Habana, 1999, edición bilingüe por Kenning Editions, Chicago, E.E.U.U, febrero 2018 con traducción de Barbara Jamison and Olivia Lot.
- El Libro de los Sueños, Ed. Letras Cubanas, 1999.
- Fuga, (una antología personal) Ediciones Unión, 2004.
- Una Cuba: cinco voces, Buenos Aires, 2005. publicado por Edit. Tsé Tsé y el Centro Cultural de España en Buenos Aires.
- Secadero, Edic. Unión, 2009.
- Escritos al revés, Editorial Letras Cubanas, 2009; 2da edición, 2012. Premio Nacional de la Crítica, 2010.
- Aquí pongamos un silencio (antología breve), Ediciones San Librario, Colombia, 2010.
- Antes del mediodía (Memoria del sueño), Ed. Unión, 2012, Editorial Samarcanda, Sevilla, 2019.
- El retrato ovalado (libro experimental concebido para treinta autoras), Editorial Thesaurus, Brasilia, 2012; 2da edición ampliada, Ediciones Unión, 2015: 3ra edición (en inglés), Wings Press, EEUU, 2017 con traducción de Margaret Randall.
- Estrías (Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén, 2013), Editorial Letras Cubanas, 2013; 2da edición 2015. Premio Nacional de la Crítica Literaria en 2014.
- Bocacega, antología bilingüe, Editorial Lumme, Sao Paulo, 2017, Edición en español, Editorial Agua dulce, Puerto Rico, 2019.
- A wa nilé, poesía, Letras Cubanas, 2017.
- ¿Libro, puerta o garabato?, literatura para niños, Sur Editores, La Habana, Cuba, 2018.
- Rastrojo, en proceso editorial, Ediciones Unión, La Habana, Cuba.
Selección de Poemas
Un soplo dispersa los límites del hogar
¿Apuntalar al niño alucinado? ¿sacar la cascarilla del vacío hecha pasta de más de veinte años en su pasmosa deglución? ¿alzarle el cordón de los zapatos? ¿mostrarle mira esta es la punta de tu pie hay un seguro en la punta de tu pie? todo fue un espejismo los árboles no huyeron era mentira la velocidad nadie se fuga a doscientos kilómetros por hora adentro de tu ojera mira cómo se agolpa la gente en las esquinas de los parques oyendo bramar como un bendito al toro que es capado mira cómo se van en la distancia las máscaras en fila despacio sonriendo otra vez a esperar las píldoras del próximo espectáculo apuntaste tu corazón para la lluvia era mentira la lluvia estaba detrás de los telones compréndelo el mundo está lleno de telones la casa simula ser la casa y la lluvia simula y lo que moja el falso techo no es más que fango diluido pero el cuerpo también —en sus dos aguas— simula ser el cuerpo era mentira no hubo padre ni madre sino un cielo prestado adonde fuiste a colgar unas palabras auxilio el columpio se mece el planeta se vira de revés compréndelo la luz se invierte simula ser la luz no es el tiempo el que dicta la corrosión de las palabras allá en el tiempo de los asesinos un niño terriblemente alucinado glorificó su edad era mentira ahora mismo presente pasado y porvenir se juntan en el vano de la puerta enséñales la punta de tu pie son solamente víspera compréndelo traga el veneno a fondo el mal simula el bien simula ser el bien.
Última noche de zamfir
Una mordida y otra mordida y el punzón astillado y la mano y el muslo con su marca y el cuello con su marca creciente y el pómulo deshecho con su marca son los dientes del fuego los mismos dientes de la ira así se muere acaban la semilla y su doble y la carne se estruja la carne negra de la rosa. la rosa aquella abierta al aire sur ya no es más rosa ni pétalo caído ni yerba seca el círculo polvoso se me mueve en ácida espiral mueve la cama disoluta mueve la silla y el barrote te apunta mueve la lámpara y apunta mueve el collar de piedras mueve el mimbre y la cesta derrama el agua mala y el tiempo muerto del reloj su hilo de arena contigo y contra ti esa escoba te barre te va a barrer grita si puedes abre la boca y grita si aún puedes respirar si te puedes mover en otra flecha arrana el calendario de fin de año y tíralo arranca el pez de plata de ese charco y tíralo arranca del espejo tu corazón podrido y tíralo en el hilo se mueve la manzana arráncala de un golpe y tírala.
…
Viene por un camino que es un claro de monte a veces la veo bien a veces la sombra de los árboles la oculta viene despacio sin cabeza trae la cabeza entre los brazos como si fuera un niño algo que quisiera mucho algo que hubiera que cuidar.
Poema ofó
No contra el dolor, contra el sufrimiento
no contra la ceguera, contra la rabia
no contra la necesidad, contra el imperio del deseo
no contra el enemigo, contra la enemistad
no contra la pequeñez, contra la disminución
no contra la imaginación, contra el exceso de fantasía
no contra el poder, contra el abuso de poder.
Antes que la defensa, la protección.
Jamás golpea la muerte a una roca
y jamás corre un río hacia atrás.*
*De la poesía yoruba. Rogelio Martínez Furé, Poesía Anónima africana.
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