
El periodismo fue el primer campo en que Caneda desdobló su intelecto después de dejar la carrera de Medicina y en su autobiografía inédita, señalaba que sus primeros trabajos periodísticos fueron los juguetes literarios, publicados en El Ómnibus, periódico local de la provincia de Pinar del Río. (Autobiografía y diarios de viaje de Domingo Figarola Caneda, Expediente del fondo de la Academia de la Historia de Cuba, Archivo Nacional de Cuba).
A lo largo de su vida, Figarola Caneda trabajó en numerosos periódicos y revistas de la época, muchos de gran importancia en el ambiente cultural del país: fundador de algunas, director de otras, miembro del consejo de redacción de muchas y colaborador de todas. Fundó y dirigió, en 1876, el periódico El Mercurio. Fundó la Revista de Cuba, colaboró en El País desde dentro y fuera de Cuba, y se destacó por sus artículos sobre Plácido, seudónimo de Gabriel de la Concepción Valdés, que más tarde formarían parte del libro Plácido, poeta cubano. En sus diferentes artículos periodísticos, solía publicar memorias de sus viajes y críticas literarias. Escribió también para El Autonomista Español, Ateneo y Aurora del Yumurí.
Sus artículos y trabajos de investigación aparecieron en variadas publicaciones cubanas y en el extranjero, principalmente en España, Estados Unidos y Francia. Entre ellas, se encuentran: El Mundo Literario, Boletín Comercial, donde publicó su primer trabajo bibliográfico de importancia; La Razón, donde vio la luz su trabajo «Un ramo de violetas»; La Habana Elegante, El Almendares, La Caridad , Revista Habanera, Gaceta Musical, Revista Cubana, El Triunfo, El Trunco, Gil Blas, El Liberal, La Tarde, La Lucha, El Porvenir, Cuba y América, El Mundo, Diario de la Marina, Revista Bimestre Cubana, Social, Cuba Contemporánea, El Fígaro, Revista de la Facultad de Letras y Ciencias, La Correspondencia de Cuba, El Álbum, La Familia, La Libertad y La Legalidad.
En 1883, Figarola Caneda fundó y dirigió El Argumento, una publicación de corta duración, dedicada al mundo del teatro (Autobiografía y diarios de viaje de Domingo Figarola Caneda, Expediente del fondo de la Academia de la Historia de Cuba, Archivo Nacional de Cuba).
En cuanto a la opinión del propio Caneda, consideraba que en su labor como periodista, las publicaciones de mayor importancia fueron La Ilustración Cubana, La República Cubana y Revista de la Biblioteca Nacional.
La Ilustración Cubana fue una revista que comenzó a publicarse en Barcelona, en el año 1885, con el objetivo de promocionar en Cuba y en España, el arte y los artistas cubanos. Según Carlos M. Trilles, su publicación cesó en 1888. La revista La República Cubana o La République Cubaine, bajo la dirección de Figarola Caneda, se editaba en París con un objetivo político y patriótico.
En su primer número, hecho público el 23 de enero de 1896, decía que se proponía interesar a Europa y principalmente a Francia en una contienda que no es revuelta de colonos indisciplinados y díscolos, sino lucha de libertad contra la tiranía.[1] Para muchos, esta revista significó la prolongación del periódico Patria de Martí, no solo por el objetivo que perseguía, sino porque Caneda representaba al Partido Revolucionario Cubano en la capital francesa.
A la par con el trabajo en este semanario, Caneda hizo propaganda a favor de la Isla en las publicaciones Le Monde Ilustré, L’Intermédiaire des Chercheurs et Curieux y en el Quotidien Ilustré, en París, así como en Le Patriote Ilustré de Bruselas. También colaboró con las publicaciones de los emigrados en Estados Unidos, como es el caso de El Avisador Hispano-Americano, periódico que, además de artículos sobre Cuba, publicaba críticas literarias y noticias sobre España y Estados Unidos.
En numerosas ocasiones, Figarola Caneda firmó sus trabajos bajo la denominación de seudónimos, que eran alrededor de veinticinco distintos: Raúl Rid, El Diablo Rojo, Cacarajícara, Hatuey, K. Limete, Argos Mercurio, Evangelina, Daniel Isaac, Fausto, El observador, Un americanista, Margarita Blander, U. Noquelovio, El viajero, Quasimodo, El behique de Yariguá, Duval, Un chercheur cubain, Un historien, Un bibliograph y X. Z, entre otros.[2] En algunas ocasiones, firmaba solo con el nombre [Domingo] y, otras veces, con sus iniciales. Sin embargo, es preciso señalar que donde único firmó siempre con su verdadero nombre completo fue en la Revista de la Biblioteca Nacional.
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Sobre las autoras
Aimeé Silva Crespo: Licenciada en Bibliotecología y Ciencia de la Información.
MsC. Zoia Rivera: Máster en Comunicación. Profesora Auxiliar. Graduada de Bibliotecología y Ciencia de la Información, Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
[1] Castellanos G.: Cuba 24. Revista de la Biblioteca Nacional, 2da. época; 1952 (3):64.
[2] Cubaliteraria: Domingo Figarola-Caneda [en línea]. Disponible en: http://www.cubaliteraria.cu/autor/ficha.php?q=figarola&Id=161 [Consultado: 13 de enero del 2005].
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