Me volví loco,con largos intervalos de horrible cordura.
Poe
Edgar Allan Poe, quien naciera el 19 de enero de 1809 fue considerado el maestro de los cuentos de terror y el iniciador de la novela policiaca. Quiso siempre ser poeta, quizás porque su madre interpretó papeles de Shakespeare hasta el momento justo que le dio a luz. Pero fueron las historias góticas, oscuras, cortas, de miedo y de muerte que lo hicieron ganar mejor dinero.
Situó el cuento al mismo estigma de la novela, que por ese entonces era considerado un género menor. Pero él le dio grandeza, lo hizo casi perfecto. Un cuento al estilo de un poema, por su sincretismo y racionalización de palabras, un puñetazo rápido a la máscara diabólica de la crítica de su tiempo. No por gusto ejerce gran influencia en la literatura simbolista francesa.
Cuando tenía 27 se casó con su sobrina de 14 años, Virginia Clemm. Con la enfermedad temprana y larga de su esposa vinieron tiempos amargos que también deterioraron su salud mental y física.
Personajes esquizos, obsesionados, llenos de culpas, que matan por razones aparentemente absurdas, pero que muestran la psiquis enferma o traumáticas. Un ojo con la apariencia de buitre puede ser una buena causa para matar a su portador. Pues como bien dijo: «Todo lo que vemos o sentimos es solo un sueño dentro de un sueño».
El alcohol lo hace deambular con ropas andrajosas, también escribir cuentos de exaltadas alucinaciones. Decir algunos aquí, quizás es exponer los delirios que agotaron su mente para matarlo a los 40 años, en 1849, en una sala fría y oscura de hospital: La máscara de la muerte, El retrato oval, Los crímenes de la calle Morgue, El escarabajo de oro, La narración de Arthur Gordon Pym.
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