En medio de esas ingentes gestiones por rescatar al pueblo dominicano de las garras de Trujillo descolló una personalidad política que de por sí ya tenía peso y protagonismo en la vida nacional cubana: Eduardo Chibás. Su actuación al frente del Comité Pro Democracia Dominicana le había granjeado el respeto de los patriotas quisqueyanos, que en prueba de gratitud le reconocieron su aporte en ocasión de un viaje a México. El Secretario General del Frente de Liberación Dominicana (Sección de México), Ingeniero Juan de la Cruz Alfonseca, le hizo entrega a Chibás de un documento que lo acreditaba como un verdadero luchador por la libertad de los pueblos americanos. Al acto concurrieron un grupo de combatientes dominicanos compuesto por Valentín Tejeda, Elpidio Sánchez Monzón, Augusto Alfonseca, Juan Bosch y otros.[i]
Precisamente en la casa de Chibás se debatió, entre congresistas de distintas tendencias que eran miembros del Comité Pro Democracia Dominicana, la idea de proponer una moción de condena al régimen trujillista que fuera similar a la aprobada por el congreso venezolano. La moción figuraría como una enmienda a la que ya se había elaborado contra el régimen falangista español de Francisco Franco y parte de su texto fue el siguiente:
Recomendar al gobierno de Cuba y los demás gobiernos democráticos de América que se nieguen a que el régimen tiránico de Rafael L. Trujillo represente al pueblo de la República Dominicana en las conferencias de la Paz o en las que se relacionen con ellas.
La moción contra Trujillo, presentada por los senadores Chibás y Santovenia, no pudo ser discutida antes de terminar la legislatura en curso y su aprobación paso a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. A pesar de la defensa vehemente que le hicieron senadores como Chibás y Marinello la misma tuvo que enfrentar la resistencia de otros colegas como Emilio Núñez Portuondo. Núñez Portuondo, que había sido agasajado por Trujillo tras un viaje por Santo Domingo, argumentó que el voto de la enmienda podría dar lugar a una ruptura de relaciones diplomáticas con la República Dominicana y ello se consideraría un paso contrario a la unidad continental. Al final de esa jornada consiguió su propósito de evitar se votase la moción cuando se estaba celebrando la Conferencia de San Francisco.[ii]
En Cuba, el centro de la actividad de camaradería con la causa por la democracia dominicana recaía en el líder de su Comité de apoyo, Eduardo Chibás. Él, consciente de que resultaba vital ganar el favor de la opinión pública, se afanaba en conformar un Comité de Periodistas Pro Democracia Dominicana y citó a una serie de importantes periodistas cubanos para su fundación en su residencia de H y 17, Vedado el 20 de julio.[iii] Una repercusión inmediata tuvo la convocatoria del senador auténtico, quien entonces también ejercía como Secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. En el periódico El Crisol el periodista Martin Lliraldi se sumaba al llamado de Chibás:
La prensa digna dominicana (…) no ha dejado de levantar su voz potente contra el tiranuelo de Quisqueya durante estos quince fatídicos años (…) Su grito ha sido más fuerte que el estruendo del aplauso obligado de la galería de serviles (…) A esa prensa, por ser digna, no puede faltarle el decidido apoyo de los periodistas cubanos. Hoy (…) surgirá una bella esperanza de libertad para un pueblo que la merece a plenitud.[iv]
Por esa actividad tan intensa de Chibás es que la prensa oficial trujillista concentraba casi todos los ataques contra su persona. El periódico La Nación o bien lo tildaba de cobarde[v] o lo denunciaba como un conjurado que combatía al «Benefactor». En ese sentido indicaba que «senadores de distinta filiación se reúnen en casa del Dr. Chibás para conspirar en unión de políticos antitrujillistas, cuando en Cuba hace falta primero ocuparse primero de arreglar los puntales que sostienen la pronta democracia, para luego ocuparse de la ajena». Pero la revista Bohemia salía en su defensa cuestionando los elogios que La Nación le hacía a Fulgencio Batista al que consideraba la «personalidad política más significada del país».[vi] Al propio tiempo, la reconocida revista cubana denunciaba que en la campaña electoral de 1944 la Coalición Socialista Democrática había recibido fondos de Trujillo sin que su candidato, Carlos Saladrigas, lo supiera. Por ello Bohemia concluía que era el dictador dominicano quien desde un principio había intervenido en la vida pública cubana y no podía criticar a «los demócratas del continente» que «respaldan los trabajos que realizan los dominicanos libres por sacudir a su pueblo de la opresión política y la explotación económica en que vive».[vii]
Un tópico bastante peliagudo que motivó fuertes conflictos diplomáticos fue el de los atropellos contra ciudadanos cubanos en la República Dominicana. Un caso que tuvo honda repercusión fue el del comerciante cubano residente en Santo Domingo, Rafael Fernández Reyes, quien fue objeto de encarcelamiento y tortura de parte de la policía trujillista. Precisamente fue Eduardo Chibás, a nombre del Comité Pro Democracia Dominicana, quien primero denunció este asunto dirigiéndose al ministro de Estado, Gustavo Cuervo Rubio. Chibás le solicitó que interpusiera sus gestiones y exigiera una reparación convincente, en su carta concluía con esta demanda: «Le estimaríamos, por otra parte, que ese Ministerio hiciere todas las gestiones necesarias para el traslado a este país del Sr. Fernández Reyes».[viii] A esta denuncia se sumó la FEU que apoyo firmemente sus demandas.
En ese sentido las campañas de Chibás desde el Comité Pro Democracia Dominicana eran vitales, en particular su pronunciamiento a favor de la moción uruguaya para sitiar a las dictaduras del continente y sus intentos por agilizar la moción senatorial de condena al régimen trujillista. Es por ello que el senador auténtico recibió el siguiente telegrama de felicitación del líder del exilio dominicano Jiménez Grullón: «Felicítole nombre del Frente Unido Liberación Dominicana por adhesión proposición uruguaya acerca reactuación colectiva democrática América contra dictaduras. Estimo momento propicio para proponer senado solicite gobierno inmediata ruptura con Trujillo».[ix]
El propio Chibás había recibido un memorando de fecha 27 de noviembre de 1945, al parecer redactado por combatientes dominicanos, en ocasión de una alocución que dirigiría con motivo de un acto de recordación histórica durante un almuerzo en su casa. Es significativo un párrafo del mismo que establece que:
El imperialismo, pues, tiene la mayor responsabilidad de la situación que desde hace 16 años impera en la República Dominicana y a él tenemos que hacer responsable de todo lo que está pasando en nuestro país. El pueblo dominicano y el de Cuba tienen enemigos comunes: contra el imperialismo yanqui tienen que sumar sus fuerzas, porque principalmente es el factor determinante de sus principales desgracias.[x]
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Leer también la primera parte de este texto publicada en nuestro Portal.
[i] Recorte del periódico La noche, México, DF 10 de marzo de 1945.Archivo Nacional. Fondo: 176 Legajo :27 folio: 35.
[ii] Bohemia 10 de junio de 1945. año 37, No. 23 p.32.
[iii] Archivo Nacional. Fondo: 176 legajo: 27 Folio:35 p.5.
[iv] [iv] Recorte de prensa El Crisol 20 de julio de 1945 En: Archivo Nacional Fondo: 176 legajo 27 folio 35 p. 6.
[v] Bohemia, 19 de agosto de 1945 año 37 No.33 p.31.
[vi] Nota: A pesar de que Batista había hecho declaraciones contrarias al presidente dominicano.
[vii] Bohemia 15 de julio de 1945 año 37 No.28 p.30.
[viii] Archivo Nacional. Fondo:176 legajo:27, folio:35 p.12.
[ix] Archivo Nacional Fondo: 176 Legajo: 27. Folio:35 p.13.
[x] Archivo Nacional Fondo:176 Legajo:27 Folio: 35 p.14.
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