Bayamo es el escenario de la presentación del libro El apuntador de Cangamba, de Eduardo Licerio Verdecia Díaz, publicado por la editorial Verde Olivo en formato digital. El volumen es el testimonio de uno de los héroes de aquella epopeya angolana que paralizó al país del 2 al 10 de agosto de 1983 y que hoy regresa en prosa emotiva y cabalgante.
Justo cuando se cumplen 40 años del suceso, el texto sirve de recordatorio y homenaje a los mártires la épica batalla, donde angolanos y cubanos alcanzaron la victoria tras derrotar a las fuerzas de la Unión para la Independencia Total de Angola, UNITA. Cangamba fue sitiada por la UNITA, la batalla de 9 días tuvo la atención del Comandante en Jefe Fidel Castro desde Cuba, quien emitió órdenes y mensajes de aliento, resistencia y cautela frente a la crueldad del enemigo demostrada en la guerra.
Eduardo Licerio Verdecia Díaz, nacido en Campechuela en 1964, conoció en la cola de un banco al Piloto o El Chino —anécdota que también pone Verdecia en palabras al lector—, un aviador cubano que luchó en Cangamba, y ahí se le encendió la chispa al autor, motivado por la gesta.
El Chino era un aviador revolucionario, cuya disposición combativa lo llevó hasta las trincheras de Cangamba. Allí un grupo de valientes hombres y mujeres permanecieron once días muy cerca del enemigo; resistían el hambre, la sed y el acoso frecuente de los cazabombarderos enemigos, y pudieron enfrentarlos con efectivos disparos, gracias a que llegó a la zona de operaciones el apuntador Chiong Almaguer.
Las historias de El Chino, Julio Vencon Chiong Almaguer, que muchas veces trascendieron el enfoque personal, se convirtieron en una obsesión que desembocó en investigación, entrevistas, croquis, apuntes que Verdecia Díaz fue hilvanando hasta lograr darles el sentido y la forma que pudiera completar un libro con el que dar a conocer su participación en aquella gesta.
Con las páginas de El apuntador… revivimos la historia y vienen a nosotros el insomnio y el miedo de quienes lucharon, pero también la certeza de la fe en su valor.
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