El autor y su obra, espacio que auspicia el Instituto Cubano del Libro, fue acogido por la Biblioteca Nacional José Martí, en su Sala de Música. En esta ocasión se le rindió homenaje a la narradora, ensayista, guionista y editora: Aida Bahr Valcárcel.
Estuvieron entre el público, intelectuales, amigos y personalidades reconocidas, como fueron: representando al ICL su presidente Juan Rodríguez Cabrera, la directora de la editorial Cubaliteraria Yaremis Pérez, la conductora de Aire de Luz y también homenajeada por este galardón Basilia Papastamatíu, la directora del Centro Dulce María Loynaz Catalina Rodríguez, y el director de la sede Omar Baliño, que fue el encargado de abrir el espacio. Momento muy emotivo lo constituyó la proyección de un video con diapositivas que mostraban la vida y obra de Aida Bahr, acompañada de amigos y familiares, con música del dúo Buena Fe, que interpretaba la canción: «Una mujer».
El panel lo dirigió magistralmente el periodista Fernando Rodríguez Sosa, quién esbozó algunos de los detalles del currículo de Bahr: «Licenciada en Filología por la Universidad de Oriente, investigadora literaria de la Academia de Ciencias de Cuba y miembro de la UNEAC, fue directora de la Editorial Oriente y de la Revista SIC, se desempeñó como Vicepresidenta de Creación y Promoción en el Instituto Cubano del Libro, premio Alejo Carpentier 2006».
El poeta y editor Norberto Codina leyó para el público un escrito titulado: «Glosas sobre mi amiga Aida Bahr», donde se resaltaba la afición por el beisbol de la intelectual, su amor por la familia, por su esposo Jorge Luis Hernández Macías (Premio Nacional de la Crítica 1987), por las letras y la verdad y por quienes estuvieron e influyen en su vida como son: Francisco López Sasha, Eduardo Leyva, Alberto Prieto, Alpidio Alonso.
La ensayista, investigadora y crítica Cira Romero también agasajó a la escritora dando lectura a un ensayo, que ella aclaró que era un trabajo más amplio, titulado: «Con decir Aida Bahr es suficiente». En él Cira tomó el camino de su obra escrita, principalmente sus cuentos. Para ella Aida Bahr es una de las voces más reconocidas de Cuba y la más genuina de su generación. De su obra resaltó: Hay un gato en la ventana, Espejismos y Ophelias. De esta última considera que es libro lleno de contradicciones femeninas, de mujeres vivas, firmes, actuantes, obsesivas en sus particularidades, con dolores, mujeres en batallas.
El discurso de la premio de la crítica 2005, Zaida Capote Cruz, fue más íntimo, más familiar. Tocó a la Bahr humilde, humana, la recordó buena cocinera, buena amiga, elaborando ese trabajo invisible que casi siempre lo realizan las mujeres, feminista. Le regaló, al terminar, un libro Haydée Santamaría 2023, a cien años de su natalicio, de la Editorial Ocean Sur y la editorial Casa de las Américas.
Al tomar el estrado Aida Bahr confesó sentirse un ser afortunado por haber nacido en una familia de mujeres fuertes, de vivir en una ciudad como Oriente donde había un movimiento literario intenso, con un José Soler Puig a la cabeza que le enseñó lo que sabe de literatura. Después de recibir el lauro opinó que aún no le tocaba ser galardonada con El autor y su obra porque es un premio por la obra de toda una vida y ella quiere que su vida siga, que su obra no se acabe. Según Bahr, «la generación de 1980 fue una generación muy unida y se debe rescatar ese sentimiento nuevamente». Para dar a fin a su alocución, confesó que: «su mayor regalo, su premio y su homenaje había sido haberlos escuchado a ellos, sus amigos».
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