En el Sábado del Libro, actividad que auspicia el Instituto Cubano del Libro, el día 19 marzo, a las 11 de la mañana, Norma Gálvez Periut, dijo sentirse complacida al estar en un lugar tan bello, como es el lobby de dicha institución. La directora de la editorial En Vivo, estaba allí para moderar la presentación del libro El canto de mis canciones del popular actor Salvador Wood, ya desaparecido.
Norma Gálvez expresó que una obra, cuando llega a una editorial, suscita muchas preguntas, y, sin embargo, esta no dio margen a ninguna duda, porque cargaba dentro de sí el amor, las emociones, el valor de una familia, de un país y de los sentimientos.
A pesar de que desde el 2019 fue impresa, sus presentaciones tuvieron que ser aplazadas por el confinamiento de la covid 19, pero es un agrado que se exponga en el año que se celebra el centenario de la radio cubana y el 70 aniversario de la Televisión. Este libro, va dedicado, como un homenaje —dijo la doctora en ciencias filosóficas— a esas dos fechas tan importantes para la cultura cubana.
Su presentador, el hijo y también actor, Patricio Wood, comentó haber tenido una sorpresa por la posibilidad de ver el poemario convertido en libro. Manuscritos que su madre, la también actriz y musa, Yolanda Pujols, nunca desechó y guardó como un tesoro. Están impregnados de la memoria familiar más alegre, de los años de exilio, que empiezan en 1958 a raíz de la huelga del 9 de abril, y de añoranza.
Salvador Wood nunca se creyó un poeta, fue un hombre con apenas 8vo grado, un autodidacta que leía vorazmente, que escribía para la radio desde su natal Santiago de Cuba, donde se inicia como actor, y que se profesaba depositario de José Martí, quien lo hizo: «un patriota de sangre», de él heredó sus ideales y su mirada. Estos manuscritos empiezan en el año 1948-49 y se reafirman con la carta en verso que le mandara a Yolanda, ya en el exilio, desde Venezuela. Esta misiva es dramatizada para Radio Progreso y sale al aire con el debut de su hija.
El poemario parece sencillo, parece fácil, quizás hasta rutinario, pero es algo singular y yo creo que en eso es en lo que debemos basarnos —dijo Wood. La idea del libro surge en casa, mientras celebraban el Premio Nacional de Televisión otorgado a Salvador Wood por la obra de toda su vida en 2018. Invidente ya, dice de memoria un poema para Yolanda impactando a los allí presentes, que se interesan por publicarlos. Porque este libro, que para los hijos fue un divertimento armar, no es un conjunto en sí, sino ideas sueltas, en el que, de entre los cinco acápites que lo conforman, uno: «Vengo bajando en un verso», contiene solo un poema; y el último: «Momentos de dichas», recoge fotos donde la pareja va envejeciendo, siempre juntos, siempre como una sola voz.
El libro comienza con una dedicatoria: Para Yolanda, un anticipo de la eternidad; luego, tiene un prólogo de la locutora Josefa Bracero Torres; cada poema tiene una imagen como marca de agua, que lo personaliza y complementa, realizada, desde las fotos de familia, por el ilustrador Alejandro F. Romero Ávila. En él está el poema extenso, dedicado a los 8 estudiantes de medicina y a la conmemoración de la muerte de Antonio Maceo, testimonio de que su patriotismo no es mero ardid, sino real.
Es muy bello recordar a Salvador a través de su alma, penetrar en ella, ir más allá de los elogios que merecería como actor —dijo emocionado Patricio Wood—, quien dejó al descubierto algunas de las facetas de su padre: un hombre muy organizado, querido, porque marcaba a las personas con afectos, que fue un gran bromista, pero «bajo techo», y cuyos poemas preferidos eran los escritos en décimas. Leyó para el público «Al jardín del universo» y se dejó escuchar, por 8 minutos, un radio-documental, donde estaban las voces de los dos actores que fueron pareja por 68 años, contando cómo surgieron aquellos poemas.
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