Leer la Cultura Cubana (VII): Félix Pita Rodríguez

El inolvidable Félix Pita Rodríguez

Félix Pita Rodríguez (Bejucal 18 de febrero de 1909 – La Habana 19 de octubre de 1990) fue un creador multifacético: poeta, narrador, ensayista, autor teatral, periodista, crítico literario, traductor y escritor de radio y televisión.

Su obra de juventud se caracterizó por las innovaciones y atrevimientos creativos. Al decir de Salvador Bueno «los textos primerizos que restallan en el suplemento literario del Diario de la Marina, Orto, Revista de Avance y Atuei llaman la atención por el desenfado de las imágenes y la libérrima fantasía de sus colaboraciones», por las que Rafael Suárez Solís lo denominó «la bestia negra del vanguardismo cubano».

Su espíritu bohemio lo llevó a París (1929) —donde estuvo en contacto con las principales figuras del movimiento surrealista― Italia (1930), España (1931) y Marruecos (1932). En compañía de Juan Marinello, Alejo Carpentier y Nicolás Guillén formó parte en 1937 de la delegación cubana al II Congreso de Intelectuales para la Defensa de la Cultura que en plena guerra civil española tuvo lugar en Valencia, Madrid, Barcelona y París.

Sin dudas, estas experiencias dejaron huella en su estilo literario, sobre todo en su poesía que «responde a la carencia de normas fijas en su expresión, lo que lo convierte en un poeta cercano a la escuela surrealista, quizás el único cubano que podemos señalar como representante de tal movimiento» según afirma Roberto Fernández Retamar.

A la par de su actividad periodística se desempeñó como autor radial y en 1943 es electo por la Asociación de la Crónica Radial e Impresa como el mejor autor dramático, a la vez que incursionó ocasionalmente en la vida teatral con su obra El relevo, estrenada en 1944. En 1946 obtuvo el Premio Internacional «Hernández Catá» —el más prestigioso de los convocados en Cuba para cuentistas― con su relato «Cosme y Damián».

Tras el triunfo de la Revolución desarrolló, hasta su muerte, una destacada labor en la vida literaria nacional. Fue vicepresidente de la UNEAC y presidente de su Sección de Literatura, así como jurado de reconocidos premios literarios. Como reconocimiento a la totalidad de su obra, obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1985 y al año siguiente el Premio de la Crítica por su libro De sueños y memorias. De igual modo, por su señalada contribución a la cultura nacional le fueron conferidas la Distinción por la Cultura Nacional y la Orden Félix Varela.

Pero quizás, lo más significativo de su creación y su vida sea el humanismo esencial que vertebra su obra en verso y prosa, en la que prevalece una tenaz preocupación por el ser humano, no solitario, sino inserto en las contradicciones y antagonismos de la sociedad.

Como homenaje en el aniversario de su muerte, invitamos a la lectura de su poesía que, como él mismo escribió, «es la forma de decir esas cosas que no pueden ser dichas de otra forma».

A Isabelita, para retribuirla de una dedicatoria banal,

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Estas son las voces oscuras, las sin palabras

FPR

Aquí otra vez, recuerdo.
Muertas lunas de rena lo señalan.
Este cielo de alpaca
y una armonía crujiente, demoledora, amarga,
que baja de los robles y se ensaña
con mi sangre de flores fatigadas. 

Aquí otra vez recuerdo:
era como un latido sin palabras.

Yo estuve en este mundo. 
recuerdo, pero ¿cómo? Su latitud helada.

Todas las puertas ciegas,
Las huertas desveladas.
Una sombra sin hombre en ese muro,
con silencios gritaba. 
¡Qué fulgor de semillas de agonía
deshaciéndose en lucha con el alba!

Aquí estuve otra vez, recuerdo:
un corcel entre llamas
y el mensajero muerto
galopando incansable por las landas. 

La Habana, enero 1954

[1] Poema inédito hasta su publicación en el Elogio de Félix Pita (Colección Sur, 2019) dedicado a Isabel Aida Rodríguez, realizadora y Premio Nacional de la Radio Cubana, quien lo diera a publicidad en la mesa redonda por el Centenario del Poeta en una sesión del Foro Literario de la Feria del Libro, el viernes 20 de febrero de 2009, en la Sala Villena de la UNEAC. Agradecemos desde Cubaliteraria a Colección Sur por cedernos este poema para su publicación digital.