La trayectoria de Claudio de la Torre no solo abarcó la literatura y el periodismo. También mantuvo un estrecho vínculo con la incipiente industria del cine de los años 30. Por otro lado, su faceta de autor y director le llevó a numerosos proyectos de colaboración, lo que multiplicaría su producción dramática, además de ofrecer nuevas pistas sobre su relación con el teatro comercial y sus redes tejidas en la inmediata posguerra.
Guionista en la época dorada de la Paramount
Además de su trabajo literario y periodístico, desde los años 30, Claudio de la Torre también mantuvo un estrecho vínculo con la industria del cine, en la que trabajó como director y como guionista. Esta faceta, que ha pasado desapercibida, muestra, a juicio del filólogo e investigador Alberto García-Aguilar, que realiza su tesis doctoral en La Laguna sobre sobre los guiones cinematográficos de Claudio y Josefina de la Torre, «el carácter multidisciplinar de su labor artística y la amplitud de sus inquietudes culturales».
Según García-Aguilar a comienzos de los años 30 y hasta mediados de esa década, Claudio de la Torre supervisó la sección en español de los estudios Paramount, en Francia, y dirigió en francés su primer filme. Sin embargo, la mayor parte de su carrera como guionista de cine se concentró en la primera mitad de la década de los 40.
Con el guion del filme Rápteme usted (Julio de Flechner, 1940), De la Torre incursionó como escritor cinematográfico en la industria audiovisual española. Además, él mismo escribió los guiones de los largometrajes que dirigió: Primer amor (1941), La Blanca Paloma (1942) y Misterio en la marisma (1943). De igual modo, colaboró en los guiones de sus cortometrajes: Manolo Reyes (1941), Chuflillas (1941) y Creando riqueza (1944). A estos proyectos también se suma el de la coproducción hispano-italiana Dora, la espía (Raffaello Matarazzo, 1943) y otros dos guiones que nunca se rodaron: el de Volver a soñar (1943) y el de Bajo el sol de Canarias (1943).
Variedad de géneros
La intensa actividad como guionista de Claudio de la Torre en los años 40 destaca por la variedad de géneros en los que trabajó. Entre sus guiones no solo se encuentran comedias románticas, (Primer amor), sino también parodias detectivescas (Rápteme usted), tramas policíacas (Misterio en la marisma), ambientes folclóricos (La Blanca Paloma, Bajo el sol de Canarias, Manolo Reyes y Chuflillas) e incluso filmes de propaganda industrial (Creando riqueza).
De esta manera, el análisis de su carrera como guionista revela, en opinión de Alberto García-Aguilar, «la diversidad de géneros que abarcó y la amplitud de sus intereses fílmicos. Aunque nunca publicó estos textos, la consulta de varios archivos e instituciones, como la Filmoteca Española, la Biblioteca Nacional de España y la Casa-Museo Pérez Galdós, permite conocer esta faceta de Claudio de la Torre. Así, se profundiza en la labor literaria de este creador multidisciplinar», asegura el estudioso.
Colaboraciones teatrales
La escritura dramática de Claudio de la Torre ha captado cada vez más la atención de la crítica con una justa intención de reivindicar su aportación como autor y director teatral. Sin embargo, Alejandro Coello, máster en Teatro y Artes Escénicas, cree que son «escasos los acercamientos desde una mirada de conjunto que amplíe su campo de estudio a la obra en colaboración del escritor grancanario, lo que multiplicaría su producción dramática y ofrecería nuevas pistas sobre su relación con el teatro comercial y sus redes tejidas en la inmediata posguerra».
Claudio de la Torre se mantuvo en su regreso a Gran Canaria, tras el estallido de la Guerra Civil, en un aparente segundo plano que, sin embargo, a juicio de Coello, «lo convierte en uno de los agentes que promovieron una actividad teatral notable en la capital durante la contienda». Destaca, en este sentido, el estreno, el 18 de marzo de 1939, de su versión teatral de El enigma, inspirada en la novela que su hermana Josefina había publicado en diciembre de 1938 en La Novela Ideal, un proyecto editorial de la familia De la Torre Millares.
Pronto, esta colaboración junto a su hermana vería sus correlatos en diferentes proyectos escritos al alimón con otros autores que, en algunos casos, se hicieron hueco en la cartelera, a pesar de la crisis que vivió el teatro en aquellos años. «No cabe duda de que atender el teatro de colaboración amplía la mirada sobre el autor, pues abarca el humor, el teatro comercial, la comedia de enredo, la comedia policíaca o la farsa», reconoce el filólogo.
Toda esta prolífica escritura a cuatro manos que tuvo su momento álgido en los años 40, no obstante, convive con dos de los estrenos teatrales más innovadores del teatro de De la Torre: Hotel Términus (1944) y Tren de madrugada (1946), cuyo tono y tratamiento de los temas distan singularmente del teatro en colaboración, que perpetúa patrones semejantes al del teatro comercial y de carácter alimenticio. Coello apunta que «quizá, por ello, el grancanario decidiera en varias ocasiones refugiarse tras su pseudónimo Alberto Alar, que ya lo había utilizado para El enigma».
El Modernismo en Gran Canaria
Aunque es parte de una corriente general que surge en toda Europa, el modernismo canario se caracteriza por las influencias recibidas por los ciudadanos ingleses y franceses residentes en las islas, adquiriendo un marco propio y diferente, convirtiéndose en el máximo exponente del modernismo español junto con el catalán.
Sobre Alberto García-Aguilar
Graduado en Español: Lengua y Literatura por la Universidad de La Laguna, cuenta con un máster en Literatura Española e Hispanoamericana, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Salamanca. En la actualidad, realiza su tesis doctoral en la Universidad de La Laguna sobre los guiones cinematográficos de Claudio y Josefina de la Torre. Para ello, cuenta con una ayuda a la formación del personal investigador concedida por el Gobierno de Canarias.
Ha participado en varios congresos nacionales e internacionales en el ámbito de la literatura hispánica y comparada y ha centrados sus líneas de investigación en las relaciones entre literatura y cine. Ha realizado una estancia de investigación en la Universidad de California, Berkeley, y ha coeditado el texto teatral El enigma (Torremozas, 2021), de Claudio y Josefina de la Torre.
Sobre Alejandro Coello
Es Graduado en Español: Lengua y Literatura por la Universidad de La Laguna y ha obtenido un máster en Teatro y Artes Escénicas por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente, realiza su tesis doctoral sobre Escrituras para ballet en la Edad de Plata (1915-1939): la configuración de un género literario-escénico en España, en la Universidad Complutense de Madrid y trabaja en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC.
Sus líneas de investigación se centran en el análisis dramatúrgico aplicado al teatro y la danza en España durante el siglo XX. Ha editado Teatro de Pino Ojeda (Gobierno de Canarias, 2020) y coeditado Antonia Mercé, la Argentina. Epistolario, 1915-1936 (CDAEM-INAEM, 2020) y «El enigma», de Claudio y Josefina de la Torre (Torremozas, 2021).
En 2016, recibió la mención de honor del Premio de Poesía Joven Félix Francisco Casanova por el poemario Gramolas y el Premio Nuevas Escrituras Canarias 2019 por la obra teatral ¿Y qué esperabas?. En 2021, fue seleccionado para el Laboratorio de Escritura Teatral de Canarias Escribe Teatro, donde ha creado la obra Cazarán todavía esta noche.
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Tomado de Infonorte Digital
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