A la sala Manuel Galich llegó la actriz, dramaturga y directora colombiana Carolina Vivas Ferreira para impartir el taller de dramaturgia colectiva «Escribirnos». Esta fue la primera acción de la 31 Feria Internacional del Libro 2023 en la Casa de las Américas.
Ante un grupo de jóvenes dramaturgos, entre estudiantes y profesionales, la maestra colombiana compartió la idea de encontrar una imagen generadora para la creación, tesis planteada por el maestro argentino Mauricio Kartun. A la par de ello, la líder de Umbral Teatro asoció el proceso de escritura con la figura de un mochilero que viaja con sus materiales y enfatizó en recursos como el juego y las asociaciones libres de palabras como ejes del encuentro.
Carolina Vivas, gestora del proyecto Punto Cadeneta Punto (Taller de Dramaturgia Metropolitana), propuso una secuencia de ejercicios creativos a partir del trabajo con las cuatro fuentes para la escritura ideadas por el dramaturgo francés Michel Azama: una escritura impulsada a partir de la fuente del yo, la del imaginario, la de la historia y la de la lengua. En ese sentido, la autora propuso como ejercicios compartir refranes y piropos para reflexionar sobre la fuerza de la palabra social, y encontrar frases utilizadas en diferentes situaciones para trabajar la palabra dramática. Poco a poco, desde la fuente del yo de cada dramaturgo, se creó una especie de alfabeto para la escritura dramática. La construcción de narraciones a partir de frases y secuencias de palabras, y la asociación entre estas, crearon coordenadas propias para la creación individual y también la colectiva. Del arsenal de recuerdos de los participantes surgieron relatos dolorosos, felices, trágicos, lo cual evidenció la diversidad de texturas y modos del proceso de observar la vida.
A partir de la referencia a la frase del creador español José Sanchis Sinisterra: «El autor no está en los verbos porque en los verbos está la vida», Vivas insistió en la idea de que el autor es quien da el tono a la escritura. ¿Cómo articular y desechar los retazos del recuerdo? ¿Cómo perturbar el argumento? ¿Cómo establecer el vínculo con los recuerdos?, fueron cuestionamientos generados en el encuentro. «El trabajo del autor es el de linkear esas experiencias», afirmó la maestra, quien también se refirió a otros creadores escénicos como Arístides Vargas y Luis de Tavira, para ampliar el foco hacia la dramaturgia perturbadora e incómoda que no es complaciente ni con el autor ni con el espectador.
Cuatro horas fueron escasas para compartir y pensar las ideas en torno a la creación y al análisis de la palabra dramática. La motivación permaneció en todos los presentes, quienes guardamos la esperanza de continuar el taller en el futuro.
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Tomada de La Ventana
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