«A todos los que esperan una vacuna. Comencemos por inmunizarnos el alma»
Ares y Félix
¿Cómo sobrevivirán los países y las cuentas domésticas? ¿Cómo serán a partir de esta experiencia las relaciones entre los seres humanos? ¿Cuál será en adelante nuestra relación ética con los medios de comunicación que nos informaron y engañaron a partes iguales? ¿Qué lugar van a ocupar los médicos y la ciencia en este nuevo ciclo de la vida? ¿Hasta dónde seguirán escalando la idiotez y la indiferencia de algunos frente a la destrucción del medio ambiente? ¿Y los políticos, entenderán de una vez que forman parte del problema y cada vez se distancian más de las soluciones? ¿Cuál será el próximo reto o qué nuevo virus tomará al mundo por asalto?…
Las interrogantes del párrafo precedente inician la nota de contracubierta de un libro que fue presentado con gran expectativa en varios espacios culturales habaneros hasta poco antes del regreso de la capital a una nueva fase de transmisión autóctona limitada. Su título es El mundo después del coronavirus; y los autores de este singular texto, publicado por Arte Cubano Ediciones, La Habana, 2020, son el artista autodidacta y Doctor en Medicina Arístides Hernández (Ares), y el escritor y periodista Félix López.
Ares (La Habana, 1963) ha desarrollado un talento natural para el humor que le permitió encauzar una carrera profesional como caricaturista, ilustrador y pintor. Su obra está presente en publicaciones periódicas y revistas de humorismo gráfico, habiendo compartido con sus colegas y aspirantes en cursos y conferencias sobre humor gráfico de diversos países. A su vez, como parte de su acercamiento a la problemática de este coronavirus, resultó ganador del Gran Premio del Concurso Internacional UYACC 2020 Anticoronavirus, realizado en China, con una obra que también aparece en el presente libro abriendo el capítulo titulado «Los superhéroes si existen»; y en ese mismo año le fue otorgado el Premio Nacional del Humor. Por su parte, Félix López (Camagüey, 1966) trabajó durante dos décadas en el periodismo cubano (Juventud Rebelde, El Caimán Barbudo y Granma), y en la revista Patria Grande (Venezuela), de la que fue fundador y editor durante tres años; reside actualmente en España, es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), de la Asociación Colegial de Escritores de España; autor de ocho libros y del ensayo Dos siglos de mitos mal curados, merecedor del Premio Internacional Rómulo Gallegos (2010), amén de un desempeño como documentalista y profesor universitario.
En lo que se refiere El mundo después del coronavirus, se trata de un volumen de 126 páginas que nació a partir del reencuentro de ambos en el circuito de las redes sociales, concretamente en Facebook, lo que les posibilitó compartir sus experiencias y puntos de vista sobre lo que desde diciembre de 2019 comenzó a vivir el mundo, resultado del surgimiento y rápida expansión de una nueva cepa de coronavirus denominada por muchos en un primer momento como «virus de Wuhan», y que oficialmente se identificó con los nombres de COVID-19 o SARS-Cov-2. Para ello Ares escogió la caricatura y Félix optó por el uso de la palabra desde un conjunto de textos con un enfoque reflexivo, resultando un maridaje que, según sus propias palabras, «quiere ayudar a entender la sociedad en la que vamos a vivir después de la última pandemia».
Una mirada al contenido de este libro —a través de textos como «Wuhan, la ciudad del coronavirus», «La política en cuarentena», «Planeta de cuatro paredes», «¿Y la pandemia del hambre?», «El virus que tumbó mitos» y «Se busca una vacuna social», entre otros—, nos puede guiar por un abanico de temas donde si bien el personaje central parecería ser la susodicha cepa viral, en realidad esta resulta una suerte de hilo conductor para entender que los estragos provocados por su alto grado de virulencia se explican no solo por las características de este organismo, sino también debido a que en un contexto social tan complejo y convulso como el que transita el mundo y donde ser o no aceptado socialmente implica transitar por las antípodas reflejadas en un epígrafe como «¿Dónde estás caballero Don Dinero?», resultaba comprensible que, según el punto de vista de los autores de El mundo después…: «La orgia del derroche, contrapuesta a la hambruna y las oleadas migratorias del Sur pobre al Norte más rico del mundo, el consumo desmedido y la filosofía de «vales lo que tienes», nos embarcó a todos en esta suerte de Titanic del siglo XXI, donde la naturaleza ha dicho basta, recordándonos que la responsabilidad de la armonía en la tierra es de todos».
De tal suerte, Ares y Félix López nos invitan a una suerte de itinerario por varias facetas del acontecer mundial en relación con la crisis sanitaria de la COVID-19 entre diciembre de 2019 y mayo de 2020, durante aproximadamente el medio año de la primera etapa de la lucha contra el SARS-Cov-2, que por otra parte coincidió con el momento más complejo del enfrentamiento a un flagelo que en esos primeros meses era literalmente desconocido para la comunidad científica y médica, complicado además por dos factores subjetivos que pesaron en el abordaje a dicho tema: el tratamiento recibido desde muchos medios de comunicación y las redes sociales; así como también los enfoques ideológicamente politizados relativos al origen de este coronavirus y la responsabilidad de varios gobiernos en el combate a la pandemia. En este último caso no resulta casual que al inicio del capítulo «La política en cuarentena» y en clara referencia al manejo de la COVID-19 por personajes como el presidente de EE.UU. Donald Trump y varias figuras políticas europeas, se enfatiza la siguiente afirmación: «La política debería ser considerada «pandemia mundial» y los políticos ineptos puestos en cuarentena».
Como parte del acercamiento a los aspectos más humanos de un enfrentamiento que parece no tener un final cercano, este libro dedica una parte importante de sus reflexiones al rol desempeñado por la ciencia y la medicina en el estudio y control de la COVID-19, faceta que pudiera resumirse en el párrafo final del capítulo «Los superhéroes si existen», referida especialmente a los trabajadores de la salud que en estos avatares han integrado la primera línea en esta sui generis guerra no convencional.
Hay imágenes que se han convertido en símbolo y que debemos salvar para la historia: la enfermera italiana derrumbada sobre un escritorio, el doctor español con su rostro marcado por la máscara plástica que llevó más de diez horas diarias, la intensivista estadounidense que llora de impotencia ante la muerte de su paciente, el médico irlandés que salta de felicidad porque un abuelo de ochenta años se va a casa vivo… Sería injusto que esas fotografías no ganen los premios de todos los concursos y que durante un largo tiempo recorran las galerías o pasen a los fondos de las fototecas y los museos. Yo, en lo personal, guardaré también la imagen feliz de los profesionales de un hospital italiano en Piamonte, aplaudiendo al anochecer la llegada al anochecer la llegada de una brigada solidaria de médicos cubanos. Ese día de abril de 2020 volví a recordar aquellas largas jornadas donde descubrí a mis superhéroes en las laderas del Himalaya y me sentí protegido.[1]
Dentro de la estructura de El mundo después…, las ilustraciones de Ares constituyen un elemento que si bien por si mismas expresan de manera independiente una toma de posición de su autor respecto a la situación que ha enfrentado el mundo con relación a la pandemia, una vez incorporadas a la presente edición se constituyen en una suerte de soporte ilustrativo de la temática tratada en un capítulo y prefiguran de cierto modo los referentes que abordan los mismos. Como ejemplos pudieran citarse, entre las más de cuarenta obras recopiladas en este volumen, las imágenes de portada de los capítulos «Planeta de cuatro paredes», «Último aviso de la naturaleza» y «Las ideas mueven al mundo» que toman como referencia, en el primer caso, uno de los cuentos infantiles más conocidos en el mundo «Los tres cerditos y el lobo»; mientras que en las otras dos abordan hitos culturales relacionados con la trayectoria musical de los Beatles y John Lennon —uno de sus integrantes—, durante uno de sus pronunciamientos tras la disolución del mítico cuarteto en relación con la problemática del mundo en los inicios de la década de los 70; asociados en este caso con la situación medioambiental y el rol de la cultura frente a un contexto tan complejo como el actual; amén de las ilustraciones que acompañan a los capítulos «Los ángeles de nuestros hijos» y «Los niños de la pandemia», referidos al papel desempeñado por los educadores en esta coyuntura, así como también las secuelas de la pandemia en la vida de los niños y adolescentes respectivamente.
Libro que no pretende dar respuestas acabadas frente a un flagelo que hasta el momento no parece querer mostrarnos una luz al final del túnel, El mundo después del coronavirus sin embargo, constituye sin dudas uno de los primeros ejemplos de un texto que, desde una mirada artística, nos conmina a considerar la necesidad impostergable de proceder a luchar por cambios no solo desde el punto de vista sistémico social, sino también relativos a los paradigmas con los que los seres humanos hemos concebido el desarrollo civilizatorio, de tal modo que la obtención de ganancias no siga legitimándose sobre la protección de la salud humana; las personas no sigan sufriendo una suerte de «obsolescencia programada», reflejada, entre otros aspectos de la vida, en el dilema de tener que decidir quienes reciben o no asistencia como enfermos de COVID-19 en los hospitales y áreas de cuidados intensivos según la edad o posición social que ocupen; así como también poner en un primer plano la resiliencia, entendida como «la capacidad de superar adversidades y convertir el dolor en un motor para avanzar»; y este modo intentar prever un posible futuro y compartir, junto con Ares y Félix, la siguiente idea de Albert Einstein: «Solo hay dos maneras de vivir tu vida: Una es como si nada es un milagro. La otra es como si todo es un milagro».
[1]-En octubre de 2005 Félix López partió hacia Pakistán como periodista para cubrir el trabajo que desarrolló en ese país, azotado por un sismo de 7.7 grados en la escala de Richter, la primera brigada del flamante contingente Henry Reeve, formado el mes anterior por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro para enfrentar situaciones de desastre en diferentes partes del mundo; y cuyo desempeño en más de 30 paíse,s en el contexto de la pandemia de COVID-19, a partir del despliegue de más de 40 brigadas, ha desatado una campaña global por incluirlos en la candidatura por el Premio Nobel de la Paz.
Visitas: 213
Deja un comentario