Hace varios años, cuando fungía como jefe del Departamento de Promoción y Eventos en la entonces Dirección del Movimiento de Aficionados del Ministerio de Cultura, me invitaron a dar una conferencia en Varadero sobre José María Heredia.
Heredia, poeta de temática filosófica, amorosa, civil y patriótica, es considerado el primer romántico de América, el primer gran poeta cubano y americano al decir de José Martí. Su vida fue muy particular, al punto que hay una frase de él que se ha hecho famosa —sobre todo por la novela de Leonardo Padura―, y que dice: «¿Cuándo acabará la novela de mi vida para que empiece su realidad?». Tenía 20 años entonces.
Resulta interesante que Heredia decidiera que Cuba fuese su Patria, habiendo pasado solo seis años en la isla, la mitad de ellos en su primera infancia. Luego vivió cinco y medio en Venezuela, dos en Santo Domingo, cuatro en Estados Unidos, y unos dieciséis en México.
Hay que tener suerte en la vida y vida en la suerte y Heredia no tuvo ninguna de las dos. Empecemos esta historia.
En enero de 1801 las tropas francesas ocupan la parte oriental de La Española y Toussaint Louverture, el caudillo haitiano, promete represalias. Los Heredia, una de las familias más antiguas de Santo Domingo —descendientes del adelantado don Pedro de Heredia, quien en 1513 conquistó Darién y fue después Gobernador de Cartagena de Indias―, deciden salir rumbo a Cuba y Venezuela, ante el temor de la guerra.
Una tormenta desvió la goleta La Flor, donde viajaban algunos familiares y el 18 de enero naufraga en Venezuela. En esta aventura comienza una relación amorosa entre dos primos: José Francisco Heredia y María de la Merced Heredia, quienes se casan al poco tiempo.
En febrero de 1803 el matrimonio embarca en Venezuela rumbo a Santiago de Cuba, donde vivía el padre de José Francisco, funcionario de la corona española. Allí, el 31 de diciembre de ese mismo año, nace José María Heredia y Heredia, el primogénito, quien es bautizado días después en la oriental provincia cubana.
El 31 de enero de 1806 viajan a La Habana y de ahí a Pensacola, La Florida, aún colonia de España, donde su padre, funcionario de la corona española, comenzó a darle las primeras lecciones cuando solo contaba con dos años y medio.
En agosto de 1808, nace en Pensacola su hermana Ignacia, su predilecta.
En 1810, en enero, su padre es nombrado funcionario en Caracas, por lo que parten de nuevo a La Habana. Ya tiene instrucción para comenzar «estudios mayores», tiene seis años.
En junio embarca a Venezuela en la goleta La Veloz a la que agarra un ciclón y va a dar a Santo Domingo. Allí se quedan José María, su madre y su hermana, pues el padre se va a Caracas. Un primo y un canónigo doctor continúan sus estudios. Traduce del latín a Horacio con solo seis años.
En agosto de 1812 llega a Venezuela, allí reside en distintas ciudades. Las campañas militares de Bolívar llenan de zozobra a la familia. Con diez años escribe sus primeras poesías.
En agosto del año siguiente muere su hermano Rafael. Tiene dos hermanas más, Dolores y Concha, a la que se sumará en 1816 Rafaela. Viven en el puerto de La Vela, de donde se mudan a Maiquetía donde escribe el poema «Las ruinas de Maiquetía».
En 1816 se mudan a Caracas. La Universidad Santa Rosa de Lima, de la capital venezolana, le expide un diploma por haber aprobado Gramática Latina y sus partes. En 1817, en diciembre, salen de Puerto Cabello hacia La Habana. Escribe los poemas «La elegía», «A la salida de Caracas» y «El paso del Trópico».
En vísperas de cumplir 14 años llega a La Habana. Su padre tiene tuberculosis.
En 1818 conoce a Domingo del Monte. El padre de este había estudiado junto al padre de Heredia en Santo Domingo. Surge entre ellos una gran amistad. Matricula Leyes en la Universidad de La Habana. Se enamora de Isabel Rueda y Ponce de León, (la Belisa o Lesbia de sus poesías). Publica sus primeros poemas en periódicos.
En 1819 visita Matanzas por primera vez invitado por su tío Ignacio Heredia, abogado, dueño de un cafetal. Escribe en Matanzas su primera obra dramática Eduardo VI o el usurpador clemente que es presentada por un grupo de aficionados entre los que se encuentra el propio Heredia.
El 14 de marzo regresa a La Habana y aprueba el segundo curso de leyes. Compone el sainete «El campesino espantado» considerado una importante pieza.
El 2 de abril la familia sale de La Habana rumbo a México. Ha vivido en Cuba un año y cuatro meses.
Cuba es «colonia de producción» no «colonia de servicios» como antes, y constituye el negocio mayor que tiene España pues produce un azúcar y un café exportables sin ayuda de la metrópoli. Ello hacía que Cuba, al menos en términos económicos, no fuera una colonia. El 10 de febrero de 1818 se abren todos los puertos cubanos al comercio internacional y se proclama el fin del estanco del tabaco, pero la esclavitud se niega a desaparecer e incluso se incrementa. De 1816 a 1829 se traen a Cuba 111 041 negros africanos, llegan a ser casi una quinta parte de la población del país, donde solo el 43% era considerado blanco.
Heredia reinicia la carrera de Leyes en la Universidad de México. De nuevo en el primer curso. Publica en periódicos en los que firma con el anagrama de Haidereh.
Termina la primera colección de sus poesías. Colección de composiciones de J.M.H. Cuaderno segundo. Este texto aún se conserva. El primer cuaderno fue solo de noticias verbales. Hace colección de sus creaciones en su texto «Ensayos poéticos». En febrero de 1820 matricula el segundo años de Leyes, y en octubre cursa el tercer año, que no llega a terminar.
El 31 de octubre muere su padre en México y la familia cae en una mala situación económica. En noviembre publica un trabajo sobre la biografía de su padre en un periódico.
Luego de una excursión a Puebla, escribe el poema «En el Teocali de Cholula», considerado la mejor de sus composiciones poéticas. Tiene solo 17 años.
Hace su tercera colección poética titulada Obras poéticas de J.M.H. en dos tomos.
En 1821 regresa a Cuba en enero, reside en la Habana. En México la familia recibe una mísera pensión. María de la Merced habla con su hermano Ignacio quien los acoge en Matanzas. Heredia permanece en la capital y se hace Bachiller en Letras en la Universidad de La Habana en abril.
Trabaja como pasante en bufetes habaneros para poder ejercer la abogacía.
Confecciona el periódico literario Biblioteca de damas. Colabora con periódicos aprovechando la libertad de prensa e imprenta.
Escribe su primer poema inspirado en el amor a la libertad «A la insurrección de Grecia en 1820». A principio de 1822 ya reside en Matanzas y colabora con su tío en el bufete.
Entre 1821 y 1823 se respiran en Cuba ciertos aires de libertad, efervescencia política, económica, social y cultural como nunca antes. En América se suceden las últimas batallas contra la corona española. Félix Varela educa a la juventud habanera.
Se enamora de Lola Junco, a la que le dedica poemas como «A Lola en sus días». Tiene 19 años.
En 1823 ingresa en la sociedad secreta revolucionaria Caballeros Racionales, rama matancera de los Soles y Rayos de Bolívar. Se inscribe en la Milicia Nacional de Matanzas para recibir entrenamiento militar. Escribe «Oda a los habitantes del Anáhuac» su primer canto a la independencia de América.
En el mes de abril sale a La Habana para ir a Puerto Príncipe por mar, donde arriba en mayo. Va a recibirse de abogado lo que logra en junio, pagando 132 pesos para no pasar dos años de pasantía.
El 8 de agosto vuelve a Matanzas con el título y comienza a trabajar en el bufete de su tío Ignacio. Ya tiene cierta celebridad, Domingo del Monte dice que «es el más notable, moderno e importante de los versificadores nacidos en la Isla.»
El 14 de agosto detienen a jefes de la conspiración Rayos y Soles de Bolívar y comienzan días de tensión para Heredia. En septiembre viaja a La Habana donde ejerce como abogado breve tiempo porque vuelve a Matanzas en busca de refugio.
En el mes de octubre escribe «La Estrella de Cuba», primera poesía revolucionaria cubana.
A fines de mes, temeroso de ser descubierto se oculta en el ingenio Lo Molinos, en el valle del Yurumí, propiedad de los marqueses de Prado Ameno.
El 31 de octubre es acusado en Matanzas de conspirar contra España y el día 5 del mes siguiente se publica un auto de prisión en su contra, lo que provoca que abandone el ingenio Los Molinos y se oculte en casa de José de Arango, padre de Pepilla, quien luego será la Emilia de su Epístola.
Entonces escribe una carta al Alcalde de Matanzas «retractándose» de su actitud revolucionaria, plantea no querer una guerra civil en Cuba. Luego en una carta a la madre dice que lo hizo para evitar represalias sobre su familia.
El 14 de noviembre huye de Matanzas hacia Boston. Ha vivido en Cuba por dos años y diez meses. Tiene diecinueve años y comienza su destierro. Llega a Boston después que una tormenta pone a punto de zozobrar el barco en que viajaba.
Es interesante ver como ciclones y tormentas en el mar tocan la vida de Heredia de manera sistemática. Quizás por ello escribe el poema «En una tempestad».
Comienza a sufrir por el frío. Va a Nueva York y se reúne con Varela, Gener y Santos Suárez —también condenados a muerte― con los que celebra la llegada de sus veinte años.
El 5 de junio del propio 1823 participa en una excursión a las cataratas del Niágara donde se inspira a escribir su «Oda al Niágara». En carta a su tío Ignacio dice «Yo no sé qué analogía tiene aquel espectáculo solitario y agreste con mis sentimientos. Me parece ver en aquel torrente la imagen de mis pasiones y de la borrasca de mi vida. Oh, ¿cuándo acabará la novela de mi vida para que empiece su realidad?».
En Estados Unidos enferma de tuberculosis. El frío le hace daño. Dice no poder vivir allí. En noviembre a causa del invierno piensa ir a Pensacola para cambiar de clima, pero consigue trabajo en Nueva York como profesor de Lengua Española en un colegio. El 24 de diciembre es condenado a destierro en España. Escribe el poema «A Emilia».
En junio publica el texto Poesías, dedicado a su tío Ignacio. El 22 de agosto viaja a México invitado por el presidente del país azteca. En la travesía otra tormenta lo desvía hacia Cuba. Escribe entonces su «Himno del desterrado».
El 15 setiembre de 1825 llega a México por el puerto de Alvarado, y es nombrado miembro de la Junta Patriótica Cubana en México. Se funda en Cuba la Gran Legión del Águila Negra, apoyada por México.
Cuando va camino al Distrito Federal, por Puebla se contagia de sarampión. Tan mal se siente que cree morir. El 16 de octubre visita a Guadalupe Victoria, quien no lo conoce por lo desmejorado que lo encuentra.
En 1826 es nombrado presidente oficial de la Secretaria de Estado y reside en el Palacio. En una carta a su madre habla de su buena salud.
En junio es habilitado para ejercer la abogacía.
Se publica en Filadelfia en forma anónima Jicotencal, la primera novela histórica escrita en castellano. Se le atribuye a Heredia su autoría, aunque nunca habló de ella.
En 1827 se presenta su tragedia Tiberio. Es juez del distrito de Veracruz. Inicia relaciones con Jacoba Yáñez, hija de un viejo amigo de su padre, quien es magistrado. Siendo juez en Cuernavaca, el 15 de septiembre, contrae matrimonio. En 1828 nace su primera hija María de la Merced.
El 16 de septiembre hace un discurso en Cuernavaca contra la tiranía y ese mismo día se alza Santa Ana. En el discurso se queja de que en México existe el despotismo o la anarquía, y que es una época difícil, porque en diez años había habido trece cambios presidenciales, cinco de ellos encabezados por Santa Ana. Es fiscal de la Audiencia de Estado de México.
En 1829 el general Vicente Guerrero sucede a Guadalupe Victoria en la presidencia. Heredia es nombrado capitán de la Compañía Nacional de Artillería de Tlalpan, ciudad donde nace su hija Loreto.
Es nombrado Oidor de la Audiencia de México. Publica el texto dramático Los últimos romanos, que es censurado y no llega a estrenarse. Escribe el poema «Desengaño» que representa renuncia y ven la luz sus «Cuentos orientales», antecedente importante de la narrativa cubana.
En 1830 Anastasio Bustamante ocupa presidencia de México y destituye a Guerrero, a quien Heredia defiende, por lo que pierde su puesto en la Fiscalía. Entonces vuelve a juez de Cuernavaca. En ese año muere su hija María Merced.
En 1831 en Cuba el gobierno colonial lo condena a muerte por participar en el Águila Negra. No tiene condiciones para estar ni en México ni en Cuba. Es nombrado ministro de Audiencia de México. Nace su hija Julia Francisca de Paula, la que morirá a los cuatro años.
Traduce, publica, y corrige «Elementos de Historia» en cuatro tomos.
En 1832 se subleva Santa Ana otra vez. Heredia lo apoya, es su amigo personal, por ello se ve obligado a huir a Toluca y su casa es asaltada. Triunfa Santa Ana y Heredia vuelve a la ciudad. Publica la segunda edición de sus poesías en dos tomos.
Es nombrado Diputado, lo que provoca polémica por no ser mexicano. Se opone a que declaren benemérito a Santa Ana.
En esa fecha le escribe a Gener: «Cada día me convenzo más que esto no tiene atadero, y que la profunda inmoralidad e ignorancia de estas gentes les impedirá por un siglo o dos tener un gobierno, cualquiera que sea, que marche de modo regular y seguro».
Comienza el gobierno de Santa Ana y Heredia renuncia a su cargo de diputado.
Tacón gobierna en Cuba convirtiéndose en el primer dictador militar en América.
Publica en tres tomos la traducción del texto «Ahora 60 años» de Walter Scott.
El año 1834 fue un tiempo tranquilo mientras residía en Toluca. Entonces Santa Ana gira a la derecha en el gobierno y Heredia se opone. Pierde la amistad con Santa Ana.
Nace su hijo José Francisco que muere al año siguiente. En mayo de 1835 muere su hija Jacoba Francisca Julia.
En 1836 le escribe una carta a Tacón pidiéndole volver por un breve tiempo a Cuba para ver a su familia, y se declara con «opiniones modificadas» ante la independencia. En ese año nace su hijo José de Jesús.
El 30 junio recibe la autorización para ir a Cuba. Embarca por Veracruz. En La Habana solo lo recibe Domingo del Monte brevemente. Lo hacen esperar, lo revisan y humillan. Domingo del Monte no se preocupa por verlo, no quiere hablar con él. Los otros amigos lo desprecian.
Heredia huye a Europa y, en 1837, de vuelta a La Habana, se entrevista con Tacón. No se sabe qué hablaron.
El 16 de enero embarca hacia Veracruz. Bustamante, su enemigo, está en la presidencia de México. Cesa en cargo de Ministro de Audiencia por no ser mexicano. Trabaja entonces como redactor de la Gaceta Oficial. Se siente cada vez más solo, más enfermo, más pobre, más desesperado. En 1838 nace su hija Julia. De todos los nacidos sobreviven solo Loreta, José de Jesús y Julia.
Agravado por la tuberculosis piensa viajar a Cuba. El médico lo manda a Cuernavaca.
En marzo de 1839 llega al Distrito Federal, se hace cargo de la parte literaria del Diario del Gobierno, pero solo puede trabajar un mes.
Ya no puede sostener la pluma y debe dictarle a su mujer sus últimos versos. «A Dios» y «Oración del poeta moribundo». Dicta además una última carta a su madre donde le dice que piensa viajar a Cuba.
El 7 de mayo de 1839 muere en la ciudad de México. Tiene treinta y cinco años.
Su sepelio se desarrolló en la mayor pobreza. La prensa no publicó una sola nota sobre su deceso. En 1844, cuatro días después de llegar a Cuba, a Matanzas, muere de tuberculosis Jacoba Yáñez con apenas treinta y tres años. Deja al cuidado de la madre de Heredia sus tres hijos, Loreta, Luisa y José de Jesús y los manuscritos, documentos y libros.
Los restos de Heredia se trasladan al cementerio de Santa Paula y sus amigos le colocan una inscripción. A los años clausuran el cementerio y sus restos van a una fosa común.
Hizo de la nostalgia su emblema y del desarraigo un componente de la cubanía, cosas que hoy en algunas ocasiones se mantienen. Su renuncia a los ideales de independencia que alentó en su juventud, a partir de la anarquía de las nuevas repúblicas americanas, nunca melló su ideal democrático, antiesclavista, opuesto a la tiranía y a favor de la libertad.
Poeta triste y abatido que nadó contra la historia y la historia, como casi siempre sucede, se lo cobró. No fue hasta casi un siglo después de su muerte que José Martí lo colocó en el lugar que le correspondía.
Visitas: 125
Deja un comentario