No hay mejor libro que aquel donde la autora o el autor divierten, entretienen o causan profundo placer estético a los lectores, a la vez que ofrecen conocimiento o aprendizaje, sin evidencia aparente, acerca de diferentes aspectos de la vida; detalles en los que antes, quizás, los destinatarios no habían reparado, y que incluso incorporan tras la lectura sin percatarse conscientemente de ello. Desde el Hamlet de Shakespeare y el Quijote cervantino, los buenos escritores se las ingenian para lograr la mezcla perfecta y equilibrada entre sus mensajes más básicos y esenciales, y la belleza abrumadora que deja el alma en vilo tras cerrar el libro.
Respecto de la infancia, esta misión se tamiza con una mayor responsabilidad social y ética formadora, aunque aparentemente el texto solo pretenda hacer pasar el rato o distraer de posibles conductas turbulentas según padres y maestros, demasiado estrictos y olvidados de su propia niñez. En ello incide una perfecta imbricación entre forma y contenido, que potencia las intenciones de los creadores. No me refiero solamente al autor de las letras, sino a todo un equipo editorial que trabaja en pos de una obra apta para ser leída, disfrutada y aprehendida por su destinatario.
Esto ocurre con Carrusel, de la reconocida poeta y escritora cubana Rafaela Chacón Nardi, nacida en La Habana, el 24 de febrero de 1926. El volumen contó con la muy cuidadosa edición de Janet Rayneri Martínez y la corrección de estilo de Wilma Estrada Asión, evidentes en el rigor al ubicar cada signo de puntuación, en el respeto a cada mayúscula, en la ausencia total de cambio de letras, en el cuidado en la numeración sucesiva de los poemas. Una labor al detalle, completada por el diseño de María Elena Cicard Quintana y la composición de Alina Alfonso Moreno, quienes proponen una tipografía clara, redondeada, muy legible y de mayor puntaje; apropiada tanto para escolares en iniciación como para abuelas lectoras cuya visión ya se resiente. Las ilustraciones, tanto de la cubierta como las interiores, pertenecen a Rita Gutiérrez Varela, y están basadas en colores primarios y secundarios bien definidos, y figuras bien contorneadas y delineadas, que remiten en cierta medida al dibujo animado cubano tradicional.
Al inicio, leemos la dedicatoria:
A los pequeños integrantes del Club UNESCO “Pinos Nuevos”, niños de visión normal y niños ciegos, que emprenden juntos -en sus horas libres- una hermosa aventura de convivencia humana a partir del disfrute de textos literarios, obras musicales y alegres excursiones.
Indudablemente, este grupo infantil fue una gran inspiración para la autora. Versos sobre la naturaleza: distintos animales (el tocororo, el águila, el tomeguín, el grillo, la cebra, la babosa, el caballo, el pelícano), flores (la mariposa, la margarita), árboles (el cocotero, la palma real), frutas (la toronja, el mamey), diversos cultivos (la cebolla, el maíz), los astros; objetos de uso diario para las personas comunes, o para científicos y artistas, como el anillo, el paraguas, la brújula, la guitarra; construcciones y lugares históricos, la bandera nacional… son motivo de creación en este variado e imaginario carrusel, integrado por sesenta adivinanzas agrupadas e ilustradas al azar.
En forma de poesía rimada, de cuatro a quince versos, cada creación se distingue por su elegancia, originalidad, belleza y creatividad en el uso de recursos literarios y estilísticos: metáforas, contrastes, hipérboles, abundancia de símiles y personificaciones, como podemos ver:
XLIX
En las llanuras del cielo
alguien dejó –por olvido-
una hoz afiladísima
de metal recién bruñido.
Como no ha encontrado espigas
ni hierbas para segar,
a cortar las sombras juega…
que es un modo de alumbrar.
(La Luna en cuarto menguante)
Rafaela Chacón Nardi fue una destacada pedagoga y profesora universitaria que entregó a las letras cubanas verdaderos tesoros, desde sus tempranos 22 años de vida. Elogiada por la chilena Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura, quien la llamó Rafaela de Cuba, publicó sus creaciones poéticas en la prensa, como los diarios La Gaceta del Caribe, Noticia de Hoy, El Mundo y El País, y las revistas Lyceum y Bohemia; en libros de texto para la educación, y a través de editoriales cubanas y latinoamericanas. Llegó a superar los 30 títulos, cuya calidad fue premiada con la Medalla Alejo Carpentier. A través de la UNESCO, apadrinó clubes dedicados a la formación de adolescentes con problemas oculares, y fue una activa divulgadora de la obra martiana. Falleció el 11 de marzo de 2001.
Carrusel, ubicado dentro de la colección Biblioteca Escolar, fue publicado en el 2000. Un año más tarde ocurrió su primera reimpresión, también por la casa editora Gente Nueva, que posee una vasta experiencia en la divulgación de obras para la infancia, las cuales pueden ser igualmente disfrutables por los adultos acompañantes. Les dejo con otra digna muestra, que quizás les mueva a buscar este curioso libro.
LIII
Es de golpeado bronce
su voz sonora.
Y del reloj y el tiempo,
dueña y señora.
No sufre de adelantos
ni de demoras.
Puntual –en su alta torre-
cuenta las horas.
(La campana)
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