
Se ha dicho que en una tarde de Filadelfia, en 1848, un grupo de cubanos deliberaba sobre el principal tema de sus conversaciones, que era la insurrección. Allí se encontraban Alonso de Betancourt, dueño de la casa, Domingo de Goicouría, Gaspar Betancourt Cisneros, Aniceto Iznaga y Cirilo Villaverde. [1]
Sin embargo, los documentos y los historiadores coinciden en que fue a principios de junio de 1849 la realización del boceto que luego se convertiría en bandera. Villaverde, protagonista e informador más autorizado, así lo afirma: «en los primeros días del mes de junio de 1849». [2] ¿Pero fue de una sola vez? Sin duda se refieren a la decisión final.
Atendiendo a que Villaverde había demostrado además de ser un gran narrador, un descriptor acostumbrado a tomar notas y desarrollarlas posteriormente con minuciosidad, como en Excursión a Vuelta Abajo, nadie podía suponer que hubiera dejado a la memoria hechos que sabía tendrían posteriormente gran valor histórico. No es tampoco la actitud de un periodista. No obstante, aunque sigue siendo el testigo más aceptable, hay mucho todavía por investigar a fin de comprobar las diferentes interpretaciones que provocó a lo largo de los años su escrito de 1873 dedicado a defender al padre de la bandera.
En el caso de la fecha de concepción, debe considerarse que fue un período que abarca desde 1848, momento en que arribaron los exiliados de la Conspiración de la Mina de la Rosa Cubana, entre ellos Narciso López, y 1849, cuando se concluye el boceto final.
A pesar de que el testimonio de Villaverde describe una jornada, es lógico suponer que diseñar una bandera no sea cosa de un día, sobre todo cuando existen prototipos anteriores y defensores de estos.
Narciso López llegó a Estados Unidos en julio de 1848. Lo habían precedido Gaspar Betancourt Cisneros y otros. Miguel Teurbe Tolón se incorporó en agosto. Cirilo Villaverde, en cambio, estuvo en la isla y preso en La Habana desde el 20 de octubre de ese año hasta que pudo huir en la noche del 31 de marzo de 1849. Por tanto, ¿cuánto tiempo tuvieron los que lo precedieron para proponer y debatir con el general qué bandera debía de flotar en los combates bajo el cielo de Cuba? Incluso, de marzo a junio, el propio cronista pudo haber participado en varias reuniones donde se tratara el asunto y, con la neblina de los años y la falta de espacio, haber unido todo en una sola tarde.
EI grupo de New York aglutinaba entre otros a Cristóbal Madan y Madan, Gaspar Betancourt Cisneros [3] [1] y José Aniceto Iznaga.
En 1847 y como representación del Club de La Habana, Cristóbal Madan organizó en New York el Consejo Cubano el cual, a principios de 1848, comenzó a publicar el periódico La Verdad, que editado en inglés y en español se distribuía gratuitamente entre los patriotas residentes en Estados Unidos y Cuba, sobre todo. El propio don Cirilo en su carta de 1873 indica que Narciso López trabajaba en la bandera antes del día del boceto final:
López (…) había precedido a Tolón en su venida a este país solo unos pocos días, y se ocupaba en construir una bandera que le sirviese de enseña para guiar las huestes libertadoras en Cuba (…)
Y en su libro de notas asegura refiriéndose a la génesis del símbolo:
La inventó el general Narciso López en 1849, viviendo en el num. 39, calle Howard, cerca de Brodway [sic.], en casa de una Mrs. Clara Lewis. [4]
El historiador Francisco José Ponte Domínguez aporta otros datos al respecto:
López (…) Radicado en Nueva York, fijó su residencia en el hospedaje de la señora Clara Levis, sito en Howard 39, en la parte baja de la gran ciudad. Allí vivía en perenne conspirar (…) Su aposento servía de marco a la reunión consuetudinaria de una pléyade de jóvenes criollos que sustentaban idéntico ideal de ver libre a Cuba de las pesadas cadenas de esclavitud política y social en que la sumía la metrópoli ibérica. Así, esa habitación era el punto de cita diario, en horas vespertinas, de los redactores del periódico filibustero “La Verdad” (…). [5]
Manuel Sanguily y Arizti también afirma que en la mencionada casa
en que vivía el General López, se registró el hecho, de tan grato recuerdo para los cubanos, de haberse discutido varios diseños con el propósito de crear una bandera que fuera emblema y guía de esa causa de luchar contra el poder español en Cuba, cuando el propio discutido General, al servicio voluntario de la misma, proyectaba la primera expedición revolucionaria. [6]
Aseguraba el hijo del prócer homónimo que frecuentaban las tertulias de López «Juan Manuel Macías, Miguel T. Tolón, Cirilo Villaverde, Gaspar Betancourt Cisneros (El Lugareño), Pedro Agüero, José Sánchez Iznaga (…) y otras distinguidas personas (…)» y expresa que hubo discrepancias y discusiones. [7]
Se puede entonces concluir que el proceso de creación de la bandera cubana ocurrió entre julio de 1848 y junio de 1849 y reafirmar que la creación fue un proceso colectivo.
[1] Por orden del Capitán General Leopoldo O’Donnell, Gaspar Betancourt Cisneros se vio obligado a abandonar la isla en 1846.
Referencias:
1. Enrique Gay-Calbó: ob. cit., p. 40.
2. Cirilo Villaverde: carta citada.
3. Por orden del Capitán General Leopoldo O’Donnell, Gaspar Betancourt Cisneros se vio obligado a abandonar la isla en 1846.
4. Herminio Portell Vilá, ob. cit., p. 136.
5. Francisco José Ponte Domínguez: «Historia y Simbolismo de la Bandera Cubana», en: Revista de la Biblioteca Nacional, segunda serie, t. 1, no. 4, P. Fernández y Cía. S. en C., La Habana, agosto de 1950, pp. 10 y 11.
6. Manuel Sanguily y Arizti: ob. cit., p.7.
7. Ídem.
Leer también:
El triángulo y la estrella. Miradas al nacimiento de la bandera cubana (Parte I)
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