La sala Dora Alonso del recinto ferial Complejo Histórico Morro-Cabaña acogió este miércoles varias presentaciones de libros de las editoriales Oriente y La Luz.
Cuentos de Boronilla, de Maikel José Rodríguez Calviño, fue el primero de los títulos presentados. Premio Oriente Herminio Almendros de Literatura infanto-juvenil en 2021, el libro forma parte de la colección de la Editorial Oriente.
«Cuentos de Boronilla forma parte de un ciclo narrativo inspirado en la mitología cubana del misterio y del horror, que también incluye la novela para adolescentes Días de Ángel (Premio La Edad de Oro 2020, Editorial Gente Nueva 2021) y la novela para jóvenes Laberinto de Papel (Enlace Editorial, 2021). Este libro es un complemento a un cosmos literario que es mucho más amplio y al cual yo vuelvo todo el tiempo», explicó el autor.
A decir del escritor para niños y editor del libro, José Raúl Fraguela Martínez: «Me llama la atención la belleza, el lenguaje, la cubanía de los monstruos y la manera en que se desenlaza el cuento. Maikel es un autor consumado que sabe lo que quiere».
Dos performances sobre las historias recogidas en Los cuentos que conté, de Reinaldo Álvarez Lemus, fueron el inicio y final idóneo para la presentación de este segundo título, publicado anteriormente en 2014 por la Editorial Oriente. El autor se refirió a las complejidades que conlleva la literatura para niños y citó a Eliseo Diego con la frase «Escribir para los niños es igual que escribir para los adultos, solo que hay que hacerlo mejor». Propuso adquirir el libro a través de la plataforma digital: www.ruthtienda.com.
Ediciones La Luz, por su parte, presentó los libros Como se escriben los clásicos (Idiel García Romero), Cuentos nuevos que parece antiguos (Luis Caissés Sánchez) y los audiolibros en formatos CD y digital, En busca de la piedra verde (Alice Walker) y Él y yo sumamos dos (Nersys Felipe Herrera).
Liset Prego, moderadora de la editorial, explicó que los dos últimos pertenecen a una colección llamada «Quema palabras» que surgió para que los niños invidentes y débiles visuales tuvieran un acercamiento a la literatura, pues es muy difícil encontrar libros en braille.
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Tomado de El Cañonazo
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