En 1888 publicó en Barcelona En busca del eslabón. Historias de monos. Para el destacado crítico e investigador literario Roberto Friol esta es la segunda novela científica de Calcagno. La primera fue Historia de un muerto de 1875 pero a la que Friol considera un texto no logrado. Este investigador cubano resaltó en el prólogo que le hiciera a En busca del eslabón. Historia de monos en la edición de 1983 lo siguiente:
¿Cuáles son, en resumen los méritos de este libro? Como novela cubana del siglo XIX presenta varias singularidades. El argumento, en primer término, resalta del todo original. De la mano de Calcagcano deja atrás la novela cubana el quitrín y el abanico y sale a recorrer el mundo. Va en viaje de ciencia, en busca del origen del hombre. Este viaje y esta búsqueda encuentran en Calcagno el novelista idóneo. Por los conocimientos profundos en tantas ramas del saber que este libro exigía para ser plasmado, es inconcuso que solo dos o tres autores cubanos del siglo XIX hubieran podido escribirlo. La erudición de Calcagno es estupenda. Se llega a creer, por ejemplo, que en materia de monos él había leído cuanto se había publicado en el mundo. Y así en otras cosas.1
La crítica literaria cubana no se ha detenido en esta peculiar novela de Calcagno. No lo hizo prácticamente en el siglo XIX y tampoco en el XX. Hoy es un texto desconocido en la historia de la literatura cubana. Es cierto que cuando apareció por vez fue objeto de una reseña nada favorable. Recibió comentarios muy duros firmados por alguien denominado Horacio que los dio a conocer en El Fígaro de La Habana. Coincido con Friol en que habría que ver quién tiene la razón al respecto. Quizás molestase porque, en efecto, es una novela llena de referencias científicas y que pone de manifiesto el conocimiento del autor acerca de las teorías de Darwin, Linneo, Figuier y muchos otros imprescindibles de las ideas no solo del evolucionismo, sino también del antievolucionismo. Y, como buen novelista, dejó plasmadas sus propios criterios al respecto. Era lógico este interés del autor porque son los años en que todas estas posturas científicas se convirtieron en paradigmas del conocimiento. Por lo demás, fue Calcagno fue un conocedor profundo de la historia de este tipo de novelas y, por tanto, también dueño de una sólida cultura. ¿Vamos a discutirle a Cyrano de Bergerac hoy porque uno de sus personajes de un salto llegó a la luna?
Los personajes están trazados de manera muy peculiar y constituyen una suerte de juego dialéctico en lo referente a puntos de vista, cultura y otros aspectos. De entre todos ellos resalta la figura de Procopio el negro sirviente de Don Sinónimo. Procopio es uno de los más personajes mejor logrados de la narrativa cubana del siglo XIX. No tenía condición de esclavo y se había ganado el respeto y la amistad de toda aquella expedición en la que se había enrolado.
Quizás esta sea la novela cubana en la que el humor ocupa un lugar esencial. Humor auténtico, bien lejano de toda grosería, que fue construida desde una perspectiva bien cubana. Como cubana también es la ironía que recorre las páginas de esta novela.
Mucho más se podría decir de esta novela científica. Por lo pronto, es importante que los lectores sepan que nuestra literatura insular también tuvo un auténtico Julio Verne antillano.
Notas.
1. Roberto Friol: Prólogo sobre un eslabón polémico, en: Francisco Calcagno: En busca del eslabón. Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1983, p. 20.
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