
¿Cómo fue posible que Antonio Guerrero Rodríguez lograra una correspondencia mientras estaba en el hueco de la Prisión Federal de Miami? ¿Qué hizo para comunicarse con Mirta, la mujer que lo trajo al mundo? En medio del más severo aislamiento, un pedacito de lápiz y el amor que todo lo puede. No había más recursos.
Así comenzó Antonio, cuando todavía no era Héroe de la República de Cuba, a escribirle cartas a su madre. Al mismo tiempo, hablaba a los familiares de sus cuatro hermanos de causa. Y redactó cada texto «sin pensar que un día se iba a convertir en un libro —asegura Guerrero—, sin pensar que fuera el testimonio más real de esos casi diecisiete meses en la celdas de castigo».
En doscientas cuarenta páginas, Nunca habrá soledad para ti recoge los mensajes más íntimos de una madre a un hijo —y viceversa—, que se vuelven universales a partir del amor como motivo de cada palabra. Es una muestra de lo que, en realidad, fue la actitud de los Cinco tras el arresto, del valor para defender sus convicciones.
De manera sutil se lee cómo sucedían los acontecimientos en el llamado Hueco y se asiste, además, a una selección de los primeros versos de Antonio, porque «la poesía se convirtió en un arma».
Sin perder de vista el valor literario, el carácter testimonial de la obra incidió en su publicación. Para María Eugenia Guerrero, «no se podía quedar guardada en una gaveta toda esa historia de amor e intercambio entre mi hermano y mi mamá, lo que significa la relación familiar en los duros momentos de la vida».
Publicado por la Editorial Capitán San Luis en 2021, el volumen constituyeun homenaje a las madres de los Cinco y de muchos héroes anónimos que han dedicado su vida a la causa de la Revolución. Sobre todo, porque las cartas de Mirta a Antonio también llegaban a manos de Gerardo, Ramón, René y Fernando. Este último explica que esos mensajes les servían a todos, les permitían acceder a «un pedacito de la vida familiar, de la vida de Cuba».
Nunca habrá soledad para ti es reflejo de que es «el amor nuestra obra maestra y hasta la muerte se llena de vida —como escribiera el poeta el 8 de diciembre de 1999— cuando se tiene causa valedera». Y es, en fin, el intento para demostrar que las personas a las que se les ha conferido el título de héroes son seres humanos.
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