El pasado viernes 14 de julio tuvo lugar en la sala García Lorca del Centro Cultural Dulce María Loynaz un encuentro entre varios escritores y directivos del Instituto Cubano del Libro (ICL), con el propósito de dialogar sobre los desafíos actuales del sistema del libro en Cuba y las diferentes alternativas para sortearlos.
Entre los participantes estuvieron los escritores Antonio Armenteros, Basilia Papastamatíu, Dazra Novak (directora del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso), Carmen Serrano, Jesús David Curbelo, Víctor Fowler, Yanelys Encinosa, Olga Marta Pérez, Jorge Ángel Hernández, Israel Domínguez, David López Ximeno, Francisco López Sacha, Carina Pino-Santos, Froilán González, Adys Cupull, Nancy Morejón (presidenta del Consejo Técnico-Asesor del Instituto Cubano del Libro) y Alberto Marrero (presidente de la Asociación de escritores de la UNEAC); así como los directores de las editoriales Nuevo Milenio, Gente Nueva, Oriente, Letras Cubanas y el Fondo Editorial Casa de las Américas. Igualmente participaron por el Instituto Cubano del Libro, Juan Rodríguez Cabrera, su presidente; la vicepresidenta comercial Nancy Hernández Contreras; el vicepresidente editorial Josué Pérez Rodríguez; el escritor Enrique Pérez Díaz, director del Observatorio Cubano del Libro y la Lectura; y la directora de la Cámara Cubana del Libro, Iyaimí Palomares.
Análisis de la situación actual
Juan Rodríguez Cabrera inauguró el espacio con un recuento de la situación de los últimos cuatro años con respecto a la producción de libros, con énfasis en los problemas de financiamiento del país para adquirir materias primas, en medio del alza de los precios en este rubro en particular, provocado entre otros factores por la Covid-19.
En este sentido, comentó sobre las perspectivas para la 32 Feria Internacional del Libro de La Habana que tendrá lugar del 8 al 18 de febrero del año próximo. Explicó que no será la Feria que quisiéramos, sino la Feria que podemos realizar de acuerdo con las circunstancias actuales. Si bien existen limitaciones con respecto al papel y la materia prima requerida para la impresión de títulos, Rodríguez Cabrera expresó la voluntad del Instituto, el Ministerio de Cultura y el país de garantizar un número de publicaciones para la Feria. Comentó además sobre la labor que se realiza con los inventarios en existencia en el país y la creación y acompañamiento de las biblio-casas como alternativa para la promoción de la lectura a nivel comunitario.
Asimismo, expuso las diferentes estrategias de cooperación que se han trazado para garantizar un número, aún insuficiente pero representativo, de textos impresos, con países e instituciones amigas foráneas. En este sentido, el II Foro de Negocios Editorial, a desarrollarse en el mes de febrero de 2024, estará centrado principalmente en encontrar nuevas formas de distribución y comercialización de la literatura cubana en el exterior, así como en implementar herramientas y estrategias de comunicación novedosas para las editoriales y sus procesos.
Acto seguido, Josué Pérez Rodríguez, vicepresidente editorial del ICL, tras presentar brevemente a cada uno de los presentes explicó que, si bien estamos viviendo tiempos de múltiples complejidades desde el punto de vista editorial, existen oportunidades que antes no teníamos. De igual modo, manifestó la voluntad del país de mantener el libro subvencionado, a pesar de lo que implica a nivel económico para las editoriales e instituciones, teniendo en cuenta lo que representa el libro en la vida cultural de nuestro pueblo. Asimismo, comentó sobre la renovación del Círculo de la Crítica, integrado por un grupo de escritores, cuya plataforma de trabajo tiene entre sus propósitos el análisis de la producción literaria actual y la proyección de acciones encaminadas a la promoción.
El escritor Enrique Pérez Díaz, director del Observatorio Cubano del Libro y la Lectura institución que arriba este año a su XV aniversario, fundada con el propósito de seguir, medir e investigar los procesos de la institución, ofreció a los presentes el resumen estadístico del año 2022, e incluyó una historia detallada del comportamiento de las publicaciones en Cuba desde 1967, lo que arrojó informaciones interesantes acerca de los niveles de publicaciones a través de los años, en los diversos géneros literarios.
A esto, el presidente del ICL, agregó que el Observatorio está teniendo réplicas en diferentes provincias y se ha convertido en una unidad docente de algunas facultades de la Universidad. Asimismo, destacó que estas estadísticas tienen como función, entre otras, apoyar en la toma de decisiones para alcanzar el equilibrio necesario y alinear a los intereses de los lectores los planes de publicación de las editoriales.
El debate
En un segundo momento, los escritores expusieron ideas e iniciativas que, desde la experiencia de cada cual, permiten encaminar mejor los esfuerzos del ICL.
Friolán González y Adys Cupull, comentaron varias experiencias editoriales de Bolivia entre las que destacaron las Bibliotecas Digitales asociadas a grupos poblacionales, que facilitan la lectura en diferentes comunidades. Asimismo, instaron a promover la obra de nuestros escritores en las escuelas, pues resulta paradójico que sean queridos y reconocidos fuera de Cuba y que nuestros jóvenes no los conozcan.
La crítica de arte Carina Pino-Santos, comentó acerca de los resultados de la investigación que ha desarrollado sobre las prácticas editoriales del libro de arte en Cuba, y que es en muchos casos extensiva a las prácticas de la publicación de libros en general, sobre todo porque muchas de ellas atentan contra la calidad del resultado final. Como resumen, citó al editor Pablo Pacheco y su respuesta al preguntarle sobre ¿qué editor es el que necesitamos hoy en Cuba?: «un especialista que se distinga por su elevado profesionalismo, así pues, el editor al que aspiramos tendrá que superar su estado actual de sectorialización profesional. Requerimos editores competentes en posición cabal de todo lo relacionado con técnicas y conocimientos». Tras comentar varios temas de interés, la investigadora concluyó que la reforma en el país avanza, debemos avanzar a la par de ella en el sector editorial.
Tras lo explicado por Pino-Santos, el escritor Víctor Fowler comentó, «por una cuestión de balance», las cosas extraordinarias del libro cubano, pues hay desde editoriales con un trabajo extraordinario, hasta libros de primer nivel, ya sea los que se hacen en formato papel, como los que se realizan en formato electrónico; libros absolutamente descollantes como Mariposas en el estómago, compilado por Eldys Baratute y Enrique Pérez Díaz; la compilación Leer un poema, de Leonardo Sarría sobre poesías y poetas; el de Enrique Pérez Díaz, Nunca fuimos Cenicientas, que es una joya… «¿Cuándo vamos a hablar de las joyas?», se pregunté el Premio Nacional de Periodismo Cultural, a lo que agregó que son muchísimos los libros de nivel que hay en Cuba que no tienen crítica, pues la tarea de la promoción con todas las de la ley, es una tarea pendiente. Al final habló sobre la figura del Agente Literario, que muchas veces se confunde con otras funciones que no son solo las de gestionar publicaciones, sino también de conocer a profundidad la obra del autor, al punto de realizar modificaciones oportunas a las creaciones literarias.
El escritor David López Ximeno, vicepresidente de la Comisión Aponte de la UNEAC, comentó sobre la labor del Programa Nacional de Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial que, a lo interno del ICL, nuclea a la comunidad de escritores que trabajan los temas relacionados con las investigaciones antropológicas y que realzan y refuerzan el rescate de la impronta de las culturas de origen africano en la formación de nuestra nacionalidad, a través del arte y la voluntad de tener una sociedad mejor. Este trabajo se ve reflejado en espacios como el Encuentro sobre Estudios de Racismo y Esclavitud realizado durante 4 días de la pasada Feria Internacional del Libro. Al terminar su intervención realizó un llamado a colaborar mucho más intensamente con este trabajo del Instituto.
Fernando Luis Rojas, director del Fondo Editorial de Casa de las Américas, expresó la necesidad de convocar a estos espacios de manera sistemática pues en un solo encuentro se han abordado múltiples e interesantes temas, algunos que caen en el ámbito de la discusión conceptual, y otros en el ámbito de lo pragmático. Sobre estos últimos, esbozó temáticas como la relación del Observatorio con los centros de investigación, la dificultades de importación de algunas instituciones que limitan la adquisición de títulos publicados en coedición, o el aprovechamiento de la Red Casa. Agregó que se impone hablar del tema de los recursos humanos y la capacitación en el ámbito editorial, sobre todo en un escenario de emigración y envejecimiento de las plantillas pues son cuestiones que de una u otra forma necesitan de un debate de mayor profundidad.
Daína Rodríguez González, especialista principal del Portal Cubaliteraria, anunció la apertura de la librería virtual del ICL que, bajo el dominio librocubano.enzona.net, se dedicará a la comercialización y promoción de los libros de nuestras editoriales en la plataforma de comercialización Enzona, lo que no excluye que estos títulos estén también en otras tiendas virtuales, pero que permitirá aprender y gestionar de manera óptima estos procesos de venta en una plataforma virtual propia.
El narrador Francisco López Sacha, recordó una práctica que se extendió por dos años y luego se dejó de hacer: el encuentro entre escritores y editores, bajo el auspicio del Instituto Cubano del Libro, en el que durante dos días se analizaban las preocupaciones, problemas y temas de interés entre los que hacían la escritura y quienes la editaban. La propuesta es que se estudie la posibilidad de que vuelva a realizarse bajo el mismo auspicio de la Asociación de escritores de la UNEAC y el ICL.
A lo que Basilia Papastamatíu agregó que, de igual modo, es necesario en la medida de lo posible retomar espacios como el Congreso de Escritores que, recordó, se realizaba en el Palacio de Convenciones y que resultaba un valioso espacio de capacitación del sector del libro. Asimismo, resaltó la vuelta a labor del Círculo de la Crítica como entidad orientadora a los lectores y los medios de promoción del libro.
Al finalizar, Alberto Marrero, presidente de la Asociación de Escritores de la UNEAC, comentó que en el espacio se debatieron al cien por ciento las inquietudes planteadas por los autores en el Congreso de la UNEAC. Agregó la necesidad de reflexionar sobre el Programa Nacional por la Lectura que se debe relanzar próximamente, y está vinculado a la renovada actividad del Círculo de la Crítica. Entre otros temas, conversó sobre la necesaria inmediatez de la reseña crítica con respecto a los nuevos libros que se publican, al rescate del llamado Taller Nacional de la Crítica, e incluso, cmentó, se valora retomar el Premio Mirta Aguirre. Destacó que la inmensa mayoría de los escritores se han mantenido comprensivos, fieles y optimistas ante las circunstancias que se atraviesan.
Necesidad de los encuentros
Concluyó así un espacio fructífero de debate que, debido a la complejidad y diversidad de los temas tratados, y a solicitud de los escritores, debe repetirse sistemáticamente, organizado por temas para poder debatir a mayor profundidad las ideas y propuestas.
Los encuentros con escritores resultan vitales para el Instituto Cubano del Libro, pues el sistema editorial cubano está repensándose para proyectarse en el nuevo escenario económico del país, sin traicionar el principio de que el libro y la lectura es un derecho de todos.
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