
Si me preguntaran qué temas predominan en Polvo de alas de mariposa diría que son tres. Por un lado, la concepción del amor como un sentimiento entronizado que todo lo recorre, rige y define el mundo; por el otro, las abundantes reflexiones sobre su verso, que llegan a constituir los llamados de «poética», y además, el realce de la espiritualidad como cualidad primordial de lo humano. El tratamiento de dichos asuntos se manifiesta ya con ideas bastante parecidas a las esbozadas por José Martí en Versos libres y Versos sencillos, pero entremezcladas —de ahí lo transicional — con elementos muy peculiares en su abordaje, dando singularidad a este poemario dentro de la poesía martiana, aunque no falte en ellos el rasgo romántico, traducido en la idealización de la amada, de la mujer, el anhelo de absolutos y la apetencia y rechazo de lo erótico, pues no desconocemos que el amor fue uno de los valores clave para los románticos, y no un amor sereno, sometido al control de lo convencional y racional, sino un amor desatado y ciego. Debo recordar la importancia que reviste el amor en la obra de Martí, el que ha sido elevado, al decir de González y Schulman, a la categoría de doctrina o filosofía de la vida que permea su obra escrita y toda su ejecutoria revolucionaria —Guirin la llama categoría ontológica. Los estudiosos afirman que no hay en lengua española otro escritor que haya exaltado esta noble fuerza constructiva y que tan trascendente sentido creador le haya otorgado. Martí es, en rea
lidad, un místico del amor humano, como San Juan de la Cruz lo era del amor divino. Pero al decir «amor humano» no alude solamente al sentimiento que atrae y enlaza a los sexos, que es el que en este poemario transicional le hace sentir y sospechar que aquel es una fuerza o sentimiento entronizado que engloba todo y rige el mundo. Esta es solo una variante del amor en la teoría martiana. Él, en su obra toda, y particularmente en su poesía de madurez, amplía el radio semántico de esta bella palabra y eleva su significación al rango de «ley de la naturaleza» y principio que debe presidir los actos y las relaciones humanas, pues, el amor de mujer y el instinto sexual, tan vigorosos en Martí, los sublima y purifica a través del sentimiento espiritual, como hemos de ver en muchos de los poemas de este cuaderno. Por eso en su obra puede leerse esta idea, a manera de capitel de todo ese razonamiento: «La única verdad de esta vida, y la única fuerza es el amor. En él está la salvación, y en él está el mundo».
Antes de adentrarnos en los poemas que tratan el tema amoroso y en su importancia para la colección queremos significar la abundante presencia del vocablo dentro del libro o de variantes que lo reproducen fielmente: 19 veces, y hacen suponer el cuestionamiento del concepto.
Ya en el poema pórtico del libro clasifica a estos poemas como «efluvios de amor», confesión nada inocente y que no puede pasarse por alto en este análisis. El lexema continúa apareciendo no solo en el significativo poema que cierra la serie Polvo de alas de mariposa: «Libro de amor, que se cierra», sino consecutivamente en la serie La pena como un guardián. Así abundan las referencias junto a variantes bien alusivas y explícitas: «la amada mía», «alma enamorada», «este afecto», «Voy desde que la quiero», y otras ya más sugerentes, tales como, «aquellos besos» o «si no me has dado un beso todavía».
La preeminencia de este sentimiento en el poemario aparece matizada por otros elementos, bien caracterizadores, como pueden ser la amada lejana que se idealiza, y que es un ser superior, al que el enamorado rinde culto, pues «en realidad el amor, en su concepto clásico, modelado sobre la experiencia humana, tiene como primordial condición la carencia, y por tanto, el deseo y la necesidad, de aquello que se ama» , en lo que observamos también cierto eco de la poesía provenzal; el realce de la espiritualidad como cualidad primordial de lo humano, al tiempo que efluvio natural, y el amor a su verso junto con otros que recrean, específicamente, la presencia e importancia del dolor en su poesía, y en la lírica en general.
El tratamiento de tales asuntos llega a formar tres grupos que se distinguen visiblemente dentro del poemario, los cuales, a su vez, acompañan a otro grupo pequeño integrado por dos textos donde el amor es abiertamente concebido como centralidad del universo. Resumiendo la tesis, en Polvo… es el tratamiento de este amor englobador, bajo el que se cobijan también su pasión y reflexión con respecto al verso y la alabanza de la espiritualidad, el que predomina como tema, y el que le da un carácter singular al poemario dentro de la lírica de Martí.
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