Pueden preciarse los guanabacoenses de haber tenido como vecino a uno de los historiadores más serios, documentados e ilustres del siglo XX cubano, y además probado patriota: don Gerardo Castellanos, quien murió en esa villa el 21 de agosto de 1956.
Como cubano auténtico debemos considerar a Castellanos García no obstante, haber nacido -el 21 de octubre de 1879-, en Cayo Hueso, Estados Unidos, donde se hallaba exiliado su padre, el comandante del Ejército Libertador Gerardo Castellanos Lleonart. Desde pequeño, pues, se relacionó con la clase que tanto hizo en favor de la independencia cubana: los obreros tabacaleros de la emigración.
Hombre de perfiles culturales diversos, se interesó por los estudios de piano y de violín con el mismo ímpetu que por los de historia. En 1900, ya en Cuba, trabajó modestamente en la Tesorería General de la República y más tarde en el Ministerio de Hacienda, donde lo hizo hasta jubilarse.
La obra escrita de Gerardo Castellanos es cuantiosa y solo enumerar sus libros más importantes toma varias líneas, reflejo del ahínco con que asumió dos duras labores: la del investigador y la del escritor, en una y otra con excelentes resultados.
Marcadamente significativo es su trabajo dentro del género biográfico. Lo inicia por su propio padre, Gerardo Castellanos Lleonart, y lo prosigue con figuras como Adolfo del Castillo, Néstor Aranguren, Serafín Sánchez, Calixto García, Francisco Gómez Toro, Juan Bruno Zayas e Ignacio Agramonte, próceres todos de la gesta independentista. En los libros Relieves y Destellos históricos redacta también otras biografías de menor extensión.
Otro libro muy conocido e importante es el titulado Relicario Histórico de Guanabacoa, seguramente la más completa monografía sobre esta localidad, e igual destaque merecen los títulos Raíces del Diez de Octubre de 1868 y En busca de San Lorenzo, que recoge las circunstancias de la muerte en combate de Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria y primer presidente de la República en Armas.
Castellanos fue miembro de la Academia de la Historia de Cuba, de la Sociedad Geográfica de Cuba y de otras instituciones académicas. Su Panorama Histórico, exhaustiva cronología, le valió en 1936 el primer premio del Concurso Nacional convocado por la Secretaría de Educación. Ello, sin contar la muy vasta colección de trabajos aparecidos en publicaciones periódicas. Fue, además, redactor del diario La Prensa.
Ensayista y personalidad vinculada al movimiento intelectual del país, se le reconoció como una de las autoridades más competentes en el terreno del periodismo histórico, destacaron también sus conferencias y discursos, varios de los cuales se editaron con posterioridad.
Don Gerardo lo llamaron sus conciudadanos con amor y respeto, pues devino una suerte de símbolo de la cubanidad y ejemplo de sensatez y de rigor en el tratamiento de los temas nacionales.
Establecido por largo tiempo en Guanabacoa, la casa en que vivió, en la calle Maceo, recuerda al transeúnte que pasa frente a la vivienda, donde fueron escritas con apasionamiento y hondura algunas de las páginas más relevantes de la historia de Cuba.
Hoy día, la obra de Castellanos continúa siendo de referencia y de consulta obligada para estudiantes y profesionales.
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